¿Sabías que Eva Perón estuvo en Zaragoza?
Tal día como en el año 1947, la capital aragonesa recibió enfervorizada a la esposa del entonces presidente de Argentina. Decenas de miles de personas querían comprobar las noticias sobre la elegancia y belleza de la dama, que visitó el Pilar y regaló a la Virgen unos pendientes de oro.
A lo largo de la historia, Zaragoza ha recibido numerosas visitas ilustres: Ava Gardner, Albert Einstein o Federico García Lorca son algunos de los nombres más destacados que han paseado por las calles de la capital aragonesa. Con motivo de su aniversario, este martes recordamos la visita en el año 1947 de la que entonces era primera dama de Argentina: Eva Duarte, esposa del presidente Perón.
La ‘madre de los descamisados’, que se convirtió en un auténtico mito, encarnando como pocos el populismo político, visitó la capital del Ebro el 21 y 22 de junio con motivo de una gira por distintas ciudades. En todas ellas fue recibida como un jefe de Estado.
Llegó en avión a Zaragoza, ciudad con la que curiosamente tuvo un importante vínculo ya fallecida, ya que fue un doctor zaragozano, Pedro Ara, quien se encargó de embalsamarla. Fue recibida en el aeropuerto por el ministro del Aire González Gallardo y por el capitán general Juan Bautista Sánchez. Subió a un descapotable que atravesó la avenida de Madrid, entre gritos y vítores a Franco y Perón. “Vimos una multitud enfebrecida al paso de una mujer. De una mujer que en el marco de una belleza física insuperable, encierra un corazón de oro y una inteligencia preclara, que se desbordan en efluvios de simpatía arrolladora”, escribimos al día siguiente en las páginas de HERALDO. En el paseo de María Agustín, al pasar ante el Hogar Pignatelli, homenajeó a un colectivo de alumnos y la banda de música de la Diputación Provincial tocó los himnos de España y Argentina. Al llegar a la Puerta del Carmen, se detuvo, y desde allí se dirigió a la plaza del Pilar, tras recorrer el paseo Pamplona, el paseo de la Independencia y la plaza de España.
A su llegada a la basílica entró bajo palio, algo reservado a los reyes y jefes de Estado católicos. Acompañada del alcalde y el séquito de autoridades, en su interior se cantó una salve. Muy emocionada, se postró a los pies de la Virgen para orarla. “Después se quitó los pendientes de oro que llevaba y los depositó ante la imagen”.
Por la noche asistió a una cena de gala que el consistorio zaragozano organizó en su honor en La Lonja, donde fue obsequiada con una imagen de la Virgen con una efusiva dedicatoria del Ayuntamiento. Durmió en el antiguo Monasterio de Cogullada.
Durante su estancia, sin embargo, Evita Perón se llevó una desagradable sorpresa cuando al día siguiente, al levantarse, descubrió que el diario ‘El Noticiero’ había publicado una fotografía un tanto equívoca. Cuando se arrodilló ante el camarín de la Virgen, se acercó un canónigo calvo, creando en la instantánea un desagradable efecto óptico para la primera dama argentina, ya que parecía que enseñaba el culo. Indignada, exigió responsabilidades. El propio fotógrafo, Gerardo Sancho acudió a verla a Cogullada y le pidió disculpas.
