Tercer Milenio

ciencia y humanidades. ocio y cultura

Juanjo Millás: "Estoy intentando que la muerte me parezca una banalidad, una idiotez"

El escritor y el científico Juan Luis Arsuaga presentaron en el Paraninfo su nuevo libro y analizan la inmortalidad, la vejez y la enfermedad

Juan José Millás y Juan Luis Arsuaga nos enseñan la ciencia y otros secretos de la vida y de la historia del mundo.
Juan José Millás y Juan Luis Arsuaga nos enseñan la ciencia y otros secretos de la vida y de la historia del mundo.
José Miguel Marco.

«La muerte la debe afrontar cada uno como pueda o como quiera. A mí me ha influido mucho la escritura de estos libros, y sobre todo me he hecho consciente de que soy viejo (la vejez es un país extranjero), escribiendo este segundo libro, ‘La muerte contada por un sapiens a un neandertal’, aunque lo sabía teóricamente de modo práctico, con la cabeza y el corazón… He llegado a la conclusión de que la muerte es una banalidad, una idiotez. Algo que le pasa a tanta gente y desde hace tanto tiempo no puede tener interés. Realmente, además, lo importante que se pierde en la muerte no es el cuerpo, es el yo. Y pienso que el yo es una cosa tan insignificante, y hay tantos yoes en el mundo que la pérdida de un yo es una gilipollez… Estoy intentando que eso me parezca a mí la muerte», dice el escritor Juan José Millás.

Su compañero de viaje y de paseos alrededor de la ciencia Juan Luis Arsuaga matiza: «Hay dos formas de morir. Los que dicen, “quiero morir sin enterarme”, de un ictus masivo, y hay otra forma de morir que es enterándote. En las ‘Memorias de Adriano’, de Marguerite Yourcenar, dice el emperador que “querría morir con los ojos abiertos”. Y yo entre las dos formas, me agarro a la segunda: me gusta más enterarme. Claro que me inquietan el dolor, la angustia de morir. Cuando Thoreau se fue a Walden escribió: “Yo me retiré el bosque porque quería vivir deliberadamente”. Pues yo también: quiero morir deliberadamente. Y despidiéndome de mí mismo, en primer lugar», dice el científico, y recuerda ya de paso que el nuevo libro ni es triste ni demoledor.

Juan José Millás dialoga, pregunta y cuenta con fluidez e ingenio.
Juan José Millás dialoga, pregunta y cuenta con fluidez e ingenio.
José Miguel Marco.

Ambos, Millás y Arsuaga forman un curioso dúo que viaja bastante, dialoga, disfruta de la buena gastronomía y escribe textos híbridos –‘La vida contada por un sapiens a un neandertal’, primero, y ahora ‘La muerte contada por un sapiens a un neandertal’–, que son muchas cosas: una novela dialogada o ensayística, un ensayo novelado, un libro de viajes, un manual de ciencia, un conjunto de lecciones fuera del aula y, casi siempre, diálogos llenos de humor e inteligencia.

Alianza de forma y fondo

Esta alianza de dos autores de gran éxito en la literatura y en la ciencia fue azarosa. «No nos conocíamos nosotros. Esto surgió de una visita que hice yo a Atapuerca. Me quedé fascinado con todo aquello y salí de allí con la idea de hacer algo en la cabeza. A los dos años volví otra vez invitado por el museo para presentar mi novela, ‘Que nadie duerma’. Comimos juntos y se concretó la vaga idea de redactar algo juntos». Millás y Arsuaga tienen un gran personalidad, y son muy diferentes. Improvisan constantemente. «Ahora todas nuestras salidas contienen una sorpresa: el libro anterior lo cerramos en el cementerio de Madrid ante la tumba de Ramón y Cajal, y aquí también aparece un cementerio», dice Arsuaga.

¿Cómo es su método? «Arsuaga establece la línea argumental, y hacemos una serie de viajes pero a mí nunca me dice a donde vamos a ir. Lo único que me dice es “ponte ropa de abrigo”, si va a hacer frío, o “vamos a hacer noche fuera” por si tengo que levar una muda. Me enfrento al viaje con la inocencia de un niño. No me puedo preparar nada porque no sé nada», apunta Millás. Arsuaga dice que él sabe casi todo lo que va a ocurrir: «Tengo que tener las salidas previstas, me hago una lista de conceptos y de nombres. Aquí viene la berrea, y aquí la longevidad, la inmortalidad de la rata topo, la sexualidad de los caballos. Las sorpresas de Millás son sinceras», dice.

Millás cuida la forma y Arsuaga el contenido, pero ambos, forma y fondo, se entreveran y se enriquecen. Millás es muy libre en el planteamiento literario y Arsuaga solo repasa la parte científica. Dice Arsuaga:«Con la forma no me meto. Ni tampoco con cuestiones personales: hay gente que me dice que no me reconoce, que no soy tan antipático como me presenta Juanjo, y otros me dicen que me retrata tal como soy». En las páginas siempre hay ingenio, erudición, libros, poemas, canciones, filosofía, ciencias y letras... Y frases para siempre: «En la naturaleza no hay vejez, no hay decrepitud. Solo hay plenitud o muerte», dicen.

Juan Luis Arsuaga conversa y explica el reino animal y humano a un divertido Juan José Millás.
Juan Luis Arsuaga conversa y explica el reino animal y humano a un divertido Juan José Millás.
José Miguel Marco.

EN EL PAÍS DE LAS SORPRESAS

Textos híbridos. «El intento de etiquetarlo es casi imposible. Yo podría decir: es también un libro de viajes. Es un libro complicado de clasificar. En principio parecía que ese era uno de los problemas del libro y es ahí, en su mestizaje, donde la gente se ha encontrado con un libro que medita y atrapa», dice Millás.

Mujeres menopáusicas. «Vamos a ver a unas señoras que hacen pilates. Juanjo no sabe nada ni que vamos a hacer con cada una de ellas. Yo quiero que se entere sobre la marcha de que algunas son menopáusicas y vamos a abordar un tema complejo. No le quiero estropear ninguna sorpresa, siempre es real».

Animales y personajes. «Ya me he dado cuenta de que a Juanjo no le puedo contar más que cada día una cosa pero luego no lo cumplo porque vas estableciendo asociaciones. Y él me dice: “No me presentes a tanta gente. Me gustan las novelas de pocos personajes”. Y yo le respondo que la vida está llena de personajes». Y de animales.

Confesión. «Ese país extranjero se llama vejez y en él vas viendo que tienes limitaciones. Y las limitaciones, al ser humano, todas las limitaciones le evocan la castración. Si uno se adapta con serenidad va viendo que esas son limitaciones perfectamente asumibles y que la vida tampoco cambia de un día para otro», dice Juanjo Millás.

Amor y sexo. «El sexo es una cosa excelente, estupenda, es una de las grandes satisfacciones de la biología», dice Arsuaga. «Y uno de los grandes quebraderos de cabeza también», le apunta Millás. Añade Arsuaga:«Pensaba que la droga más dura era el amor. Una mujer me dijo que no: que era el embarazo».

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión