zaragoza

La Feria de Artesanía de Aragón cierra sus puertas con satisfacción de público y ventas

Alrededor de 20.000 personas visitaron el Auditorio, una cifra de la época anterior a la covid.

Ambiente en la Feria de Artesanía de Zaragoza.
Ambiente en la Feria de Artesanía de Zaragoza.
Guillermo Mestre

Este domingo se cerraba una nueva edición de la Feria de Artesanía de Aragón, que es siempre como el arca de Noé de la invención, la manufactura y la sorpresa. Siempre hay novedades, sorteos de cheques entre los compradores de artesanía y lotes de regalos a los que se podía acceder mediante las nuevas tecnologías. En esta ocasión, han sido 86 los puestos de esta nueva cita y ha habido muchas visitas y una intensa circulación de visitantes.

Susana Martín, tesorera de la Asociación de Artesanos, estaba feliz, satisfecha. "Nos ha ido muy bien de ventas y de público. Han pasado por la Feria unos 20.000 cifras semejantes a las anteriores a la pandemia y gracias a nuestros mensajes de comunicación y el trabajo en redes, hemos tenido nuevos públicos. Y eso emociona". Susana dice que el último día funciona muy bien por la mañana y peor por la tarde, "este año no ha sido así. La gente quería ver cosas y quería comprar".

La Feria de Artesanía interesa y atrapa. Ofrece un montón de oficios tradicionales –madera, vidrio, joyería, textil, arte, cerámica, dibujo y pintura, elementos decorativos, iluminación, flora, juguetes, etc.– que se presentan al público interesado (en un solo día pasaron 4.000 personas, "sí ese fue el pico de la feria", con unos puestos realmente atractivos, donde hay mucho que contemplar y elegir desde distintas perspectivas: la belleza, el ingenio, el diseño, la elegancia y el primor manual, que no deja de ser una mezcla de arte y artesanía.

Parece imposible no hallar algo que alimente uno de nuestros sueños. Esta semana se han concedido los diversos galardones.

La ganadora del premio al mejor stand fue Julia Pla Pellicer, con un puesto de aires orientales en el que vende sus piezas de artesanía de inspiración mudéjar. El premio a la mejor pieza artesana fue para ‘Mian Ju’, del ceramista Néstor Pablo, de Cerámica Saediles. Y el segundo premio recayó en Mari Luz Icart, artesana responsable de la creación de 'Gatsby', un chaleco hecho a medida para un establecimiento hostelero.

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