Anuario SGAE: Aragón, en la media de las cifras nacionales de recuperación en la cultura
La proyección de los datos de 2022, aún no disponibles, apuntan a cifras más cercanas a las de 2019; la institución cuenta con 3.429 asociados en tierras aragonesas
El director de la Fundación SGAE, Rubén Gutiérrez, ha presentado este miércoles en Zaragoza el Anuario SGAE 2022 de las Artes Escénicas, Musicales y Audiovisuales; Gutiérrez ha efectuado una comparativa entre los datos aragoneses y los estatales en 2021. Además, ha analizado en cada segmento las cifras de actividad, asistencia y recaudación, con una mirada a la evolución de los datos desde 2008 hasta 2021. Por último, aunque sin cifras concretas, ha avanzado que los datos manejados por la institución (que no están aún disponibles para su divulgación) hablan de una franca recuperación con respecto al bienio previo, coincidente con el periodo de mayor incidencia de la pandemia.
El responsable de SGAE en Aragón, Joseba Palacios, ha sido el anfitrión de la cita. En una breve intervención, ha querido recordar que SGAE pasó en Aragón de 3.323 personas asociadas en 2020 a 3.439, una subida del 3.5%, y avanzó que el incremento que registrará 2022 es superior. La masa social actual tiene un 31% de mujeres, y del total hay un 85% de afiliaciones musicales, un 8% de audiovisuales y un 3% de otras artes escénicas, además de porcentajes menores en otras áreas.
Antes de dar un exhaustivo repaso a las cifras, Gutiérrez señaló que los datos de la música grabada provienen de Promusicae y nunca están desglosados por comunidades autónomas. En lo tocante a las artes escénicas, señaló que se trata del segmento en el que Aragón pierde un poco el paso con respecto al resto de España; no ocurre así con la música, tanto clásica y popular, mientras que en el cine achacó el descenso en las cifras a un cambio de paradigma tras la pandemia, relacionado con las plataformas digitales.
Gutiérrez dijo también que la crisis derivada de la pandemia había sido significativamente más suave que la derivada del crack financiero de 2008, y que afectó a la línea de flotación de la cultura española hasta 2014, año en el que las cifras comenzaron a estabilizarse e incluso subir lentamente.
