música

Lux Vimdor sale a la superficie musical con un primer trabajo lleno de riesgo

La joven artista zaragozana, de 20 años de edad, se mueve con soltura entre el dance, la ‘dark wave’ y el pop oscuro de corte melancólico

La joven cantante aragonesa Lux Vimdor.
La joven cantante aragonesa Lux Vimdor.
Oliver Duch

Lucía Serrano, 20 años en el carné, ha elegido Lux Vimdor como nombre de guerra; con este neón de luz oscura se lanza a la arena del circo romano musical para contarle al mundo lo que lleva dentro. "Lo de Vimdor viene de mi interés por el cine; me llamaba la atención el nombre de King Vidor y decidí adoptar su apellido, pero con una eme, me gusta como suena. Lo de la música es de siempre; mi padre es músico –Nacho Serrano, teclista y productor de Niños del Brasil– y me recuerdo siempre rodeada de sonido, de canciones".

Precisamente canciones, cinco, es lo que trae bajo las botas Lux en este cierre de año. Ya ha aireado alguna a modo de avance;‘Mis sesos por el suelo’ es una pieza pop de teñida elegantemente de oscuridad, con Siouxsie apareciendo por el fondo y un despliegue vocal contenido, que huye de alardes y se pone al servicio de la mística de la canción. En ‘Kiki’, por el contrario, Lux se abandona al ronroneo, el juego y los versos arrastrados para enhebrar una historia que más que paladearse, se baila. Otras piezas como ‘Escalofrío’, ‘Dior’ o ‘Instinto’ bucean conceptualmente en el desamor, pero en vez de regodearse en el lamento, se centran en ese ‘lo que no me mata me hace más fuerte’ que remata las buenas historias.

Lux habla desde una atalaya reflexiva, y aterriza sin problemas cada vez que pone a volar su mente. "Creo que el interés por este mundo ha ido creciendo de forma natural en mí, por el mismo hecho de experimentar con el sonido, explorar diferentes instrumentos… Empecé por la guitarra en primaria, luego con la batería, y sigo investigando. No sigo patrones definidos al trabajar; a veces empiezo por las melodías de voz, otras por una base sencilla... siempre escribo lo que me llega, voy metiendo capas, retocando, reordenando… así van tomando forma las canciones. Me gusta que las formas sean dispares, que vayan cambiando. Desde niña tuve en la cabeza esta opción de vida, me daba igual si era algo propio o ser parte de otro proyecto. Por eso decidí no esperar mucho para empezar".

No lo hizo. Dos veranos atrás se marchó con unos amigos a Londres en verano y volvió de allá con material trabajado. "Experimentar es bueno, pero quería aterrizar cosas y ese verano me sirvió para completar ese proceso. No me gustan las etiquetas, pero todo el mundo busca referencias a las que agarrarse, no solo en lo musical; es como cuando conoces a alguien e inmediatamente lo relaciones con otra persona a la que te recuerda".

Disfrutar el proceso

La zaragozana va más allá. "Me pasa que no suelo estar mucho tiempo en un punto de vista o forma de expresarme, y eso afecta a la música; le tengo cariño a las canciones que han ido surgiendo, al fin y al cabo las he hecho yo, pero cuando pasa un tiempo ya no me siento totalmente identificada con ellas porque estoy en otro sitio. He grabado en inglés y en español, y ahora se me ha metido en la cabeza hacer algo en francés".

Lux hace autocrítica. "Recuerdo una primera canción horrible que grabé con una base cutre de internet, le hice un vídeo con un amigo que me grabó haciendo el idiota por la calle; el vídeo ya no está en ningún lado, me he encargado de ello –ríe– pero no reniego de aquello, simplemente ahora vengo con canciones que me llenan mucho más, sobre todo ‘Dior’, una de las cinco canciones del epé. No sé que ocurrirá con el disco, y tampoco me preocupa más allá de seguir disfrutando con lo que hago, con el proceso más que con una meta".

Lux ya aireó ‘Mis sesos por el suelo’, y el repóquer completo de creaciones está a la vuelta de la esquina. "Las cosas han cambiado, obviamente; los medios para crear música y exhibirla lo que haces están al alcance de cualquiera que tenga los medios. Antes de ahí, inspirarte es algo que puede ocurrir con cualquier cosa; esa señora de ahí con su abrigo, por ejemplo –señala frente a ella en plena calle– o cualquier persona que me llame la atención, o cosa. Voy fluyendo, creciendo; no aferrarte demasiado a algo es clave, no evolucionas".

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