GEN: arquitectos de pueblo y para el pueblo

Tres jovencísimos profesionales de Azuara, Épila y Fuentes de Ebro han abierto estudios en sus localidades natales para, con las herramientas de la arquitectura contemporánea, luchar contra la despoblación y participar de la vida cultural y social. 

Arriba, la plaza de España de Épila. Abajo, a la izquierda, una vivienda en Barbastro y la restauración del pórtico norte de la Iglesia del Salvador en Ejea.
Arriba, la plaza de España de Épila. Abajo, a la izquierda, una vivienda en Barbastro y la restauración del pórtico norte de la Iglesia del Salvador en Ejea.
GEN

No les ha hecho falta un amplísimo recorrido vital y laboral para decidir cuál debía ser finalmente su sitio: sus propios pueblos. Tras estudiar Arquitectura y sin haber cumplido ninguno los 35, Javier Corzán, Javier Hernando y David Cerezo decidieron emprender el camino de vuelta a los municipios donde se criaron (Azuara, Épila y Fuentes de Ebro, respectivamente) para ejercer ‘in situ’ su profesión.

Desde 2018 lleva en marcha Grupo GEN, un estudio de arquitectura que tiene sus dos oficinas en Épila y Fuentes de Ebro. En este tiempo han desplegado una labor variada que les ha valido dos menciones en los últimos premios García Mercadal . Es solo la punta del iceberg de un proyecto que va más allá de lo profesional y que ya emplea a otras nueve personas, todas también en la treintena.

"Los tres sentimos muy claro el deber de volver y luchar por el desarrollo de esos pueblos y territorios que al fin y al cabo nos habían configurado", explica Corzán. "Entendemos la arquitectura como un gran motor de cambio y queríamos tomar las decisiones sobre cómo o dónde aplicarlo". Y con un estilo definido: "No idealizamos los pueblos ni abogamos por la nostalgia, nuestra arquitectura es contemporánea. Cuando restauramos usamos piedra y yeso, pero en nuestra obras se reconoce el acero y el vidrio, es un lenguaje actual del que creemos que los municipios están muy escasos. Nuestra lucha es llevarlo a los pueblos y ejercerlo desde ese ser de pueblo, desde una cierta validación moral para poder proponer y decirle a nuestros vecinos: 'Lo que se merece este lugar es el edificio más moderno y a la vanguardia que pueda existir'".

Vivienda de GEN en Barbastro premiada con una mención en el García Mercadal.
Vivienda de GEN en Barbastro premiada con una mención en el García Mercadal.
GEN

Al respecto, Corzán explica que "en general, los Ayuntamientos están muy abiertos a lo contemporáneo" y hasta ávidos de "escuchar valoraciones técnicas sobre su entorno". También es cierto, añade, que en el ámbito rural "se está acostumbrado a masticar un determinado lenguaje, de manera que puede haber reticencias si se sale de lo tradicional". Aunque ellos mismos se precian de haber puesto en marcha ejemplos en ambos sentidos, como las dos menciones del García Mercadal sin ir más lejos. Una, por la plaza de España de Épila que recibió este reconocimiento en la categoría de Urbanismo. Con ella, GEN trabajó desde el conocimiento de la historia de las plazas, reinterpretándola y contribuyendo a detener la degradación del Casco Histórico de la localidad zaragozana. Otro de los premios fue para una vivienda de Barbastro de aspecto contemporáneo pero que bebe del "saber encerrado que hay en las construcciones tradicionales, en este caso un pajar con su ventilación cruzada cuya mecánica ancestral adaptamos para que esta vivienda particular fuera eficiente climáticamente".

Preguntado sobre si se considera un arquitecto de pueblo, Corzán responde: "Pues depende de la connotación". Se explica: "El hecho de definirse como ‘de pueblo’ nos parece de otra época. Los territorios y las sociedades son ahora mucho más fluidos. La movilidad es enorme. Personas de ciudad sin pueblo se han buscado uno y viajan a él los fines de semana. Hay personas de pueblo que viven en ellos solo en verano. Ese sentimiento de ser de pueblo, de no haber salido nunca de ahí, de tener una cultura que le diferencia de alguien de ciudad se ha roto completamente. En GEN somos de pueblo en el sentido de que nos hemos criado en un pueblo y trabajamos en un pueblo: ¿Somos por eso arquitectos de pueblo? Pues no lo sé".

De izquierda a derecha. los arquitectos David Cerezo, Javier Corzán y Javier Hernando.
De izquierda a derecha. los arquitectos David Cerezo, Javier Corzán y Javier Hernando.
H. A.

En todo caso, Corzán tiene claro que la educación que recibió en su Azuara "ha sido diferenciadora". Fue a un CRA, siglas para Colegio Rural Agrupado donde se coincide en clase con otros niños de edades variadas. A eso se añaden en su opinión "otras circunstancias al margen de lo académico, de vivir y entender a mis paisanos, las mecánicas que confluyen en ellos y que obedecen a ciertos patrones"

Para GEN es fundamental "establecer unas relaciones de confianza con la gente que acaba siendo tu cliente". Y de ahí "la apuesta decidida por ubicarnos allí físicamente". Algo que, defienden, "nos da un conocimiento fundamental para medir nuestras actuaciones, no solo en lo físico sino en el terreno social. Compramos el pan o nos cortamos el pelo al lado del estudio. Nos cruzamos con personas de camino a la obra y todas te comentan cosas en todos los sentidos. El conocimiento que poseemos del vibrar de los municipios trabajando en ellos frente a cualquier otra persona que puede estar cerca pero no haga vida aquí no tiene parangón".

En este terreno, GEN pone también mucho el acento en cuestiones relacionadas con la vida cultural, tejiendo relaciones con diversas asociaciones y participando en su agenda cultural.

“Tenemos vocación de servicio público y por eso -insiste Corzán- entendíamos que en los pueblos íbamos a encontrar el hueco para desarrollarnos”.

La plaza de España de Épila.
La plaza de España de Épila.
Chabi Foto

“Nuestra tipología de actuación es completamente variada, lo mismo estamos restaurando un castillo, construyendo un centro cívico o haciendo una exposición. Entendemos que la arquitectura es transversal, por lo que trabajamos con un amplio abanico de agentes, desde asociaciones culturales, arqueólogos, ingenieros... La figura del arquitecto tiene la capacidad de posicionarse como organizador del juego y por lo tanto de promotor de ciertas acciones que pueden ayudar en el desarrollo del territorio”.

Este concepto, el de territorio, forma parte estructural también de la filosofía de Corzán, Hernando y Cerezo: “De la despoblación no se salvarán municipios, sino territorios”, sostienen. Por ello defienden “ Existen infraestructuras, servicios y también paisajes culturales comunes; creemos en la unidad de los territorios a través de la creación de una identidad común, como vía de futuro para ellos”.

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