LETRAS DE ARAGÓN. OCIO Y CULTURA

Javier Vázquez: “Adoro Zaragoza y la ciudad que se modernizó en 1910 es la protagonista de mis libros”

El escritor y locutor de Aragón Radio publica una nueva novela de intriga, 'El vals de la novia ausente' y recupera a su cupletista Mercedes Ibor

Javier Vázquez es un enamorado de las variedades, del cuplé y de la Zaragoza de 1908 que se abrió a la modernidad.
Javier Vázquez es un enamorado de las variedades, del cuplé y de la Zaragoza de 1908 que se abrió a la modernidad.
A. C. /Heraldo.

Javier Vázquez Ezcurdia (Zaragoza, 1973) escribe desde muy joven. Un poco de todo: piezas teatrales, pequeños diálogos, cuentos de distinta extensión, novelitas infantiles y desde hace un lustro o más novelas de intriga policial. “No sentía la necesidad de escribir, pero un día conocí a los editores de Nalvay, Isabel Peralta y David González, y publiqué dos libros con ellos. Fue una experiencia estupenda. Nalvay cerró, si no habrían sido tres”, recuerda este hombre apasionado que ha conducido durante quince años el programa ‘Escúchate’ en Aragón Radio, cuatro horas todos los días, de lunes a viernes, más de 3.000 programas, cifra que se dice pronto y que le convirtió en una figura familiar.

Un día el infortunio jugó en su contra: durante una presentación se cayó al suelo y se lesionó seriamente. Desde entonces, Javier Vázquez ha sufrido lo indecible, físicamente y emocionalmente, primero por la inmovilidad y el dolor, y luego al verse alejado de lo que había sido una de las experiencias más intensas y hermosas de su vida: la radio. Antes de la fatalidad escribió dos obras de teatro: ‘Y si fuera posible amar’, donde ofrecía su versión de la narración romántica de Los Amantes de Teruel, y ‘Un señor de traje gris’, que se representó en Rusia y “fue utilizado por alumnos de Moscú para estudiar castellano”, cuenta. Casi a la par, escribió y publicó la novela ‘Tango para una asesina (Círculo rojo), donde creaba un personaje muy singular: Mercedes Ibor, “una cupletista a la que las circunstancias empujan a ser detective”, comenta, y recuerda que en los clubes de lectura suscitó mucho cariño.

“La música es una de las pasiones de mi vida. Y me gusta mucho el mundo de las variedades y la música popular. Por eso he creado a este personaje que solía trabajar y actuar en un teatro ya desaparecido como el Teatro Pignatelli, que tenía jardines y debía ser como un foco de conversaciones, de reuniones, etc.

Añade otro detalle más: “En el cierre de esa primera novela, Merceditas, también conocida por “la Bella Ibor, la emperatriz de los teatros” iniciaba una relación con el joven Santiago Cubero, que ya está consolidada en la novela que publica ahora y que presenta el jueves en el Salón del Trono del palacio de Sástago en compañía de la periodista y locutora Susana Luquín: ‘El vals de la novia ausente’ (Mira editores).

PASIÓN POR LA MÚSICA Y LOS TEATROS

“La música es una de las pasiones de mi vida. Y me gusta mucho el mundo de las variedades y la música popular. Por eso he creado a este personaje que solía trabajar y actuar en un teatro ya desaparecido como el Teatro Pignatelli, que tenía jardines y debía ser como un foco de conversaciones, de reuniones, etc. Era un teatro menos noble que el Principal. Si en la primera novela aludía al tango, aquí he pensado en el vals, y en cierto modo la novela tiene una estructura de vals”, explica.

Javier Vázquez convierte a la Zaragoza histórica de la Exposición Hispano-Francesa de 1908 y los años siguiente en la auténtica protagonista de su libro.
Javier Vázquez convierte a la Zaragoza histórica de la Exposición Hispano-Francesa de 1908 y los años siguiente en la auténtica protagonista de su libro.
Álvaro Calvo.

La novela, en una escena breve y casi teatral, arranca con una posible boda. “Algunos pensarán que es la de Merceditas Ibor con Santiago. Quizá no sea esa. Como se ve esta es una novela coral, con muchos personajes: la Bella Ibor y su novio; su madre, doña Arminda, y Teressa, su tía y propietaria de la pensión La Paloma; don Augusto, el acomodador del Teatro Principal, que aquí es menos importante en la ficción; Saturnino Aguilar, conde de Campoo y dueño de la fábrica de Galletas El Paraíso, que están inspiradas en Galletas Patria, y su prometida Beatriz Collados, o esa encantadora ‘troupe’ del teatro Pignatelli”, explica Javier, y revela algo capital para él: sus novelas avanzan mediante el diálogo.

“Más que hablar yo, más que extenderme en explicaciones, son los personajes los que se cuentan, los que hablan. Hay algo que quiero decir: para mí ha sido muy importante Agatha Christie. Es una escritora amena, directa, que conoce a la perfección el corazón humano, y que domina las claves literarias como nadie. Aprendo mucho de ella”, señala Javier Vázquez, que ha rodeado a sus personajes centrales de un auténtico pelotón de secundarios que abarcan muchos oficios y todos ellos colaboran en el clima de intriga que se vive en la novela, entre ellos al menos un aparente crimen.

LA CIUDAD MODERNA, AGATHA CHRISTIE Y LAS TRAMAS

“Yo cuido mucho las tramas. No me gusta engañar el lector, tenderle trampas. Todo lo que sucede debe tener su sentido y debe estar justificado. Ahí también soy fiel a Agatha Christie. Y aquí también ocurre, pero creo que esta novela de intriga y en cierto modo policíaca y aun negra (si aceptamos que es una novela de costumbres donde se analizan las diversas capas de la sociedad), tiene una protagonista fundamental: aquella Zaragoza de 1910 a 1912, posterior a la Exposición Hispano-Francesa de 1908, que supuso una cita con la modernidad”, dice.

“El azar acude en su ayuda, y ella sale adelante porque también es osada y pizpireta. De tonta no tiene ni un pelo”, dice. Ni falta que hace. La duda que tiene ahora Javier Vázquez es qué modalidad musical elegirá para su próxima ficción: ¿el bolero, la salsa o el filin que inmortalizó Pablo Milanés?

Javier Vázquez ha trabajado mucho. Ha entrevistado a los descendientes de panaderías, comercios, lugares de relumbrón, ha manejado mucha información: ya sea la Bombonera de Oro, Galletas el Paraíso, el Café Moderno, el hotel Regina, la Casa Molins. “Todo eso está muy cuidado. Muy trabajado. Se habla de arquitectos como Ricardo Magdalena, que hace diversos edificios, entre ellos el Matadero, o como Félix Navarro, el hombre que hizo el Mercado Central o el palacio de Larrinaga. Pero, claro, Zaragoza es clave. Es una ciudad que amo con locura. Me identifico con ella. Yo tiendo a verlo todo con optimismo. Y Zaragoza me encanta, por eso creo que es el gran personaje del libro”, confiesa.

Esquema de los personajes que hice una lectora de su libro anterior, 'Tango para una asesina', protagonizado ya por la cupletista Mercedes Ibor.
Esquema de los personajes que hizo una lectora de su libro anterior, 'Tango para una asesina', protagonizado ya por la cupletista Mercedes Ibor.
Archivo Javier Vázquez.

Javier Vázquez se ha tomado un año de excedencia. Y parece que no se va a aburrir. Después de esta novela, ya le ronda por la cabeza una tercera con ese personaje como Merceditas Ibor, que vuelve al Teatro Pignatelli, antes de que lo derriben: “El azar acude en su ayuda, y ella sale adelante porque también es osada y pizpireta. De tonta no tiene ni un pelo”, dice. Ni falta que hace. La duda que tiene ahora Javier Vázquez es qué modalidad musical elegirá para su próxima ficción: ¿el bolero, la salsa o el filin que inmortalizó Pablo Milanés, que acaba de partir hacia las estrellas?

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