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'Lux Sacra': el documental que recorre España en busca del oro del sol en los templos
Parte de una idea de José Miguel Navarro, el guión es de Eduardo de la Cruz y de Amalia Sesma y lo producen Donde van las Nubes e Inlandis.
José Miguel Navarro es el autor de un libro ya imprescindible como el ‘Diccionario del Pirineo aragonés. Signos, símbolos y personajes míticos y legendarios’ (Prames, 2019) y otro, tan sugerente, abierto y poético como ‘Un año en el Pirineo. Averiguaciones y disquisiciones de un naturalista curioso (Guías de la naturaleza)’ (Prames, 2021). Y él es, también, el estudioso y observador que está detrás de un proyecto como ‘Lux Sacra’, que es un gran homenaje al astro sol y a la luz que despliega en el patrimonio, en los capiteles, ermitas románicas, y otros espacios, etc. "A raíz de fijarme en determinadas orientaciones de templos y otros lugares sagrados (dolmenes incluso) me di cuenta que muchos seguían patrones solares. Las orientaciones de ábsides, vanos y otros elementos mostraban angulaciones (llamadas azimut) que se repetían tanto en el tiempo como en el espacio", dice Navarro.
La idea de ‘Lux Sacra’ es doble: por una parte, el propio Navarro publicará en el sello Prames un ambicioso libro titulado así, y centrado únicamente en quince espacios oscenses, y por otro lado se ha hecho un documental, con producción y realización de Inlandis (Carlos Martín Usón) y Donde van Las Nubes (Eduardo de la Cruz y Amelia Sesma), que cuenta con el actor Manuel Galiana en la narración y con el artista Tonio L'Hotellerie, “que nos ha recreado desde la Prehistoria hasta el período gótico”, señalan desde Donde van las Nubes.
Eduardo de la Cruz y Amalia Sesma, coautores también de ‘Aragón inesperado’ y de casi una docena de documentales, son los guionistas de esta película de una hora de duración cuyo rodaje se ha prolongado durante cuatro años por diversos lugares de España: “El investigador y naturalista José Miguel Navarro estaba muy interesado en este fenómeno de los ‘asoleos’, y nosotros nos sumamos porque vimos que era una historia fascinante”, dicen. El propio Navarro describe el inicio de todo: "Empecé a estudiarlo y me di cuenta que muchos lugares estaban pensados para que en determinadas fechas la luz pusiera en relevancia elementos significativos (capiteles, tallas... ). Y una vez visto el fenómeno me di cuenta que, aparte de fotografiarlo, había que grabarlo para verlo de forma dinámica... En cierto modo, la luz nos cuenta una historia cada vez que incide sobre un lugar relevante del espacio sagrado".
En el guión recuerdan que los paralelismos en el conocimiento de los astros y sus mitos en todas las culturas tal vez sean la huella de una religión más antigua, una creencia que rendía culto al sol ya en la prehistoria. “La historia contiene, a menudo, secretos no escritos en crónicas ni pergaminos, porque las incógnitas de sus más profundos motivos siguen ahí, y dan cuenta de ciertas realidades que hoy, lo mismo que ayer, permanecen sin documentar, como fruto que son de un secreto transmitido de viva voz, perdido en el silencio de los claustros o de las viejas estancias de piedra”, escriben y dicen los realizadores del proyecto. El sol no solo era la fuente o la llama que iluminaba los días y que, por tanto, facilitaba la vida, sino que también marcaba el ciclo del calendario.
Agregan: “Ahí aparecen los templos con el cometido de mostrar al fiel, el esplendor de lo sagrado. Será ahí donde se concrete y se materialice la importancia de la luz”. Si José Miguel Navarro centraría sus investigaciones y sus observaciones narrativas y poéticas a un libro y se centrará en varios pueblos escenarios de Huesca, José Puente ha grabado en monumentos de Zamora, León, Asturias y Burgos, para dar a entender que estos fenómenos ocurren en muchos lugares. De la Cruz y Carlos Martín-Usón grabaron en Aragón: en las Cinco Villas, como San Gil Abad en Luna, San Miguel en Biota, y siguen este viaje desde la cuenca del río Vero hasta llegar a la catedral de Huesca.
En sus rodajes, conviven la orientación solar, el misticismo y la física, la sorpresa y la belleza: “La luz comienza a ser trabajada y dirigida por los arquitectos, canteros y constructores para mostrar determinados lugares, realzar elementos sacrosantos o revelar determinados dogmas en fechas señaladas, al fin y al cabo, es una herramienta de alto poder simbólico, evocador y revelador. Hablamos de un misterio arcaico que encierra esta luminosidad que recorre paredes oscuras y frías. Ese era y es el propósito de ‘Lux Sacra’: la búsqueda de algo divino, sublime, intangible. Que no se puede atrapar. Esos breves resplandores nos recuerdan, por uno instantes la hermosura que encierra la vida. Habla la elocuencia de la luz”, dicen Eduardo y Amalia.
Los canteros orientaron la luz hacia el altar, “que es el alma de ese espacio”, hacia un capitel concreto “para contar una historia determinada” o hacia los santos “para celebrar a uno de ellos. En este trabajo hay algo especialmente emocionante y artístico: cómo se mueve la luz, que crea efectos mágicos, sin duda, rituales y lumínicos que crean atmósferas de una gran espiritualidad”, concluyen Eduardo de la Cruz y Amalia Sesma, que profesan una curiosidad absoluta por Aragón, la naturaleza, el arte, la historia y el paisanaje.
José Miguel Navarro insiste: "La luz ha jugado un papel fundamental y hasta ahora desconocido -en todas las culturas y en todas las épocas- en los espacios sagrados y las liturgias a ellos asociados. Hemos encontrado ejemplos desde el Paleolítico hasta el barroco".
En la película participan arqueólogos, astrónomos, escritores, historiadores e historiadores del arte, técnicos culturales, astrofísicos, directores de museos, etc. En la vasta nómina figuran autores como Javier Sierra, Domingo Buesa, Anabel Lapeña, Antonio García Omedes, Antonio Buisán, Martín Almagro o Pilar Utrilla, entre otros.
