Irene Vallejo: “El pasado es un mapa del futuro: conocerlo nos ayuda a entender mejor”

La escritora aragonesa recibió ayer el Premio al Líder Humanista 2022 en la sede de la Biblioteca Nacional.

Aldo Olcese, Irene Vallejo y Ana Santos, tras la entrega del premio.
Aldo Olcese, Irene Vallejo y Ana Santos, tras la entrega del premio.
Alberto Morales

"Toda biblioteca continúa la estela de la de Alejandría; ahonda en la democratización del saber". Con estas palabreas recibía ayer la escritora aragonesa Irene Vallejo el XI Premio al Líder Humanista 2022. Un premio que recibía en la Biblioteca Nacional de manos del presidente de la Fundación Independiente, Aldo Olcese, y ante otra aragonesa, Ana Santos, que dirige la institución madrileña desde 2013.

Vallejo, autora del ensayo sobre el libro y la lectura ‘El infinito en un junco’, recibe este año el galardón por su trayectoria como filóloga y escritora, su defensa de los libros y su apoyo al fomento del humanismo desde la sociedad civil.

Este galardón premia la labor profesional y humanista, así como el compromiso con la sociedad civil de los candidatos presentados por el jurado. Lo han recibido hasta la fecha personalidades como José Antonio Marina, Javier Gomá, Antonio Garrigues y Cristina Garmendia, entre otros. La candidatura de la aragonesa había sido presentada y defendida por el filólogo y catedrático universitario Antonio Alvar, hijo de Manuel Alvar.

Aldo Olcese aseguró que "Vallejo lo tiene todo para recibir este premio, que se concede no solo a aquellas personas que creen en el humanismo, sino a las que hacen algo para defenderlo"

"La Fundación Independiente reivindica tres cuestiones: la cultura del ejemplo, el compromiso individual y ético y el coraje para defender ese compromiso. Defendemos una cultura coherente entre lo que decimos y hacemos, e Irene Vallejo representa muy bien esa coherencia. Además, es sencilla, humilde, clara, concisa y afectuosa", añadió Olcese.

Ana Santos se ocupó de la ‘laudatio’ de la galardonada, a la que definió como dueña "de la humildad que poseen todas las personas que son grandes".

"Con este, su libro de ‘El infinito en un junco’ ha recibido ya 10 premios. Hace tiempo que algunos visionarios pronosticaron la desaparición del libro impreso pero se han equivocado. Es un formato muy arraigado por su perfección. Nos proporciona un goce estético y nos demuestra que sin conocimiento no seríamos lo que somos -añadió Santos-. La obra de Irene ha sido el triunfo de la perseverancia y el coraje, de la sabiduría y la honestidad. Solo te pedimos que sigas escribiendo".

Ante "el invierno del espíritu"

La escritora, que se confesó emocionada, habló del libro y de las bibliotecas. Y recuperó unas palabras que Marguerite Yourcenar atribuye al emperador romano en sus ‘Memorias de Adriano’: "Fundar bibliotecas equivale a construir graneros públicos, amasar reservas para el invierno del espíritu".

En esa democratización del saber que constituye una biblioteca, "el libro es libertad, por eso hablo de ‘libro albedrío’"; y es, también, archivo del saber. "Puede que la sabiduría no esté de moda -aseguró Irene Vallejo-, pero las riquezas de quien ha aprendido y ha reflexionado están a salvo de los golpes del destino. El pasado es un mapa del futuro, el único que tenemos, y conocerlo nos ayuda a entender mejor".

Y cerró su intervención hablando de entusiasmo. "Quien hoy es humanista es entusiasta, palabra que en griego describía a quien había sido poseído por la divinidad (...) Quiero dedicar este premio a quienes mantienen la milenaria aventura, a la odisea de los apasionados salvadores de nuestras mejores historias, nuestras ideas más valiosas. Allí, en el silencio escondido, están naciendo las palabras que seremos. Humanistas entusiastas, hagamos lo imposible por ser infinitos". Tras la entrega del premio, dialogaron Ana Santos e Irene Vallejo.

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