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De las proyecciones en 70 mm a la megaentrada: caviar para cinéfilos en Zaragoza
Los Palafox, Aragonia y Cervantes miman al público que elige las salas con detalles extra, algunos únicos en España.
Francisco J. Puig cree que no solo de pura cinefilia viven (y sobrevivirán) las salas de cine. El director de Zarafilms, que engloba algunas de las salas más veteranas y emblemáticas de la capital aragonesa -Palafox, Cervantes y Aragonia-, prefiere dirigirse a todos los públicos: tanto a los amantes de un éxito palomitero como a los que se decantan por un cine pequeño, intimista o clásico.
Pero mientras el gancho de un ‘blockbuster’ se da por sentado, en Zarafilms se esmeran por hacer cariñicos a las almas más cinéfilas. Los mimos buscan tocar la fibra en dos sentidos. Por un lado, el tecnológico, ofreciendo altos estándares extra de calidad de sonido y, sobre todo, de imagen. Por otro, apelando a la nostalgia, ya sea recuperando títulos clásicos o costumbres como la de coleccionar entradas.
En ese aspecto técnico, Zaragoza ofrece, además una experiencia prácticamente única en España: además de un cine de Barcelona, solo los Palafox son capaces de ofrecer proyecciones en 70 mm, un formato que reúne lo mejor del celuloide y del digital. “Se trata de bovinas de celuloide cuyos fotogramas miden 7 milímetros y no 3,5, que es lo habitual. Esto da una calidad de imagen, una resolución, extraordinaria, de 12k, muy superior a la mejor que pueda dar de sí el cine digital”, explica Puig. Una calidad que pide una gran pantalla, como la de la imponente sala 4 de los Palafox, de nada menos que 15 metros. Para dar este servicio los Palafox cuentan con mano de obra especializada, capaz de saber manejar un proyector de los antiguos.
Un esfuerzo humano y técnico que se ve recompensado: “Nos consta que nos viene gente hasta de fuera de Zaragoza para ver cine en 70 mm porque es una experiencia única, novedosa, que nos distingue”, asegura Puig. En los Palafox, las sesiones en 70 mm llegaron en plena pandemia, con ‘Tenet’, la gran producción de Christopher Nolan.
Estos días, la cartelera ofrece sesiones en 70 mm de ‘Licorice Pizza’, una película que nada tiene que ver con la espectacularidad de ‘Tenet’, pero que, sin embargo, está atrayendo mucho público a la proyección en altísima calidad. El filme de Paul Thomas Anderson cuenta, además, con otro gancho: el de la megaentrada. Un detalle dirigido al alma coleccionista de los que gustan de disfrutar del cine en las salas. Comprando la entrada normal (en la web, los cajeros o taquilla, que ahora solo supone el 5% de las ventas), por 60 céntimos más, se tiene derecho a una entrada en cartón con tamaño y diseños especiales. “Son un gran éxito”, cuenta Puig quien advierte que, aunque han tenido peticiones, no se pueden comprar aparte: “No son una chocolatina, solo se pueden obtener si se acude a la sala”.
Estrenos: ‘Muerte en el Nilo’
Este viernes, el estreno de ‘Muerte en el Nilo’ llegará también acompañado de sesiones en 70mm (de hecho, es un filme que ya ha sido rodado en este formato) y su correspondiente megaentrada.
Las sesiones en versión original subtitulada, los reestrenos de clásicos o éxitos de la cultura popular y los ciclos temáticos son más atractivos que buscan dar el empujón al público a la salas. El próximo ciclo será, por ejemplo, de cine coreano. todo, sin perder de vista los taquillazos que llegan, como ‘The Batman’.
Con todo, si en algo confía Puig para remontar el bajón de asistencia a las salas por las restricciones de la pandemia es en el componente social del hecho de ir al cine: “Una película de risa no es lo mismo en una casa que en un cine lleno con las carcajadas resonando o una de terror, con la gente gritando y botando en sus butacas. El cine es una liturgia que para que funcione ha de ser compartida”.
