¿Qué hace un ayudante de dirección en el cine?El equipo de dirección es un departamento puramente organizativo que se encarga, sobre todo, de la gestión del tiempo. Es decir, de ubicar todos los elementos del rodaje, desglosar el guión y generar unidades de secuencias con las que poder manejar el plan de rodaje, teniendo en cuenta factores como las localizaciones, los condicionantes de los actores o las horas de luz. También coordinamos la información entre los departamentos, al ‘casting’ y a la figuración.

‘As Bestas’, ‘Campeones’, ‘Mientras dure la guerra’… ha participado en algunas de las producciones más laureadas del cine español reciente. ¿Con qué se queda de esas experiencias?
Cada una tiene su historia. ‘Mientras dure la guerra’, por ejemplo, era una producción de época y enorme, supuso un salto cualitativo importante en mi carrera porque era afrontar un proyecto con muchos medios y en el que tenía grandes responsabilidades, entre ellas gestionar en torno a 4.000 figurantes de época.

¿Cómo es trabajar con directores como Amenábar o Sorogoyen?Alejandro es un tío muy fácil que tiene las cosas muy claras. Entiendo que debe llevar algo de estrés por dentro, pero no lo transmite, es bastante calmado. Hay veces que te enamoras de los trabajos de un director y esperas que sea una gran persona cuando lo conoces, y en su caso ocurre eso. Sorogoyen tiene también unas capacidades altísimas. Lo que más destacaría de él es que la cabeza le funciona rapidísimo, pero también el nivel de exigencia que pide a la gente de su alrededor es inmenso.

También ha intervenido en trabajos aragoneses, como el film ‘La estrella azul’ o la serie ‘El último show’. ¿Cómo ve el cine que se hace en la Comunidad?
Creo que tenemos que revisarnos mucho en Aragón. Porque parece muy manido decir que hay mucho talento pero es que es real, lo hay, y hay cosas muy interesantes. Pero falta mucho impulso por parte de las instituciones y empresas del sector. Sería ideal generar apoyo a las regiones con poca población como Aragón para que tengan más facilidades a la hora de sacar adelante proyectos, como sucede en otras comunidades con una industria consolidada como Cataluña, País Vasco o Galicia.

No es algo muy conocido, pero ‘Campeones’ tiene un ‘remake’ saudí.Sí. Fue un proyecto en el que participé como primero de dirección y que fue una locura. Allí no había apenas industria audiovisual, además de que es un país muy cerrado y con leyes complicadas, donde el cine estaba prohibido no hace mucho. En cualquier caso, fue divertido trabajar con gente que hacía su primera película o venía de países como Líbano o Egipto, porque había que traer equipos y personal de fuera. Gracias al buen ambiente fue más fácil sobrellevar la noticia de que confinaban el mundo entero a causa de la pandemia.

Precisamente, la covid-19 hizo un gran daño al sector. ¿Ya se ha recuperado?Desgraciadamente, el hábito de ir al cine se está perdiendo, pero la pandemia le vino bien al sector en realidad. Me refiero a plataformas como Netflix o HBO, que llevaron a que el consumo audiovisual creciese muchísimo porque hubo un aumento de suscripciones que hizo que cuando pudimos salir a las calles, entre las producciones que había que terminar y las nuevas, se generase una ola de trabajo bestial. Ahora creo que estamos en un momento de frenada y que las plataformas están recolocando sus piezas en el tablero.

¿Cuál es el proyecto que más le gustaría llevar a cabo y que todavía no ha hecho?Un amigo tiene uno que me encantaría. Es una serie que sucede durante el rodaje de ‘Viridiana’, que me parece muy interesante porque siempre me lo han parecido las entrañas del cine de Buñuel. De hecho, me encantaría volver al pasado y poder rodar con él.