La tabla de Blasco de Grañén no pertenece al retablo de Anento

La pieza es más grande que el hueco que falta por completar, y nuevos estudios deberán establecer su verdadera procedencia 

Detalle de la tabla que se vinculó inicialmente al retablo de Anento.
Detalle de la tabla que se vinculó inicialmente al retablo de Anento.
Heraldo.es

La tabla atribuida a Blasco de Grañén, localizada en Barcelona y que iba a salir próximamente a subasta no pertenece al retablo de Anento y será objeto de nuevas investigaciones para intentar establecer su procedencia. El historiador del arte Alberto Velasco, de la Universidad de Lérida, que publicó un artículo en el número de diciembre de la revista ‘Ars Magazine’ asegurando que era la tabla que le falta al retablo aragonés, se ha desdicho de su atribución a través de sus redes sociales.

"Antes de que aparezca publicado en la prensa, prefiero decirlo personalmente: me he equivocado –señala–. Este fragmento de guardapolvo no se corresponde con el único que le falta al retablo de la iglesia de Anento. Todo coincidía. El pintor es el mismo, la carpintería es la misma que la del resto de los fragmentos del guardapolvo del retablo. Y, sobre todo, la antorcha es el único instrumento de la Pasión que no aparece entre los que sostiene la quincena de ángeles que tiene el retablo".

La tabla localizada en Barcelona fue adquirida en una subasta en Basilea y, tras su regreso a España, su dueño encargó un informe sobre ella a Velasco con la intención de documentarla para venderla posteriormente.

El historiador llegó a la conclusión de que era la pieza que faltaba en Anento por su estilo y sus atributos, especialmente la antorcha. "Una cosa que no hice: ir a la iglesia a comprobar las medidas del hueco disponible para encajar la pieza –reconoce en su cuenta de Twitter–. La pandemia, básicamente, hizo que no viajara, pero también la seguridad en el resto de argumentos. Y aquí es donde me equivoqué. Siempre tienes que comprobarlo todo".

Cuando el viernes pasado HERALDO publicó la noticia de la atribución de la tabla al retablo de Anento se generó gran expectación y algunos historiadores del arte se movilizaron. José Luis Cortés, que dirige junto a Fabián Mañas el curso de verano de la Universidad de Zaragoza sobre ‘Bartolomé Bermejo y la pintura gótica de la comarca de Campo de Daroca’, ya conocía la pieza. "La había visto en Barcelona –relata–. Conocía también el artículo de ‘Ars Magazine’ y había cosas que no me encajaban, aunque la pieza sí que puede asociarse al taller de Blasco de Grañén. Pero es un artista que trabajó mucho tiempo en Aragón y que hizo varios retablos".

La clave estaba en tomar las medidas del hueco existente y compararlas con la tabla, y las tomaron junto a Rosa María Fernández, guía de la iglesia de Anento, a la que tampoco le cuadraba la hipótesis lanzada por Velasco. Al final, las medidas han sido la clave para concluir que no se trata de la tabla que falta, y Cortés llamó al historiador catalán para darle cuenta de sus indagaciones.

Según relata el propio Velasco en su hilo de Twitter, "hoy un colega me ha llamado y me ha comunicado que el espacio disponible para encajar la pieza es de 71 centímetros, y esta que yo he encontrado tiene 89. Por tanto, le sobran 18 centímetros".

"Una buena lección y una cura de humildad –concluye Alberto Velasco–. La investigación tiene estas cosas, pero cuando los resultados saltan a la prensa, si te equivocas, creo que se tienen que dar explicaciones públicas, y por eso este hilo. En Aragón había cierta expectación por este tema porque, imagino, la Administración debía tener interés en la compra, ya que la obra iba a salir próximamente a subasta. Por eso creo que debo ser honesto, reconocer el error y pedir disculpas". 

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