Els Joglars llevan al Principal de Zaragoza su revisión "sin concesiones" de Juan Carlos I

La compañía catalana regresa al coliseo de la capital aragonesa con un nuevo montaje inspirado en la vida del rey emérito.

Alberto Boadella y Ramón Fontserè, en el Teatro Principal
Alberto Boadella y Ramón Fontserè, en el Teatro Principal
José Miguel Marco

Els Joglars vino con su primera obra al Teatro Principal de Zaragoza en 1967, y desde entonces ha vuelto con “casi todos” sus montajes a la capital aragonesa, “cosa que no ha ocurrido en Cataluña”, recordó ayer el actor, dramaturgo y director hasta 2012 de la compañía, Albert Boadella. El pasado año estrenaron en Zaragoza ‘¡Que salga Aristófanes!’ y este martes estrenan en el coliseo zaragozano ‘El rey que fue’ (en cartel hasta el 12 de noviembre) una revisión “sin concesiones” de Juan Carlos I y de los últimos 50 años de la historia de España.

Boadella, director artístico de una obra que “llevaba desde hacía varios años en la cabeza, ha presentado este lunes el nuevo montaje en junto al actor y director de la compañía, Ramón Fontserè; la concejal de Cultura del Ayuntamiento de Zaragoza, Sara Fernández; el gerente Patronato de las Artes y de la Imagen, José María Turmo, y el actor y director zaragozano Alberto Castrillo-Ferrer, ayudante de dirección en esta nueva propuesta escénica del grupo catalán.

Albert Boadella y Ramón Fontserè firman una dramaturgia que gira en torno a la figura del rey emérito, Juan Carlos I. La acción se sitúa en 2023, en el Golfo Pérsico. Un monarca anciano quiere sentir el sabor de su lejana y querida patria. Dispone una fiesta en un lujoso velero para degustar una deliciosa paella en alta mar. Periodistas, amigos, amigas, jeques y familiares están invitados.

Boadella dirige a un elenco capitaneado por el propio Fontseré y completado por Pilar Sáenz, Dolors Tuneu, Martí Salvat, Bruno López-Linares y Javier Villena.

“En Els Joglars ya existe una vieja tradición de apuntar hacia lo que se considera, aunque sea tópico, el poder. En nuestra historia hay ciertas obras que han tenido una incidencia importante en relación a mirar aspectos de personajes vinculados directamente a los poderes del Estado o incluso al territorial, como fue el muy sonado espectáculo sobre Jordi Pujol”, ha recordado Boadella.

El director y dramaturgo ha matizado que “esta obra no estaría dentro de la clásica tradición satírica de Els Joglars, sino que va más allá en relación al personaje de Juan Carlos I. Seguramente, antepasados colegas del gremio como Molière, Shakespeare, Lope de Vega e incluso el propio Valle-Inclán hubieran estado encantados de escribir sobre él. La vida de Juan Carlos I es, en cierta medida, muy shakespeariana, con momentos trágicos y tremendos en su vida, con claroscuros, donde hemos asistido a una parte final de su reinado en donde han surgido dudas sobre la ética de sus comportamientos económicos”.

Sobre la interpretación que Ramón Fontserè hace del personaje, Boadella ha explicado que el actor realiza un retrato “profundo, no simplemente imitativo, sino sentido, con toda humanidad y sobre todos los aspectos de la personalidad del rey emérito, de forma que los espectadores puedan sentir estar realmente frente a Juan Carlos I sobre el escenario. No habría sido posible sin un actor con las cualidades de transmutarse en el personaje como lo ha hecho históricamente Fontserè (Pujol, Dalí, Josep Pla)”.

También ha explicado que se trata de “una visión amplia de Juan Carlos I con la ventaja de que conozco al personaje. He podido hablar con él largo tiempo sobre cosas distintas, he tenido cierta cercanía que me ha facilitado muchas cosas que incluso aparecen en la obra, sin revelar intimidades”. El director de la obra destaca que “puede interesar a los monárquicos y a los republicanos. Va más allá de la cuestión directamente política”.

Afrontar un montaje sobre el rey emérito ha supuesto un reto para la compañía. Sin embargo, Boadella ha defendido que “el artista tiene que plantearse estos riesgos. Hay que buscar los problemas, enfrentarse al público y a los poderes públicos porque es nuestra función milenaria. Ya lo hacía Aristófanes. A diferencia de los 70, cuando la censura era oficial, ahora existe una censura encubierta muy potente que induce a muchos artistas a la autocensura. Es lo que se llama corrección política. Una parte importante de mi gremio no se atreve a desmontarla porque además muchas veces cree en ellas o corre el riesgo de no ser contratado”.

Por tanto, ha señalado que se trata de “una obra con una mirada de libertad”. Boadella también ha ensalzado el trabajo del actor y director aragonés Alberto Castrillo-Ferrer, ayudante de dirección en este montaje. “Es un colaborador formidable, atento a cualquier detalle o lapsus que yo haya podido tener. Es alguien con una seguridad extraordinaria, que no dejaba pasar ni un detalle”, ha afirmado..

Ramón Fontserè ha confesado que “no pensaba que se podía llegar a esto”, en relación a volver a trabajar con su maestro y su amigo, Albert Boadella. “La vida tiene estas cosas divertidas, agradables, que es volver de nuevo a una utopía, como ocurría a finales de los 80 y 90, con el máximo nivel artístico, financiero, creativo… y ahora esto se ha vuelto a producir de una manera totalmente inesperada”.

Alberto Castrillo-Ferrer apuntó que “es un orgullo y un lujo que esta obra llegue a Zaragoza. No solo he aprendido tanto de dirección como de actuación, sino también el trabajo obsesivo, en el buen sentido de la palabra, hasta conseguir lo que se quiere, a no conformarse y ser exigente. Esto lo he visto y lo he vivido con Boadella. El teatro tiene que hablar de lo humano y trascender los vientos políticos que van cambiando a un lado y a otro. Creo que tenemos un personaje maravilloso que los zaragozanos no deben perderse”, ha asegurado.

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