el patrimonio aragonés emigrado

El mejor retrato de Zaragoza 'la Harta', la ciudad de los 200 palacios, está en Austria

Anton van den Wyngaerde recorrió España por encargo de Felipe II para retratar las ciudades más importantes. En tierras aragonesas estuvo en 1563 y al menos hizo tres vistas: de Zaragoza, Daroca y Monzón.

Detalle de la ‘Vista de Zaragoza’ de Anton van den Wyngaerde que se conserva en la Biblioteca Nacional de Austria.
Detalle de la ‘Vista de Zaragoza’ de Anton van den Wyngaerde que se conserva en la Biblioteca Nacional de Austria.
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Para lo importante que fue, no es Zaragoza una ciudad que tenga muchas vistas antiguas, y casi todas las emblemáticas se conservan fuera de nuestras fronteras.

Una de las primeras que viene a la cabeza es la ‘Vista de Zaragoza’ de Juan Bautista Martínez del Mazo, que, desde la galería superior del convento del convento de San Lázaro, nos presenta la ciudad tal y como era a mediados del siglo XVII, con la parte central del puente de Piedra derruida por los efectos de una riada. El cuadro, hoy en el Museo del Prado, guarda un secreto, y es que en algún momento tuvo, y fueron borrados, tres símbolos importantes: el escudo del Reino de Aragón, una Virgen del Pilar y el escudo de Zaragoza.

Pero el protagonista de este artículo no es el cuadro de Juan Bautista Martínez del Mazo sino una vista anterior, quizá la primera de grandes dimensiones que se hizo de la capital aragonesa. Se trata de la que realizó un siglo antes Anton van den Wyngaerde (1525-1571). Artista de mano rápida al servicio de Felipe II, ganó fama con sus dibujos y pinturas de ciudades holandesas, francesas, italianas e inglesas. El rey español, seducido por su trabajo, le encargó documentar para la posteridad las principales ciudades españolas. Y a ello se entregó con pasión y profesionalidad.

Hizo al menos 62 vistas de ciudades españolas, de Barcelona a Granada, pasando por Segovia, Toledo, Valencia, Córdoba, Salamanca, Sevilla, Madrid, Toledo o Segovia. De tierras aragonesas se conocen tres vistas, todas ellas de 1563. Además de la de Zaragoza, dedicó otras a Daroca y Monzón, cuyos originales también están fuera de España. Con todas ellas Felipe II decoró varias estancias del Palacio Real. El problema es que todas ellas ardieron en 1727, en el devastador incendio del edificio.

Buena parte de los dibujos preparatorios, sin embargo, se salvaron. De Zaragoza se conocen dos, uno, acabado, que custodia la Österreichische Nationalbibliothek de Viena, la Biblioteca Nacional de Austria; y al parecer existe un boceto anterior guardado en Londres.

La obra ‘austriaca’ está realizada a tinta y coloreada levemente con acuarela. Contrariamente a lo que se cree, la cuadrícula no es un instrumento que usó Antonio de las Viñas (como también se le conocía al artista en España) para ayudarse a la hora de retratar la ciudad, sino que se dibujó a posteriori para facilitar la transposición del dibujo a un formato menor, que sirviera de base para un grabado que al parecer nunca se estampó.

¿Qué ciudad aparece en la ‘Vista’ de Wyngaerde? Pues la que se definía como ‘la Harta’, la Florencia española, la ciudad de los 200 palacios y 100 torres (las cifras tenían que ser exageradas) y 25.000 habitantes que gozaban de prosperidad económica gracias a la industria y el comercio. La Zaragoza que, según el portugués Gaspar de Barreiros, «tiene los mejores edificios de España». 

En la vista aparece alguno de los que aún sobreviven, como el palacio de los Luna (la Audiencia), la Aljafería o la iglesia de San Pablo; junto a otros ya perdidos, como las puertas de la ciudad, las casas del puente, el palacio de la Diputación del Reino o el monasterio de Santa Engracia. Muchos desaparecieron en los Sitios.

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