Thomson renace en el mercado de televisores con un ejército de más de 40 modelos de todos los precios y tamaños
Thomson regresa a Europa y renace como fabricante de televisores con un ejercito de más de 40 modelos de todos los tamaños.
A lo largo de las primeras décadas del siglo XXI, la caja tonta se ha ido haciendo inteligente y plana. Al mismo tiempo que reducía sus bordes y achataba su ‘culo’, se convertía en un dispositivo ‘smart’ llenándose de aplicaciones y conectándose a internet. Conforme aquel cubo de madera, metal y plástico -que con sus rayos catódicos se convirtió en el epicentro de los salones de todo el mundo- se fue modernizando, su fabricación se fue orientalizando. Los grandes colosos europeos como Grundig, Telefunken o Thomson cedieron ante los gigantes asiáticos, abandonando la fabricación de televisores o traspasando sus marcas, que fueron paulatinamente desapareciendo.
Tal fue el caso de Thomson que en 2005 fue adquirida por TCL. Aunque al principio ambas marcas convivieron en igualdad de condiciones, el gigante asiático se fue centrando poco a poco en su propia marca y Thomson parecía condenada a la desaparición. Sin embargo, hace solo unos años la marca regresó a manos europeas y desde entonces se ha centrado en productos de electrónica de consumo, que van de móviles a electrodomésticos, a precios asequibles. Aprovechando el tirón postpandemia del mercado de las teles y los monitores, Thomson parece decidido a convertir 2023 en el año de su renacer en este sector, con el desembarco de un ejército de más de 40 modelos de todos los tamaños, tecnologías y precios.
Modelos y precios
En Thomson saben que llegan a un mercado maduro en el que los fabricantes coreanos, japoneses y chinos están bien asentados y se disputan cada año el título de mejor ‘smart tv’. Su guerra es otra. Thomson ofrece televisores sencillos, sin estridencias ni grandes innovaciones. Un catálogo de precios competitivos, que van de los 169 a los 1.990 euros, y que abarca todas las pulgadas: de las casi diminutas 24 a las imponentes 85 del grandullón de la familia.
La gama más básica se llama Easy TV. No es ‘smart’. Está indicada para aquellos usuarios que en la tele solo ven la tele. Es la más barata (de 169 a 279 euros), la de diagonal más pequeña (de 24 a 43 pulgadas) y la de menor resolución (HD o Full HD). La gama Smart TV, por su parte, tiene las mismas diagonales y resoluciones e incluye Android TV, lo que aumenta el precio en unos 20 euros.
Por último, Thomson ofrece su gama alta de televisores, la UDH TV con resoluciones 4K y pulgadas que van de 43 a 85. Entre estos dispositivos encontramos modelos con tecnología Qled y algunos que llevan la barra de sonido incorporada a la parte inferior de la propia pantalla. Los precios siguen siendo competitivos a pesar del aumento considerable de calidad: de 329 a 1.990 euros.
Thomson también mostró televisores de bajo consumo para autocaravanas y monitores ‘gaming’ con alta tasa de refresco y pantallas curvas. Además, el fabricante francés asegura que próximamente lanzará modelos con tecnología oled y mini led.
Ecología y ensamblado europeo
Otro punto diferenciador, en el que Thomson quiso hacer hincapié durante la presentación en París de su ejército de televisores, fue la ecología. El fabricante la aborda desde diferentes puntos de vista.
Por un lado, la cercanía geográfica de sus fábricas de ensamblaje busca reducir la huella de carbono de sus productos. Thomson ya cuenta con una factoría en Hungría y espera abrir otra en Sevilla a finales de año. Además, dentro de esta filosofía ecológica, también prevén fabricar bajo demanda, para evitar la acumulación inecesaria de ’stock’. Aseguran que el cliente que encargue un televisor, lo recibirá, eso sí, en pocas semanas.
Por otro lado, Thomson quiere reforzar la durabilidad de sus dispositivos. El fabricante francés ofrece una garantía de tres años, la actualización del ‘software’ de sus televisores y el derecho a reparar, asegurando que todos sus modelos son fácilmente arreglables y comprometiéndose a tener piezas de sustitución durante al menos 7 años.
