¿Qué hace Ágatha Ruiz de la Prada en el Ayuntamiento de Zaragoza?

La diseñadora de moda visitó la ciudad en el marco del ciclo Influyentes del Campus de Ibercaja.

Ágatha Ruiz de la Prada, este jueves, en el Ayuntamiento de Zaragoza.
Ágatha Ruiz de la Prada, este jueves, en el Ayuntamiento de Zaragoza.
José Miguel Marco

Tiene su aquel que Ágatha Ruiz de la Prada pose con un cuadro de Agustina de Aragón al fondo, tan batalladora como es. Lo ha hecho esta mañana en el Ayuntamiento de Zaragoza, ciudad que visita en el marco de la inauguración del ciclo Influyentes que se organiza en el Campus Ibercaja y donde la diseñadora da la primera de las charlas de esta edición.

Lo hace con libro debajo del brazo, una autobiografía que ya presentó aquí  recién comenzado el verano en el Museo de Pablo Gargallo, en un acto que contó con la presencia de la concejala de Cultura, Sara Fernández.

Si en aquella ocasión conoció el Palacio de los Argillo, en esta se paseo por el interior de la casa consistorial.

En 'Mi historia', como se titula la obra de la que también hablará esta tarde, Ruiz de la Prada dispara, como la heroína de Los Sitios, no pocos cañonazos. Tiene para todos, desde su propia familia a su exmarido, el director de 'El español', Pedro J. Ramírez.

Sin paños calientes, a él se refiere a lo largo de las páginas del libro como 'el innombrable', para contar cómo de su mano vivió asomada a dos mundos, el del diseño y el de la política al más alto nivel. 

Por 'Mi historia' desfilan nombres de empresarios, periodistas y políticos determinantes en algunos de los acontecimientos recientes de la historia del país.

Ágatha Ruiz de la Prada, en su visita de este jueves al Ayuntamiento de Zaragoza.
Ágatha Ruiz de la Prada, en su visita de este jueves al Ayuntamiento de Zaragoza.
José Miguel Marco

El relato rebobina mucho más, a su infancia y juventud, cuando su familia alojaba a Don Juan de Borbón y se codeaba con nombres destacados del arte y la cultura, de los que fueron mecenas. Tirando de ese cabo surgen los episodios más personales: sus hijos, sus amigos, su condición aristocrática y las secuelas sentimentales que le han dejado una relaciones familiares complicadas.

Como suele, la diseñadora se paseó por Zaragoza -ciudad con la que tiene numerosos vínculos de amistad y que visita con cierta frecuencia- vestida de su propia marca, con un vestido de manga corta, de fondo blanco, pero animado por su ya totalmente reconocible gama de colores llamativos, en forma de círculos y de sus también muy habituales corazones. Para Ruiz de la Prada, vestirse de color "es una actitud mental, de positivismo, de bondad. Si yo te invito a mi casa mañana y vienes a demostrarte que no te importo, ven de negro", llegó a decir en su anterior visita a la capital aragonesa.

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