Ocio y Cultura

Huesca descubre los edificios y esculturas ocultos tras los setos en la finca de Beulas

La parcela donde están la casa y el estudio del pintor, fallecido en 2017, ya se pueden visitar.

El interés por conocer el lugar donde vivió y trabajó el pintor José Beulas (1921-2017) es máximo y las entradas para visitar la finca de Huesca en la que pasó gran parte de su vida se agotaron a los pocos días de ofrecerlas. Este domingo tuvo lugar el primero de los tres recorridos programados, al que acudieron 20 personas, el aforo permitido.

Lo que vieron y escucharon colmó sus expectativas y permitió conocer algo más del artista que, nacido en Gerona, se asentó en la capital oscense. Casado con María Sarrate, ambos decidieron agradecer la beca que en 1947 le concedió el Ayuntamiento oscense para estudiar en Madrid donando a la ciudad su colección de arte, su casa, su estudio y su jardín.

La visita, con personas de todas las edades, comenzó en el CDAN (Centro de Arte y Naturaleza), el museo construido junto a la finca por el prestigioso arquitecto Rafael Moneo y propiedad de la Fundación Beulas. Aquí se exhibe ‘Centenario’, la exposición antológica, organizada por décadas, que muestra todas las facetas de la trayectoria vital y artística del pintor.

Después, por la puerta que comunica los jardines del CDAN con la finca, que Beulas atravesaba todos los días para ver cómo se construía el museo, se accede a lo que hasta ahora era un arcano para los oscenses. Tras el muro verde aparecen el estudio donde el creador pintaba y que construyó el arquitecto José García de Paredes en 1973; la casa donde vivió José Beulas hasta su muerte, edificada por Victorián Benosa en 1980, y las esculturas de Victor Mira y Joaquín García Donaire que habitan entre los árboles.

La casa y el estudio de José Beulas, al descubierto.
Javier Navarro

Pagar con un cuadro

La finca tiene 10.640 metros cuadrados y está donde termina la avenida Doctor Artero, en el complicado cruce de la A-23 con la carretera A-132. Manuel Vivas, uno de los integrantes del grupo de visitantes, comentó que cuando se construyó este tramo de autovía no se pudo hacer una rotonda porque estaba el terreno de Beulas, “así que ya era importante entonces”. Su visita tenía un aliciente personal, ya que su padre fue albañil y había hecho algunos trabajos para el artista. “Nos contó que una vez le quiso pagar con un cuadro, pero él le dijo que no... De haberlo sabido...” se lamentó.

Este oscense ya había estado en el CDAN en varias ocasiones y “en cuanto me enteré de que se podía visitar esto, me apunté”. “Me ha gustado mucho”, añadió.

"Vivimos en una finca al lado y cada vez que pasábamos por delante el niño preguntaba qué había detrás del cercado"

Inés García fue con su hijo de 9 años, Martín San Pío. “Vivimos en una finca al lado y cada vez que pasábamos por delante el niño preguntaba qué había detrás del cercado así que cuando supimos que se abría pedimos plaza”, contó la mujer. “Animo a la gente a que venga y escuche las explicaciones sobre el pintor”, indicó la madre. Al pequeño, lo que más le gustó fueron las esculturas.

De momento, la visita se ciñe al espacio donde están los edificios, la piscina y el invernadero en el que José Beulas veía crecer sus verduras, ya que desde los años 60 mantuvo una dieta macrobiótica con alimentos que él mismo cultivaba. También son abundantes en la parcela los árboles frutales, explicó la guía. “Él vivía con la naturaleza”, apostilló.

Hace cuatro meses que Concha Vázquez, aragonesa residente en Madrid, se acercó al CDAN para la exposición ‘Centenario’. Se apuntó a la visita esperando ver el interior de la vivienda y el estudio, “pero esto no es posible”. En todo caso, consideró que el recorrido permite conocer mejor la obra y la vida del pintor, “que tenemos que potenciar y difundir”.

El concejal de Cultura, Ramón Lasaosa, se sumó a este primer grupo de visitantes. Señaló que la iniciativa “ha sido un acierto”. “Intentamos que la gente de Huesca se reencuentre con el CDAN, que vuelva a vivirlo, que sepa que puede venir paseando (son 20 minutos) y encontrarse con una buena exposición en el museo, conocer la finca y tener una visión más global de Beulas”, indicó. Según dijo, con el tiempo se darán más usos a este nuevo espacio. De momento, visto el éxito, las visitas de los domingos van a extenderse todo el año.