Merceditas Valdés: la reina de la música afrocubana revive en Zaragoza

Un cubano residente en la capital aragonesa tiene el legado artístico de la cantante y lo presenta en una exposición en el Centro Joaquín Roncal

Merceditas Valdés, en su época de esplendor.
Merceditas Valdés, en su época de esplendor.
Heraldo.es

Por una de esas carambolas del destino, el legado artístico de Merceditas Valdés, estrella de la música cubana de los años 60 y 70, ‘revive’ en Zaragoza. Catorce de sus trajes, cientos de fotografías, documentos y recortes de prensa, e incluso sus medallas y distinciones, los custodia Agustín Montano, cubano residente en la capital aragonesa. Por eso, ahora que se cumplen cien años del nacimiento de la cantante, la Universidad de Zaragoza vio la oportunidad de organizar una exposición que ni siquiera han podido disfrutar en Cuba. Se inauguró a principios de mes en el Centro Joaquín Roncal y está a punto de clausurarse, ya que solo permanece abierta hasta el sábado. En ella se presenta tan solo una parte del legado.

"Ya en 1940, con tan solo 18 años, Merceditas estaba en ‘La Corte Suprema del arte’ (popular programa radiofónico) –la evoca Agustín Montano–. Fue un personaje muy popular, una mujer tímida pero con una voz potente. Yo la conocí cuando era ya una estrella, porque nací 10 o 15 años después de que triunfara en los bembés". En esos bembés, las fiestas de los orishas, en la tradición yoruba africana, fue donde se fraguó el arte de Merceditas Valdés, que fue una de las primeras cantantes que grabó (1949) cantos de la santería cubana. El impacto que tuvo en la isla fue tremendo. Montano lo sitúa a la misma altura que el que causó Lola Flores en la España de los 50. Y quizá se quede corto.

Mercedes Valdés Granit nació el 24 de septiembre de 1922 en Cayo Hueso, en el seno de una familia musical (su padre formaba parte del grupo Los Roncos). Muy pronto destacó, y especialistas como el musicólogo y etnólogo Fernando Ortiz vieron en ella un monumento vivo del patrimonio musical afrocubano y la santería. La llamaron ‘La pequeña Aché’. Según la cultura afrocubana, aché es la energía fundamental preexistente al universo.

"Hubo programas de radio que se hicieron para ella, como ‘Rapsodia negra’ –añade Montano–. Fue la primera en dar un recital de música afrocubana en Nueva York, y se casó con otra estrella, el percusionista Guillermo Barreto, al que conoció en ‘Tropicana’. En 1991 falleció su marido y ahí empezó su declive".

¿Cómo ha terminado en Zaragoza el legado de esta estrella? Agustín Montano nació en Pinar del Río en 1954 y su familia tenía vínculos de amistad y vecindad con Merceditas. "En 1990 me dijo que no quería que sus cosas se dispersaran y cayeran en el olvido y me nombró su albacea testamentario", relata. En el año 2000, la asociación El Trébol pidió a Montano que dirigiera una de las actividades que impulsa en Zaragoza. Lo hizo y le encantó la ciudad. Entonces vivía en México. Cinco años más tarde acabó instalándose en la capital aragonesa. Con él ha venido ahora el legado de Merceditas Valdés. Pero no termina ahí la carambola. Resulta que Agustín Montano vive en la calle Manifestación, 13, en la casa que habitó José Martí, el poeta y apóstol de la independencia cubana, en 1873 y 1874, cuando estudiaba en la Universidad de Zaragoza.

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