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Forma: se cumple medio siglo del grupo artístico que revolucionó Zaragoza

El 17 de junio de 1972, Fernando Cortés, Manuel Marteles, Paco Rallo y Paco Simón, a quienes se sumaría Joaquín Gimeno, exponían en el Centro Ánade

Fernando Cortés, Paco Simón, Paco Rallo y Manuel Marteles.
Fernando Cortés, Paco Simón, Paco Rallo y Manuel Marteles.
Archivo Forma

La historia del arte en Aragón fue pródiga en grupos de artes plásticos: ahí están, entre otros, Pórtico (Lagunas, Aguayo y Laguardia, al final), el Grupo o Escuela de Zaragoza (Ricardo Santamaría, Daniel Sahún, Juan José Vera, Hanton González y Julia Dorado) o Azuda-40 (Natalio Bayo, José Ignacio Baqué, Pascual Blanco, José Luis Cano, Vicente Dolader, Antonio Fortún, Pascual Giralt y José Luis Lasala), aunque la nómina es mucho más extensa. Todos ellos fueron capitales de modos muy diferentes, pero el grupo Forma supuso una gran novedad: sus componentes -Fernando Cortés, Manuel Marteles, Paco Rallo y Paco Simón; en 1974 se les sumaría Joaquín Gimeno; Valtueña siemrpre andaría cerca, cómplice- trabajaron y convivieron juntos, y adelantaron en Zaragoza la llegada de las nuevas vanguardias. Todos ellos tenían entre 16 y 18, y fue el padre de Manuel Marteles, el más leído del grupo y apasionado por la filosofía y la literatura, quien hubo de firmar la autorización para alquilar por 500 pesetas de la época -3 euros de hoy– una buhardilla-estudio en la calle Castrillón.

Paco Rallo: "El Palacio de Sástago de Zaragoza en 2002, realizó la producción y dedicó todas sus salas a la exposición antológica: ‘Grupo Forma. Actitudes e Ideas, ideas y actitudes. 1972-1976’, muestra que fue comisariada por el doctor Jaime Ángel Cañellas"

Más tarde, el grupo Forma se trasladó a un ático en la calle Santa Cruz y, finalmente, se instaló en un piso de más de 200 metros en la calle Jusepe Martínez. “Aquel era un piso grande. La policía, quizá por perplejidad más que nada, nos seguía los pasos, y en su informe decía que no éramos políticos, que no trabajábamos en la clandestinidad en partidos de la izquierda. Decían que éramos más bien anarquistas o hippies, en una suerte de comuna internacional. Y era verdad: mucha gente que viajaba por España, que iba del sur o Madrid a Barcelona o Euskadi, se quedaba a dormir en el estudio. La revista ‘Ajoblanco’ nos había presentado en sus páginas como una comuna internacional”, recuerda Paco Rallo.

Aquellos jóvenes rebeldes

Los cuatro jóvenes artistas se estrenaron como colectivo osado el 17 de junio de 1972 en el Centro Cultural Ánade, en la calle Francisco Vitoria, y durante su existencia, tal como recuerda Paco Rallo: “en edificios, plazas, calles y en sitios alternativos de Zaragoza, efectuaron acciones de Arte–Experimentación–Provocación, con ‘happenings’, ‘performances’, dentro de las tendencias de ‘arte povera’ y el ‘body art’; efectuaron acciones desesperadas, instalaciones conceptuales y minimalistas; estudios sobre el color negro; espectáculos renovables –como ‘El mundo de las descompensaciones equívocas’-, montajes ambientales, proyecciones visuales con música electrónica como ‘Espacios inhabitables’; actos comunes de concienciación; repetición de conceptos lingüísticos e invención de palabras”, entre otras cosas. La provocación, el concepto y el juego estaban a la orden del día.

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Manuel Marteles, Fernando Cortés, Paco Rallo y Paco Simón, el primer cuarteto de Forma.
Archivo Forma.

Aquellos cuatro jóvenes coincidieron en la Escuela de Artes con profesores como Dolores Franco, los hermanos Albareda, Navarro. Paco Simón y Fernando Cortés ya eran amigos porque vivían en Torrero; Rallo se interesó por unos pósters que hacía Simón y Marteles no tardía en sumarse. “Nos aburríamos mucho en la Escuela de Artes y nuestra unión fue natural, como una muestra de rebeldía. El pintor que soy hoy se lo debo en gran parte al grupo Forma”, apunta Paco Simón. Va un poco más allá: “En la Escuela estábamos como señalados. No nos entendían; estrechamos la amistad, vimos que teníamos muchas cosas en común y ahí empezó todo. Al principio sabíamos lo justo pero nos interesaba mucho Tàpies”, agrega Simón.

Paco Rallo: “A Fernando Cortés le interesaba mucho la pintura informalista, el Grupo El Paso, en particular Viola, y por supuesto Tàpies. Marteles venía por el estudio tras doce o trece horas de trabajo como pintor de brocha gorda con su padre, y de repente se ponía hablar de los clásicos griego"

Sin embargo, Paco Rallo incorpora otros matices. “A Fernando Cortés le interesaba mucho la pintura informalista, el Grupo El Paso, en particular Viola, y por supuesto Tàpies. Marteles venía por el estudio tras doce o trece horas de trabajo como pintor de brocha gorda con su padre, y de repente se ponía hablar de los clásicos griegos; él ya tenía entonces ese mundo suyo tan literario, tan ácido y crítico; no recuerdo quién le interesaba entonces. A mí me interesaba mucho el escultor británico Henry Moore”, dice Rallo y recuerda que en sus estudios también se hacían guateques, “algo propio de la época”. “Podíamos ser abstractos y figurativos, como lo hemos ido siendo luego. Hemos hecho un poco de todo: pinturas de gran formato, esculturas, ‘collages’, cajas, objetos, poemas visuales, manifiestos y antimanifiestos conceptuales, revistas experimentales y exposiciones novedosas”.

Si la pintura les condiciona y les estimula, hay algo que será más determinante en su trayectoria: la pasión por la música electrónica y experimental, sobre todo de Pierre Henry y François Bayle. “Se ha contado algunas veces, pero Paco Rallo y yo fuimos a los famosos Encuentros de Pamplona y allí conocimos a otro gran músico: John Cage. La música nos inspiraba y nos abría la mente a nuevos espacios, a nuevas creaciones. Era capital para todos”, explica Paco Simón.

Paco Simón: "Paco Rallo y yo fuimos a los famosos Encuentros de Pamplona y allí conocimos a otro gran músico: John Cage. La música nos inspiraba y nos abría la mente a nuevos espacios, a nuevas creaciones. Era capital para todos”

Al principio, eran unos desconocidos. Arrancaron con el concurso Félix Adelantado, donde el único seleccionado fue Paco Rallo. “La obra la firmé yo, y abajo puse Grupo Forma. Y así lo hacíamos siempre”. Pero no solo eso. El impacto no tardó en producirse y “suscitamos diversos niveles de recelo y de envidia. El régimen franquista nos agobiaba un poco, y no entendían nada. Querían saber quiénes éramos, qué buscábamos. Y la izquierda, desde la clandestinidad, también recelaba. A nosotros no nos interesaba la política ni la militancia, y a la vez con nuestra actitud, algo de política cultural haríamos, pero la política clandestina entonces nos aburría mucho”, dice Paco Rallo.

La primera muestra se expuso entre el 17 y al 29 de junio en Ánade, que pasó de la calle Cádiz a Francisco Vitoria. Rallo recuerda que iba al centro porque hacía muchas actividades y tenía una habitación insonorizada donde se oía la música de maravilla. Y a partir de ahí la actividad no cesó hasta 1976, cuando se quebró el Grupo Forma por “diferencias vitales y estéticas”, dice Paco Rallo.

Trayectoria: el oficio de inventar

En la VI Bienal de Pintura y Escultura, de Zaragoza, de 1973 Forma monta, fuera de concurso, un pequeño teatro, ‘Elioconte o la forma del sino’, con un escenario formado con dos cilindros y un maniquí hallado en la calle, realizó acciones callejeras con micrófono y grabadora, con la presencia del pintor Enrique Larroy, alto y en apariencia serio y grave, y lanzaban preguntas como: “¿Qué opina del hombre? ¿Considera que procede del mono? ¿Cuántas veces se masturba al día?”, y realizaron otras intervenciones muy teatrales y provocadoras.

En 1974 redactaron el ‘Manifiesto Púnico o La Tortura del Pollo Urbano’, que dio lugar a un proyecto de Club Pollo Urbano que iba a cristalizar en una revista, que jamás se hizo, y que luego se vendió o se cedió a Dionisio Sánchez. Paco Rallo y Joaquín Gimeno, que se incorporó ese año, expusieron en la galería Atenas, los dos, con la idea de realizar durante tres meses una ‘exposición renovable’ que se iría cambiando. El colectivo también se presentó en el bar-galería La Taguara, de Pilar Delgado y Alfonso Zapater. Entre manifiesto y manifiesto, vivían todos juntos, decidieron hacer una aproximación a la naturaleza. 

En 1975 realizaron varias exposiciones: en la galería de Víctor Bailo, de nuevo en la galería Atenas y en Berdusán. En los catálogos para Víctor Bailo, artesanales y creados por ellos mismos siempre, incluían fotos de los espacios donde habían acampado y se incorporaban dos comentarios del teórico del grupo, Manuel Marteles; en uno sugería la probable ruptura del grupo y en el segundo describía lo que observaban en su relación con el paisaje. También en su mirada al paisaje parecían ir por adelante.

Recibieron muchas invitaciones de galerías de fuera de la ciudad, salieron en revistas como la francesa ‘Chronique de l’art vivant’ y de la italiana ‘Flash Art’. En 1976 realizarían en la sala del Instituto de Cultura de la Diputación de Málaga, en marzo, y en Casa-Museo de Antequera (Málaga), en abril; los catálogos llevaban textos de Ángel Azpeitia, profesor y crítico de arte de HERALDO, Y dos textos más del poeta y profesor Javier Barreiro y de Joaquín Gimeno, que firmaba con seudónimo.

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Al grupo Forma le gustaba experimentar en el arte, en sus catálogos y en sus 'happening'.
Archivo Forma.

Paco Rallo ha hecho inventario de la trascendencia del grupo Forma y su eco posterior: “Caroline Lewis, a mediados de los 80, realizó un estudio académico del grupo Forma, que fue presentado en la Universidad de Edimburgo (Escocia, Reino Unido). Jaime Ángel Cañellas dedicó su investigación para su tesis de licenciatura en historia del arte ‘Una aportación al estudio del arte aragonés del siglo XX: el Grupo Forma’, en la Universidad de Zaragoza en 1986. El Palacio de Sástago de Zaragoza en 2002, realizó la producción y dedico todas sus salas a la exposición antológica: ‘Grupo Forma. Actitudes e Ideas, ideas y actitudes. 1972-1976’, muestra que fue comisariada por el doctor Jaime Ángel Cañellas; quedó recogida enla publicación del libro y catálogo de la muestra en edición bilingüe. En 2020, Borja Cortés Soria efectúa un estudio desde la perspectiva de la filosofía, titulado ‘Investigación de la tortura del pollo urbano: el estudio del Grupo Forma’, que fue presentado en la Universidad de Zaragoza”.

Paco Simón reflexiona: “A veces uno no sabe del todo el eco de su trabajo, el ruido que se generó en la ciudad. Estos días, el fotógrafo Antonio Uriel nos decía cómo le había marcado e impresionado Forma. ‘Erais para mí y para los jóvenes de entonces la vanguardia más absoluta’. Y en parecidos términos me lo han dicho otros artistas como Ignacio Guelbenzu o Eugenio Ampudia”. Viven y siguen creando de diversas formas todos ellos, salvo Manuel Marteles que falleció en 2019. Y han expuesto en el Espacio La Huecha, que coordinan Marta y Miguel Ángel Domínguez, donde se presentará próximamente Paco Simón. Antes lo hicieron Rallo, Cortés y Marteles, este ya con carácter póstumo.

En la memoria de la ciudad queda su atrevimiento, su imaginación, su curiosidad y su actitud “libre y rompedora”. Iniciaron su aventura hace exactamente medio siglo, tal día como hoy: un 17 de junio de 1972.

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