Luis Alegre: "Las últimas palabras que le escuché decir a Saura fueron 'Viva Huesca'"

El cinéfilo y colaborador de HERALDO visitó al cineasta aragonés en su casa el pasado miércoles.

Luis Alegre y Carlos Saura, en el Festival de Cine de Huesca, en 2014
Luis Alegre y Carlos Saura, en el Festival de Cine de Huesca, en 2014
Javier Blasco

El profesor de la Universidad de Zaragoza, cinéfilo y colaborador de HERALDO Luis Alegre recordaba ayer la última vez que estuvo con su amigo Carlos Saura. Lo visitó el pasado miércoles en su casa de Collado Mediano, en Madrid. «Fue un rato muy conmovedor. Salí sacudido. Él apenas podía ya hablar, solo amagaba con balbucear alguna palabra y, aunque estaba consciente, tenía la mente completamente lúcida, escuchaba todo lo que se le decía, y le empecé a contar historias que habíamos compartido juntos, cosas que sabía que le iban a alegrar. Le canté ‘Rocío’, la canción de Imperio Argentina que marcó su infancia y su vida en general. Era su canción favorita».

«Muchas veces, cuando estábamos juntos, me provocaba para que la cantara y él me acompañaba alguna vez. Siempre que estábamos juntos gritábamos: “¡Viva Huesca!”. El sentía un cariño enorme por Huesca. Eso es lo último que le escuché balbucear, un “Viva Huesca”», rememoró Alegre.

También explicó que hablaron del archivo que Carlos Saura ha legado a la Filmoteca de Zaragoza; del documental ‘Las paredes hablan’, que estrenó el pasado viernes y el coloquio que tuvo lugar en Zaragoza con su hija Anna. «Me parece también muy simbólico que días antes de morir estrenara una película alrededor del arte. Saura era un artista descomunal y alguien a quien lo de cineasta se le quedaba muy corto porque era un apasionado de muchas artes, y el cine le gustaba precisamente porque le permitía proyectar y reflejar su amor por la pintura, la música, la danza, la ópera, el teatro… –añadió– Le cogí de la mano todo el rato. Me acordé mucho de Fernando Fernán Gómez, quien decía que de lo que más se arrepentía en esta vida era de no haberle dicho a la gente que quería hasta qué punto la quería. Y eso es lo último que le dije, que le queríamos todos mucho. Le hablé de amigos comunes, le envíe besos de Penélope Cruz y de Javier Bardem, de Agustín Sánchez Vidal y de Ana Marquesán, de Maribel Verdú... personas a las que él adoraba».

itziar Miranda, Isabel Peña, Rodrigo Sorogoyen, Manuel Avellanas (presidente de la fundación del festival de cine de Huesca), Carlos Saura y Luis Alegre.
itziar Miranda, Isabel Peña, Rodrigo Sorogoyen, Manuel Avellanas (presidente de la fundación del festival de cine de Huesca), Carlos Saura y Luis Alegre.
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Alegre también explicó que Lali –la actriz Eulàlia Ramón–, la esposa de Carlos Saura, estaba también allí compartiendo esa emoción y tratando de que el cineasta fuera en paz y de que se marchara con la sensación de haber tenido una vida muy plena, rodeado de seres queridos.

«Hasta hace dos semanas seguía teniendo ilusión, pensando en proyectos futuros, tenía un montón de cosas que quería hacer –apuntó–. En ese momento me sentí privilegiado de estar ahí con él. Me habría encantado que hubiera podido ver el momento de la ceremonia de los Goya porque a él le hacía mucha ilusión este premio por razones obvias y también por llevar el nombre de Goya, que era una de sus obsesiones desde niño y al que dedicó varias películas. Este premio era para él muy simbólico y además esperaba casi con ansiedad ese momento. Esa es la única pega que le puedo encontrar a esta muerte casi feliz, una muerte soñada en cualquier caso», concluyó el profesor y cinéfilo aragonés.

Luis Alegre también reveló que hace unas semanas el rector de la Universidad de Zaragoza, José Antonio Mayoral, tuvo la iniciativa de impulsar la candidatura de Carlos Saura a los Premios Princesa de Asturias. «En ese momento nadie sabía lo que iba a pasar. Hasta hace un mes ha estado como una rosa».

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