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Javier Millán: "Con 'Kárate Kid' se aprendía más de la vida que en la propia vida"

El zaragozano analiza en un libro la influencia de la película ochentera que ha regresado con 'Cobra Kai', la serie de Netflix que ha enseñado a dar cera y pulir cera también a las nuevas generaciones.

Javier Millán con su libro sobre 'Kárate Kid' y 'Cobra Kai', que se vende en la librería zaragozana La Ventana Indiscreta.
Javier Millán con su libro sobre 'Kárate Kid' y 'Cobra Kai', que se vende en la librería zaragozana La Ventana Indiscreta.
Guillermo Mestre

‘Kárate Kid’ fue uno de los grandes éxitos del cine adolescente de los 80. Catapultó a la fama a su protagonista, Ralph Macchio, y fue capaz de generar imágenes indelebles de la cultura pop: dar cera, pulir cera o hacer la postura de la grulla con dos copas de más sitúan automáticamente en una misma onda generacional. Hasta ahora, porque resulta que casi 40 años después de su estreno, esta sencilla historia vuelve a estar de moda entre el público más joven, reuniendo en Netflix a ‘boomers’ y a sus hijos.

Un libro escrito por el zaragozano Francisco Javier Millán, que este viernes se presentó en librería zaragozana La Ventana Indiscreta, analiza este fenómeno intergeneracional nacido en 1984 que acabó convertido en trilogía. Después llegó un 'spin off', protagonizado por una entonces desconocida Hillary Swank ('El nuevo Karate Kid', 1922). "Adelantaba algunas cuestiones feministas de hoy en día, pero el guion era muy malo", dice de ella Millán. Ya en este siglo, Will Smith, de triste actualidad, compró los derechos de la saga. De la operación salió un 'remake' protagonizado por su hijo Jaden que trasladó la trama a China. No en vano, el gobierno del país asiático financió parte de la producción. Después llegaría la serie 'Cobra Kai', de la que Smith es productor ejecutivo.

¿Dónde había estado Ralph Macchio todo este tiempo?

Macchio pertenece a una generacón de actores que en los 80 despuntaron de manera desmedida. El que más éxito ha tenido es Tom Cruise. Pero están Patrick Swayze, Rob Lowe...

De todos ellos se pueden citar varias pelis. De Macchio cuesta.

Después de ‘Kárate Kid’ hizo ‘Cruce de caminos’ que viene a ser un planteamiento parecido. Luego llegaron de las secuelas (la última recibió malas críticas y tuvo escaso éxito), solo destacó en ‘Mi primo Vinny’, con Joe Pesci y Marisa Tommey, que ganó el Óscar.

Si alguien ha resucitado en ‘Cobra Kai’ es William Zabka, curiosamente, el que interpretaba a Johnny Lawrence, el ‘malo’.

Casi todos los actores de aquella saga han dicho sí a la serie. Lo necesitaban. Durante muchos años han estado olvidados. Zabka, desde luego, pero también Martin Kove (Creese) y hasta Elisabeth Shue. De hecho, fue Zabka quien los convenció.

La que no ha sido olvidada es la película.

La primera fue éxito inesperado hasta para sus responsables porque era de muy bajo presupuesto. Se hizo en poco más de un mes y sin estrellas. Creo que perdura porque apela a nuestras emociones, a nuestra juventud. Es un cine que nos enseñaba valores que a veces no encontrábamos en el colegio, incluso me atrevería a decir que se aprendía a través de ese cine más cosas de la vida que a través de la propia vida. Son tan icónicas porque forman parte de nuestra formación emocional.

En ‘Cobra Kai’, al contrario que en ‘Kárate Kid’, los buenos y malos no están tan claros.

En la serie, el que era el malo se presenta como un perdedor con el que empatizas. Es un auténtico desastre, vive en una sociedad que no termina por comprender, no entiende ni internet, ni las redes sociales y, al final, es algo que le pasa a muchos de más de 40 que ahora ven ‘Cobra Kai’. Aunque están conectados, perciben ya un gran salto generacional hacia un mundo en el que saben que no van a encajar.

¿Y qué pasa con Larusso?

Pues que en el siglo XXI es el hombre de éxito, el empresario triunfador, incluso un poco sobrado, un perfil que en Estados Unidos es muy valorado, pero no tanto en España. Aquí a ese tipo de personas se les suele mirar mal y por eso empatizamos más con Lawrence. Lo ideal sería hacer un equilibrio entre las enseñanzas de los dos protagonistas, el Miyagi Do y Cobra Kai. Y al final de eso va el kárate, del equilibrio.

En el cine de los 80 las más increíbles aventuras pasaban en el entorno doméstico. Un barco pirata en la playa del pueblo o un extraterrestre en el piso de arriba. Los adultos ni se enteraban, pero en ‘Cobra Kai’ se meten en todo.

Creo que tiene que ver con nuestra sociedad. En los 80 teníamos una libertad de la que carecen los niños actuales. Ahora hay sobreprotección. Antes íbamos por las calles imaginando aventuras, éramos más asilvestrados, no digamos nuestros abuelos, y me da la impresión de que esto ahora es más difícil. En el cine de los 80, sobre todo impulsado por Spielberg, la infancia estaba protegida por la propia infancia. Si entraban los adultos era para fastidiarlo todo. El mensaje de estas pelis era que la infancia era un reino propio, fuera de la mirada de los mayores. De hecho, en ‘Los Goonies’ son los niños quienes toman la iniciativa y salvan el pueblo.

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