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Jorge Cortés : “Quiero ofrecer una visión verosímil de una época y del maquis, sin épica”

El escritor aragonés publica una nueva novela sobre el movimiento guerrillero en Aragón y en Francia: ‘Memoria de aquel silencio’ (Comuniter)

Jorge Cortés Pellicer (Zaragoza, 1953) es un escritor apasionado de los maquis.
Jorge Cortés Pellicer (Zaragoza, 1953) es un escritor apasionado de los maquis.
A. C. /Heraldo.

¿Por qué le interesan tanto los maquis? Les ha dedicado varios libros y cuentos como ‘La savia de la literesa’ o ‘El maestro’, y ahora publica 'Memoria de aquel silencio'.

Inicialmente por la cercanía de lo que significaron: fue la única oposición organizada frente al franquismo durante casi una década. Y sin duda por los testimonios y documentación que he ido recogiendo durante bastantes años; en algunos casos, no sé la causa, pero algunos testigos directos me ofrecieron papeles cuya veracidad he contrastado y que no he renunciado a utilizar. En todo caso me parece un tema, con muchos silencios y olvidos, muy atractivo para novelarlo, respetando, al menos eso pretendo, siempre el sustrato histórico, sin falsificarlo, y así pudiendo adoptar en el relato puntos de vista opuestos o incluso complementarios. El transcurso del tiempo y los hechos nuevos que este nos revela obligan a modular, ampliar e incluso puede variar el punto de vista de lo que se escriba.

¿Cómo define la psicología del maquis, qué pensaban, qué deseaban hacer en realidad?

El huido tras durante la Guerra Civil se echó al monte, se ocultó y en su caso luchó por sobrevivir. En mi opinión es a partir de 1944 cuando con propiedad se puede hablar en España, en Aragón, de maquis o guerrilleros. Fueron agrupaciones territoriales, muy importante y la más duradera fue la Agrupación de Guerrilleros de Levante y Aragón (AGLA), que subsistió hasta el verano de 1952. Su finalidad era, según sus propios documentos, mediante la lucha armada, la organización de los antifranquistas y una activa propaganda, crear las condiciones para un levantamiento popular contra el falangismo, contra el franquismo.

Ahí entra el Partido Comunista de España.

El P.C.E. jugó un papel fundamental en el impulso y desarrollo de la guerrilla, pero es evidente que esa estrategia fracasó estrepitosamente y el maquis debió ser desmovilizado mucho antes, porque sus últimos años de existencia, su subsistencia, les forzó a actuaciones que incluso desprestigiaron sus objetivos políticos.

Plantea su libro ‘Memoria de aquel silencio’ (Comuniter. Zaragoza, 2022. 260 páginas) como una especie de memorias y a la vez de un reportaje. ¿Por qué ha elegido ese procedimiento?

Me ha parecido la forma más cercana de aproximar al lector a cuanto ocurre en el tiempo, espacio y protagonistas que novelo, a su comprensión, a procurar que entienda aquel tiempo con los circunstancias, estados de ánimo y realidad de aquel tiempo, y no juzgando con los valores y puntos de vista actuales.

"Hubo mujeres comprometidas igual que sus compañeros en la guerrilla, pero también quería incluir la suerte que corrieron mujeres cuyo apego a la guerrilla fue una consecuencia del amor hacia alguien a quien conocían y amaban antes de que este fuera un guerrillero. Y que pagaron caro por ello", dice Jorge Cortés

¿Cómo se alternan las voces del narrador y el protagonista?

Se superponen, se secundan, pero también sirven para levantar ciertos silencios que el protagonista ha interiorizado, pero a cuya edad quiere que alguien, no él, cuente, aunque sea insuficientemente. Me parece que se olvida, voluntariamente o no, y lo olvidado con los años puede desaparecer; sin embargo, otras veces se silencia, siempre voluntariamente, hechos o comportamientos que no nos agradan particularmente, que ocultamos, pero que no se han olvidado, y el silencio está ahí latente; aquí en la novela, es el narrador, eso pretende, quien ayuda a revelarlo, a darle voz, incluso a pesar del protagonista.

A nuestro protagonista, Ramiro, enamorado de Carmen, lo vemos en el Pirineo, en Teruel y también en Zaragoza. ¿Cómo resumiría esa trayectoria? ¿Se podían mover tanto, asumían tantos riesgos los guerrilleros?

El protagonista nació en la comarca altoaragonesa de La Galliguera, y el compromiso por amistad, no por otra razón, le lleva a la guerrilla, y a los espacios y territorios donde esta se desenvolvió. Después, a Francia, repasando la frontera varias veces, cumpliendo las misiones que le encomendaban: su vida ya estaba condicionada, dependía de la organización. Su estancia en las sierras de Teruel y Valencia, la brutal experiencia guerrillera que allí se vive, le endurecen, le comprometen, ya no es quien ayudó por amistad en los montes de su pueblo. Francia, de nuevo, es la nada cómoda vida de militante exiliado, y vuelta al interior donde vive la fase terminal de la guerrilla y después el exilio checo, una profesión nueva, una vida impensable, la soledad, el silencio.

"Creo que la guerrilla fue la contestación a aquello de 'algo había que hacer', aunque sus resultados difieren mucho de lo pretendido. Diría que en términos de pragmatismo político fracasó, pero no quienes honestamente expusieron su biografía para acabar con el franquismo"

¿Cuál fue la importancia estratégica de Zaragoza en la organización del maquis? Sorprenderá a quien no esté habituado...

Políticamente, el P.C.E., a pesar de las detenciones y torturas, mantuvo una organización bastante estable en Zaragoza, aunque las caídas fueron numerosas. Guerrilla y partido se pretendió que se mantuvieran como estructuras no contaminadas, aisladas una de otra, pero la realidad forzó que los militantes de la ciudad en muchos casos fueran soporte y enlace de la guerrilla aragonesa. Zaragoza, mi ciudad, siempre aparece en mis escrituras, y sus paisajes urbanos y rurales me parecen sugerentes, ricos, para engrosar, con base muy real, esta novela. Por otra parte, hay un trágico suceso, cierto por completo, que me apetecía incluir en sus páginas.

Jorge Cortés ha escrito mucho de Zaragoza, de Labordeta, del pintor Salavera y del poeta Rel del Corral.
Jorge Cortés ha escrito mucho de Zaragoza, de Labordeta, del pintor Salavera y del poeta Rel del Corral.
A. C. /Heraldo.

La novela, llena de ilusiones y de escaramuzas, en el fondo es la crónica de un fracaso. ¿Cómo se enfrenta el narrador a eso?

Admitiéndolo, no negándolo, pero tampoco cultivando el ensañamiento con ese fracaso. Y tampoco, como se dice ahora, sin equidistancias: el franquismo era el franquismo. Creo que la guerrilla fue la contestación a aquello de “algo había que hacer”, aunque sus resultados difieren mucho de lo pretendido. Diría que en términos de pragmatismo político fracasó, pero no quienes honestamente expusieron su biografía para acabar con el franquismo. El contexto internacional, la Guerra Fría, la población española que no quería reeditar otra guerra y los errores de la dirección política de la guerrilla desde Francia, todo ello y junto, me parece que fue decisivo.

Hay un momento que también conocemos a la ya madura Carmen. ¿En qué medida ha querido escribir una historia de amor casi imposible?

Porque sucedieron. Hubo mujeres comprometidas igual que sus compañeros en la guerrilla, pero también quería incluir la suerte que corrieron mujeres cuyo apego a la guerrilla fue una consecuencia del amor hacia alguien a quien conocían y amaban antes de que este fuera un guerrillero. Y que pagaron caro por ello. Luego, los años, la edad, la convicción de que no habría, porque era imposible, posibilidad de recuperar, de recomponer una vida en común, de una familia deseada, una vida rural atenazadora y, finalmente, la soledad que nada suple.

Después de otros libros de un tema semejante, ¿qué buscaba con esta novela?

Eludir una visión épica de la guerrilla, intentar relatar desde la experiencia de Ramiro, qué fue, cómo fue lo que sucedió, siempre desde su visión, o sea, cómo recuerda. Una visión no poco autocrítica, y si no descreída, alejada de determinadas certidumbres, aunque sus viejas convicciones las mantiene. El lector, piense como piense, me parece que ya está suficientemente impuesto en qué ocurrió, qué fue la guerrilla, y por ello he intentado atender a la intrahistoria, a la cotidianidad, a los detalles, pero también al final, en el olvido o en el silencio, de quienes sobrevivieron a la expuesta vida en el monte, pero hubieron de rehacer, ya con edad, sus biografías, lejos de su tierra y adaptarse a una vida impensada.

No es fácil decirlo, lo sé, ¿pero cómo podríamos resumir la aventura del maquis o los guerrilleros en Aragón? ¿Qué y quiénes le conmueven?

Fue decisiva en el conjunto del maquis español. Por ejemplo, la Agrupación del Alto Aragón, con personajes tan emblemáticos como Joaquín Arasanz y tantos otros. Los que también actuaron por las sierras de Santo Domingo y Carbonera, con la presencia latente de quien para mí ha sido el guerrillero aragonés más relevante: Ángel Fuertes Vidosa, ‘Antonio’ o ‘El Maestro de Agüero’ (aunque nunca ejerció en su pueblo).

Recuérdenos quién fue El Maestro de Agüero.

Un maestro con una peripecia vital de gran trascendencia: maestro republicano con varios destinos en donde dejó estela y donde enseñó gratis y fuera de horario a muchachos que no podían asistir a sus clases; comandante durante la guerra de un batallón y responsable de cultura, de alfabetización, del mismo; en el exilio francés responsable del maquis contra los nazis en varios departamentos; allí, después, miembro de la Agrupación de Guerrilleros Españoles; organizó en sus sierras pre-pirenaicas la guerrilla, pasó a Zaragoza dirigiendo la lucha política y guerrillera: miembro destacado, durante varios meses el máximo dirigente, de la AGLA; lo mataron por una delación el 26 de mayo de 1948. Y hablo de tantos que los historiadores han recuperado del olvido. Al final del libro hay un inventario general.

"He intentado desmitificar y humanizar muchas situaciones, aunque sin eludir circunstancias determinantes como los años de cárcel, la tortura, los amores que se truncaron, las rupturas familiares", dice Jorge Cortés

Apasionante. ¿Sigue a algún escritor del tema? No sé, Alfonso Cervera, Ramón Acín, Julio Llamazares... Se ve que ha estado en Santa Cruz de Moya. ¿Qué ha significado esa cita para la causa?

Estuve varios años, hace unos veinte, en las concentraciones de Santa Cruz de Moya, y realmente fue una gran experiencia; después quizás decayó el sentido de aquellas jornadas anuales, siempre el primer sábado de octubre. El contacto con guerrilleros, con escritores, historiadores, con personas que aún vivían y lúcidamente recordaban momentos y hechos que constituyen parte relevante de nuestra Historia. La reivindicación y dignificación del papel de los guerrilleros, con todas sus contradicciones, eso fue muy importante.

Jorge Cortés ha contado con un material de primera mano para hacer su historia.
Jorge Cortés ha contado con un material de primera mano para hacer su historia.
A. C. /Heraldo.

¿Quiere decir algo más?

Creo que me he alargado un poco en las respuestas, pero como apostilla final le diré que ha sido mi voluntad con esta novela ofrecer una visión verosímil de una época y del fenómeno del maquis, de los valores y hábitos de entonces, utilizando para ello contextos verídicos con personajes y anécdotas reales y de ficción. También he intentado desmitificar y humanizar muchas situaciones, aunque sin eludir circunstancias determinantes como los años de cárcel, la tortura, los amores que se truncaron, las rupturas familiares, y poner en duda las cosas que se presentan como verdades absolutas, combinando hechos reales o históricos con la imaginación y conjugando esta, procurándolo al menos, con la veracidad y la verosimilitud, Y es novela porque quiero estar, como escribía Max Aub (‘Luis Buñuel, Novela’), lo más cerca posible de la verdad.

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