HEMEROTECA
Con carrozas y majas: así eran las fiestas de primavera que se celebraban en Zaragoza
Las Fiestas Goyescas y Zaragoza Florece, eventos que alberga la capital durante los próximos fines de semana, nos llevan a recordar las festividades que se celebraban hasta los años 70 en esta época del año en la capital aragonesa.
Zaragoza afronta la recta final de la primavera de una forma muy festiva. Este viernes arranca en la capital aragonesa la celebración de las Fiestas Goyescas. Se trata de la primera edición de unas nuevas fiestas en la ciudad que giran en torno a la figura de Francisco de Goya y que durante tres jornadas harán disfrutar a zaragozanos y visitantes de diversas actividades relacionadas con el ocio y la cultura, que incluyen desfile, actuaciones, visitas guiadas y hasta una Ruta de la tapa. El maratón cultural continuará el próximo fin de semana con la segunda edición de Zaragoza Florece, un festival que volverá a llenar de color la ciudad y que tiene su epicentro en el parque Grande. Le seguirán el mercado medieval y la Noche en Blanco, que aguardan su turno en junio.
Estas festividades buscan, según palabras de la vicealcaldesa Sara Fernández, “recuperar el espíritu de las fiestas de primavera” que se celebraban hasta los años 70 en la ciudad". Es por ello que echamos la vista atrás (y buceamos en nuestro archivo) para recordar cómo eran.
Un desfile de floridas carrozas, que ahora se ha transformado en un animado pasacalles, recorría las calles de la ciudad. “El primer premio, de 30.000 pesetas, fue otorgado a la carroza del Club de Natación Helios y el segundo premio a la de Calatayud”, publicamos en nuestras páginas el 4 de mayo de 1965.
Además de la cabalgata, Zaragoza albergó durante diez primaveras el certamen de la Maja Internacional, que para este fin de semana de Fiestas Goyescas, en pleno siglo XXI, se ha cambiado por un videomapping. El 17 de abril de 1966, HERALDO recogía que Zaragoza iba a ser escenario ese mismo año de la primera edición de este “gran concurso” en el que participaron representantes de quince países para superar la veintena en años sucesivos.
Las candidatas “llenaban de color, gracia y belleza las calles de la ciudad”. La Lonja, engalanada para la ocasión, era el escenario de la fase final del concurso, que “nació con la pretensión de honrar la memoria de Francisco de Goya y Lucientes”, de ahí que en sus inicios tuviera muy buena acogida y que durante su estancia en Zaragoza las majas hicieran una visita a Fuendetodos, localidad natal del pintor. Sin embargo, “años más tarde se quebró la continuidad o faltó la constancia necesaria para que todo resultara según lo anunciado”, escribía en HERALDO Alfonso Zapater el 9 de noviembre de 1997.
