El Grupo Jorge recupera para Aragón un tríptico renacentista de Maluenda

La pieza fue vendida en 1946 para restaurar la iglesia de Santa María, destruida en un incendio

El historiador del arte José Luis Cortés, junto al tríptico renacentista subastado hace unas semanas en Madrid.
El historiador del arte José Luis Cortés, junto al tríptico renacentista subastado hace unas semanas en Madrid.
José Miguel Marco

El Grupo Jorge acaba de recuperar para Aragón una importante obra renacentista que pertenecía a la iglesia de Santa María de la localidad zaragozana de Maluenda, y a la que se le había perdido la pista en los años 40 del siglo pasado. La pieza, que fue subastada hace unas semanas en la sala Segre de la capital de España, ha sido sometida a una somera limpieza a cargo de un equipo de restauración, y se ha incorporado a la colección de arte del Grupo Jorge, empresa cárnica aragonesa con más de ocho décadas de trayectoria.

Se trata de un tríptico que representa, en su tabla central, a la Virgen María con el Niño, y en las tablas laterales a dos santas. El historiador José Luis Cortés, que lleva muchos años investigando el arte aragonés emigrado, fue quien identificó la obra al ver el catálogo de la subasta.

"Es una pintura de influencia flamenca, que se puede atribuir a un seguidor o discípulo de Jan Gossaert –relata–. Este famoso artista flamenco pintó hacia 1530 una Virgen con el Niño que tuvo éxito y que fue muy copiada en los años posteriores. Una de esas copias es la que está en la parte central de la tabla. Pero ninguna de las otras copias que he localizado hasta ahora tiene tablas laterales, que parecen deberse a un deseo expreso de quien encargara esta obra. Yo identifico las figuras femeninas, por sus atributos, con Santa Catalina de Alejandría y con Santa Bárbara".

La identificación aún es provisional, toda vez que el cuadro ha llegado recientemente a Zaragoza y quedan detalles por estudiar. Tras desembalarlo se ha descubierto una inscripción en su dorso, que seguramente revelará el nombre de quien la encargó y pagó.

Cortés no dudó un segundo en identificar la tabla como procedente de Maluenda porque tenía grabada en la memoria una fotografía en blanco y negro que aparecía en un artículo, ‘La pintura gótica, ¿objeto de deseo?’, de Fabián Mañas, Silvia Molina y Jesús Gil, en el que se contaba cómo fue vendida la pieza y las vicisitudes del templo al que pertenecía.

La historia se remonta al 24 de abril de 1942, cuando la iglesia de Santa María de Maluenda sufrió un devastador incendio que arruinó por completo su nave central. El templo registró daños tan graves que durante unos meses se dudó si merecía la pena restaurarlo.

Única fotografía que se conocía hasta ahora del tríptico de Maluenda.
Única fotografía que se conocía hasta ahora del tríptico de Maluenda.
Heraldo.es

Eran los años más duros de la posguerra, de hambre y carestía. Pero en septiembre de 1943 el entonces obispo de Tarazona, Nicanor Mutiola, visitó la iglesia e instó al párroco y al ayuntamiento a la restauración del templo.

Su empeño coincidía con la idea en la que venía trabajando Manuel Chamoso Lamas, el comisario de la 3ª Zona de Defensa del Patrimonio Artístico Nacional. Su intención era sacar a la venta patrimonio artístico de la iglesia que no estuviera en uso, y financiar con lo recaudado las obras de reconstrucción del templo.

"José Gudiol, director del instituto Amatller, hizo una primera valoración en 1945 de las obras que podían venderse –relata José Luis Cortés–. En un principio se pensaba ofrecer a anticuarios y coleccionistas algunos retablos y piezas sueltas que quedaban de otro, gótico, que había sido sustituido en el siglo XVIII. Pero, por la razón que fuera, esto no se hizo, porque algunas de las obras comprendidas en esa tasación, como los retablos dedicados a Santa Magdalena y a Santiago Apóstol, continúan a día de hoy en Maluenda".

Según el artículo de investigación de Fabián Mañas, Silvia Molina y Jesús Gil, el tríptico ahora recuperado se acabó vendiendo en 1946. Los estudiosos localizaron la tasación que en junio de ese año hizo José Galiay de piezas que se podían "enajenar", y entre ellas estaba el tríptico, que valoró en 25.000 pesetas.

Según consta en la documentación, se "determinó que de tantos compradores que se venían presentando se eligiera el mejor postor, al que se le adjudicó un lote formado de un hermoso cuadro de la Crucifixión y un tríptico precioso con tres tablitas, por cuyo lote se dieron setenta y cinco mil pesetas, entregadas por el comprador, Florencio Milicua" a Bernardo Oroz, vicario general de la diócesis, el 13 de agosto de 1946.

Florencio Milicua era un conocido anticuario madrileño de la época y, al parecer, se adjudicó el lote justo por la mitad de lo que quería lograr el obispo de Tarazona. En cualquier caso, la iglesia de Santa María de Maluenda se pudo restaurar.

"Las obras que se vendieron ese día se habían podido localizar –añade José Luis Cortés-. Fabián Mañas encontró el Calvario en la Colección Riviére y el lote con fragmentos de polseras está en el Museo Maricel de Sitges. De lo único que se desconocía su paradero era precisamente de este tríptico que ha aparecido ahora".

Y ha sido el olfato profesional del historiador del arte José Luis Cortés, que ya ha redescubierto otras piezas emigradas de Bulbuente, el monasterio de Piedra o Fuentes de Jiloca, entre otras, lo que ha hecho posible su compra y su regreso a Aragón. También descubrió el 'Peinador de la Reina' de Olvés. "Mi labor es encontrar ese patrimonio desaparecido –señala–. Y verlo volver es toda una satisfacción".

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