nOTAS COSTUMBRISTAS (60)

Giménez Arnau: un novelista zaragozano olvidado

Fue un reputado escritor que publicó un buen número de novelas.

José Antonio Giménez-Arnau, el novelista zaragozano olvidado.
José Antonio Giménez-Arnau, el novelista zaragozano olvidado.
H. A.

En el primer gobierno de Franco, Ramón Serrano Suñer nombró a Dionisio Ridruejo responsable del departamento de Prensa y Propaganda. Allí colaboraron con él, entre otros, Engenio Montes, José Caballero, Antonio Tovar, Luis Rosales, Luis Felipe Vivanco, Edgar Neville, Gonzalo Torrente Ballester, Pedro Laín y Agustín de Foxá. También, aunque hoy sea menos recordado, el zaragozano, pese a haber nacido accidentalmente en Laredo, José Antonio Giménez-Arnau (1912-1985). 

Tan zaragozano fue siempre que todavía en 1978 escribía en sus memorias que Zaragoza era “la tierra de mis padres, la tierra de mis abuelos, la tierra nuestra, entrañable tierra nuestra”. Aquí fue enterrado y, como no podía ser menos, Luis Horno Liria le escribió en HERALDO DE ARAGÓN un emotivo obituario. 

Fue con Ridruejo Jefe del Servicio Nacional de Prensa y uno de los responsables de la Ley de Prensa de 1938 que habría de permanecer en vigor hasta 1966. Embajador en distintos países (Nicaragua, Brasil, Italia…), fue un reputado escritor que publicó un buen número de novelas -La canción del jilguero (1947), La cueva de ladrones (1949), El canto del gallo (1954), La tierra prometida (1958) o Este-Oeste (1961)- y obras de teatro como La cárcel sin puertas (1958) o El rey ha muerto (1960). 

Pocos recordarán hoy, pese a que José Luis Calvo Carilla escribió sobre ello en el libro que dedicó a la novela española del siglo XX, que Giménez-Arnau publicó en la editorial Cimera de Buenos Aires, en 1945, una novela con el título de La colmena, seis años antes de que Camilo José Cela publicara la suya con el mismo título. 

Este último hecho provocó un pequeño incidente entre ambos autores, con cruce de cartas incluido, que terminó de forma amistosa y se zanjó definitivamente cuando Cela envió a Giménez-Arnau un ejemplar de su libro con esta dedicatoria: “A José Antonio Giménez Arnau, dueño de La Colmena, con el sincero afecto de su cazador furtivo”.

 

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