Rodrigo Cuevas: "Me gusta incitar desde la música tradicional"

El artista asturiano (Oviedo, 1986) recala esta noche (23.30) con su gira ‘La romería’ en el Festival Doña, que comienza en La Almunia de Doña Godina.

Rodrigo Cuevas
Rodrigo Cuevas, en un concierto en Zaragoza, en las Fiestas del Pilar de 2021
Toni Galán

Se define como un agitador folclórico...

Es una autodefinición para no tener que romperme mucho la cabeza. Ahí dentro cabe todo. Yo me defino así porque trabajo desde la música tradicional, sobre todo, y me gusta aparte de simplemente hacer como creación también hacer algún tipo de incitación.

¿Conoce el folclore de Aragón?

No muy bien. Por desgracia lo conozco muy poco. Lo mas visible, que son las jotas, pero no conozco mucho más. Ah, y me gusta mucho ese instrumento que tenéis en el Pirineo, el salterio.

¿Cómo se percibe su música fuera de España? ¿En qué países han calado más sus conciertos?

Se percibe superbién y donde más estoy tocando es en Francia. El año pasado hice un montón de conciertos allí y la verdad es que hay muy buena conexión con el público francés. Se llenan los teatros. Hubo varios ‘sold out’ en Francia, que para mí era como algo increíble.

Usted es un artista irreductible que vive en Vegarrionda, una pequeña aldea de Asturias. Residir en un pueblo, lo que hasta hace nada podía ser algo de locos, o incluso calificado de atraso, es todo lo contrario en su caso.

Durante una época era como algo muy raro irse a vivir al pueblo o que alguien se quisiera quedar a vivir en un pueblo. Pero yo, desde pequeño, siempre quise irme a vivir al pueblo de mis abuelos y siempre fue mi objetivo. Durante un tiempo estuve emborrachado con labrar un futuro y estudiar cosas, y ahí se me olvidó un poco, pero enseguida me acordé.

Allí está intentando recuperar el espacio cultural La Benéfica. ¿En qué fase está el proyecto?

Es un antiguo teatro de 1926. Lo compramos entre unos cuantos y creamos una asociación cultural para reconstruirlo. Hicimos la inauguración y ya estamos teniendo actividad. Es bastante ilusionante porque hay mucha respuesta y mucha ilusión por parte del público de aquí, de Piloña. Todo el mundo nos para, nos pregunta cómo va La Benéfica, y estamos en un momento dulce, la verdad.

Llevan la cultura a la España vaciada, aunque este es un término que no le gusta mucho…

Es que no entiendo que haya tenido tanto éxito. No lo reconozco. Me suena como cuando operas a una gata para que deje de quedar preñada. Está vaciada. Suena fatal.

¿Como son los conciertos de esta nueva gira, ‘La romería’, con respecto a la anterior?

‘La romería’ es mucho más verbenera que ‘Trópico de Covadonga’. Mucho más disfrutona, divertida y jugona. Son conciertos para pasárselo bien y bailar mucho.

El folclore se mantiene a través de la transmisión oral, pero cada vez escuchamos y hablamos menos con nuestros mayores. ¿Se está perdiendo esa transferencia por culpa de la tecnología?

Cada vez hablamos menos con los mayores, con los jóvenes y entre todos nosotros. Tenemos en la mano una cosa para evadirnos que antes no teníamos y que la utilizamos constantemente. Perdemos la atención o evitamos el debate, nos desacostumbramos a hablar sosegadamente sobre las cosas y, aunque tengamos opiniones diferentes, conversar sin problemas con gente a la que queremos. Y eso es muy importante.

Mezclar y fusionar la música de distintos lugares, hacerlo también con otros géneros, ¿le acarrea críticas desde algunos sectores puristas?

No. La verdad es que siempre digo no sé quiénes son los puristas. Son como el coco, que todo el mundo habla de ellos, todo el mundo les tiene miedo, pero yo no conozco a ninguno que sea tan agresivo o que haya que temer.

En alguna ocasión ha afirmado que no le gusta el rock...

Pero me refiero más a ese espíritu de los rockeros que en aquellos años iban de gente avanzada para su tiempo, revolucionaria o que hacía cuestionarse las cosas. Hoy esa imagen parece lo contrario: heteronormativa, cascarrabias, anticuada, machista muchas veces... Creo que el rock murió por eso, porque el espíritu del rock se convirtió en otra cosa mucho más carca que lo que se planteaba en otros tiempos.

¿‘Viejos rockeros viejos’, como canta León Benavente?

Porque están en plan abuelo cebolleta: «No hay ninguna música como el rock, vosotros ya nunca conoceréis la buena música, la buena música era la de mi época».

Reivindica el asturiano en sus canciones de una forma natural. ¿Por qué se politiza tanto la cuestión de las lenguas desde algunos sectores?

Porque lo que quieren es que desaparezcan. Entender cualquier tipo de diversidad es un problema para esos sectores porque hay que prestar atención, y cuando tienes un cerebro o un corazón limitado no eres capaz de abrazar las diversidades. A los maricones no nos pueden hacer desaparecer; somos como las setas. Pero con las lenguas sí que son capaces, y por eso lo intentan.

Un pícnic musical con ocho actuaciones

El Festival Doña, con entrada libre, comienza hoy y se desarrollará hasta mañana por la tarde en el entorno de la ermita de Cabañas de La Almunia de Doña Godina. Los encargados de romper el hielo este sábado serán Alejandro y María (13.00), un dúo de indie folk peruano que presentará su nuevo álbum, ‘Madre Padre Marte’. Después será el turno del punk enérgico de los almunienses Karga Social (14.00). La hora de la comida, a partir de las 15.00, estará amenizada por DJ Manute, especializado en música electrónica.

Por la noche la música se trasladará al Escenario Ambar, que se inaugurará a las 22.00 con el concierto de Gran Bob y Los Leones del Bluesgrass. A las 23.30 será el turno de Rodrigo Cuevas. La fiesta se alargará hasta las 3.00 de la madrugada con la sesión a los platos de Zinentiendo DJ.

Los conciertos de mañana comenzarán a las 12.30 con el dúo Ixeya. Con su estilo acústico rural canta con desparpajo sobre naturaleza, procesos emocionales o feminismo. Y mientras se disfruta de un pícnic se podrá escuchar la sesión musical de DJ Patiwi, de 13.30 a 17.00. 

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