DÍA DEL LIBRO. OCIO Y CULTURA

La fiesta de las palabras triunfa en el paseo de la Independencia pese a la lluvia vespertina

"Por la mañana ha sido una locura y hemos tenido unas ventas fantásticas", indicaba un editor. El consejero Felipe Faci recordó que "este es un sector estratégico para Aragón, y funciona bien".

"Ni la lluvia puede con una fiesta así" se oía, ya por la tarde, con cierta insistencia en más de uno del casi centenar de puestos de libros del paseo de la Independencia. En algunos de ellos, se agotaron los ejemplares: sucedió en la librería París con ‘El maravilloso mundo de los libros’ (Anaya) de Ana Alcolea y de David Guirao; y también con Julio José Ordovás en Xordica: firmó todos los volúmenes de ‘El peatón sentimental’ (Xordica). Y a José Luis Melero, que decía, tras pasar de Xordica a la librería Antígona: "Ha sido una jornada fantástica. Jamás me había pasado nada igual". Estampaba su rúbrica en ‘Lecturas y pasiones’.

En otros puestos, a algunos ya les dolía de mano de firmar, como le sucedía a Míchel Suñén, con sus novelas en Onagro, o a los novelistas históricos José Luis Corral y José Calvo Poyato, que congregaron a muchos lectores antes sus novelas históricas. Un editor entusiasta y modesto como Fernando Jiménez Ocaña decía: "El balance, con lluvia y todo, ha sido óptimo". En la oscense Sin Cabeza, una editorial dedicada de una sola escritora (Sandra Araguás), comentaban: "No hemos parado". La escritora Clara Fuertes decía hacia las 19.00: "Ha sido un día especialmente intenso. No he parado de firmar y aún quedan dos horas". Muy cerca de ella, Begoña Oro firmaba sus libros de varias series, y de dragones, para los más pequeños.

En el Día de Aragón, la fiesta del libro vuelve a ser protagonista

La ronda institucional

El Día del Libro arrancó con buen tiempo por la mañana. A las 9.30 ya empezaba a circular gente y algunos se estrenaban con las firmas. Carlos Xcar, en la caseta de Malavida, le preguntaba a los niños: "¿Qué Papa tiene la mejor rima?". Poco después apareció la comitiva de autoridades, acompañada por la Comisión Permanente del Libro (Copeli), con César Muñío al frente. Ofrecieron eso que ahora se llama un ‘canutazo’ el propio Muñío, optimista y feliz por recuperar el gran escenario de los libros en su día más hermoso; el alcalde Jorge Azcón; el consejero de Educación, Cultura y Deporte Felipe Faci; la diputada de Cultura de la DPZ Ros Cihuelo, y con ellos, entre otros, la concejala socialista Lola Ranera, el gerente de Zaragoza Cultural David Lozano (sabía qué quería comprar: ‘Los besos’ de Manuel Vilas, y por la tarde adquirió ‘El peatón sentimental’ de Ordovás, esa crónica de sus paseos por Zaragoza), el director del Centro del Libro José Luis Acín, etc.

Jorge Azcón: “Hoy es un día magnífico para comprar libros, para leerlos uno, para viajar, para regalar a la familia o a los amigos, e invito a todos los zaragozanos que vengan a Independencia, que paseen y que compren un libro, que merece la pena"

En los discursos hubo un clima de reconocimiento unánime al Día de Aragón, al Día del Libro y a la celebración de los 40 años de Estatuto de Aragón, e incluso, de parte del alcalde, Azcón, se deslizó alguna pullita a Javier Lambán y Pedro Sánchez.

Jorge Azcón recordó que Aragón es una Comunidad Autónoma con "una historia espectacular" y dijo que "los aragoneses somos España y España es Aragón". Observó que los aragoneses se sienten satisfechos de "nuestras tradiciones, de nuestra cultura, de nuestros pueblos" y dijo que "los aragoneses somos gente noble, buena, trabajadora, sacrificada, gente que merece la pena. Este es un día magnífico para comprar libros, para leerlos uno, para viajar, para regalar a la familia o a los amigos, e invito a todos los zaragozanos que vengan a Independencia, que paseen y que compren un libro, que merece la pena".

“El sector está vivo, funciona muy bien. Aragón es una potencia en el sector del cómic. Este es un día importante por los libros y por la programación del Edificio Pignatelli”, dijo Felipe Faci

Felipe Faci, consejero de Educación, Cultura y Deporte, subrayó que "el del libro es un sector fundamental para Aragón, un sector estratégico", que cuenta con un magnífico elenco de escritores, que se suman a la fiesta con los editores, los libreros y el público. Reparó en la presencia de algunas librerías de viejo, elogió la fuerza del sector editorial infantil y juvenil, y resaltó la presencia de los tebeos. "El sector está vivo, funciona muy bien. Aragón es una potencia en el sector del cómic. Este es un día importante por los libros y por la programación del Edificio Pignatelli", apuntó Faci. Ros Cihuelo valoró la jornada, recordó el compromiso de la Diputación de Zaragoza con el panorama literario tanto a través de la Institución ‘Fernando el Católico’ como de los ciclos que organiza en Zaragoza y en distintas localidades, y recordó que la "DPZ invierte cada año tres millones de euros en cultura".

Pasión lectora contra la lluvia

La mañana fue apoteósica. Había mono de libros y novedades, de firmas, de conversaciones con los escritores; había mono hasta de la atmósfera tan festiva y de la alegría. En casi todos los puestos el nivel de ventas fue estupendo. Los dibujantes no pararon de hacer sus ilustraciones: lo decían artistas como César Ordóñez y Ernesto Navarro de Pintacoda; lo contaba Raquel Garrido de Apila o Daniel Viñuales, de GP Ediciones. "Por la mañana ha sido una locura. Unas ventas fantásticas. Y por la tarde no ha estado mal", indicaba Daniel. Una de las frases que más se oían era: "La mañana fue espectacular".

“Nosotros invertimos tres millones de euros al año en cultura”, dijo Ros Cihuelo

David Francisco, de Pregunta, señalaba: "El Día del Libro ha estado muy bien. A oleadas y por instantes, como siempre, por la mañana. Y por la tarde se vio que la lluvia no detuvo la voracidad lectora del público". Javier Romero, autor de ‘Tristán. La ética del monstruo’, apuntaba: "Once años después de mi primer libro, este no hace más que darme alegrías". Javier Hernández, de Ida y Vuelta, estaba muy contento: por la mañana había vendido y firmado mucho (él es autor y editor) y por la tarde algo menos, pero nada desdeñable. Alfonso Castán y Francisco Muñiz, de Contraseña, también estaban felices con sus novedades, ‘Enciclopedia secreta’, de Marta Sanz, y ‘Violación. Una historia de amor’ de Joyce Carol Oates, y con las firmas de Gonzalo Fontana de su deliciosa antología ‘Sub Luce Maligna’. En Los Libros del Gato Negro, la alegría era más que evidente: Víctor Juan fue muy requerido, primero en París y luego en puesto del sello de ‘Librería Jover’, decía: "No me lo creo. No he parado"; la editora Marina Heredia valoraba: "Sueñas y no te sale tan bien".

José Luis Cano y Joaquín Berges coincidieron en Cálamo con Sergio del Molino, que no paró de firmar varios de sus libros. Los citados Guirao y Alcolea se multiplicaron, y coincidieron en Antígona con Alberto Gamón, Daniel Nesquens, Elisa Arguilé, etc.

Este domingo el Día del Libro se celebra en Teruel en la plaza del Torico.

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