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Pierres Vedel, el arquitecto e ingeniero que trajo el agua a Teruel, un personaje de cine
José Ángel Guimerá estrena un documental en el festival Saraqusta sobre este personaje del renacimiento que trabajó en Daroca, Teruel y Albarracín.
Al bajoaragonés José Ángel Guimerá siempre le gustó recordar la primera vez que vio, en Teruel, el acueducto, los arcos de canalización de las aguas y el abismo, allá abajo, y las torres mudéjares y la colmena de los tejados de la ciudad. Años después, durante el I Desafío Buñuel de cine, reapareció el tema de la canalización, pero ahora con un nombre propio, el del escultor francés Pierres Vedel, que era el arquitecto que había hecho el proyecto de la traída del agua a Teruel, y no solo eso: también había trabajado en la rehabilitación y consolidación de la torre de San Martín. La atracción por Vedel fue inmediata y alguien le dijo: “Si te interesa el personaje, tienes que hablar con Manuel Martín. Lo sabe todo de él”.
Dicho y hecho. “Hablé con él, director del CEIP Las Anejas, y me dejó toda su documentación con mucha generosidad”. Y habló con el profesor Javier Ibáñez, que le dedicó un capítulo en su tesis doctoral. Y posteriormente con Carlos Blázquez, que es especialista en libros sobre el agua y, además, un gran divulgador con ademán de narrador y de actor teatral desde Gozarte. En ese proceso de búsqueda, aún se sumaría un arquitecto como José Ángel Gil, que trabaja en Alcañiz, entre otros lugares.
Tras un proceso minucioso de documentación, de búsqueda, de contactos y de viajes, se consolidó el plan de dedicarle un documental a este misterioso personaje, emprendedor, laborioso, que desarrolló casi lo totalidad de su trabajo como arquitecto, escultor e ingeniero en Aragón: ‘Pierres Vedel y la magia del agua’, que se estrena el lunes 27 en el Festival Saraqusta (Cine Palafox, a las 16.30). “Ha sido una oportunidad y estoy muy contento, aunque el estreno más oficial será el viernes 8 de octubre en la iglesia de Santa María de Albarracín, que él proyectó. Murió antes, y allí yace enterrado”, dice el director.
José Ángel Guimerá redactó el guión con Roberto Sánchez, historiador del cine y del arte. “Me dio seguridad. Hemos trabajado mano a mano para lograr el ritmo adecuado y la mezcla de rigor y pedagogía. Es una película para diversos públicos: por un lado, la pueden ver los científicos o profesores y verán el rigor, el respeto absoluto a sus materias y sus logros; y por otra parte, está pensada para todos los públicos, se insiste en la vida, en los conceptos, en la terminología”, explica el director.
Añade que es un documental de una hora, o un poco más con los títulos de créditos, que está ordenado mediante una conversación y un paseo. Los cuatro protagonistas y expertos citados dialogan y comentan las características de su trabajo. Pierres Vedel nació en una Francia, en una fecha y en un lugar difuminados, y se trasladó a Pamplona. Allí se casó con la noble Clara Vizcarret. Y según los expertos, el historiador de la ciencia Manuel Silva, entre otros, llegó a Aragón hacia 1535, aunque su presencia no está registrada hasta 1544. “Uno de sus primeros trabajos fue la rehabilitación de la iglesia de Fuentes de Ebro, en la provincia de Zaragoza, que compaginó con un trabajo semejante en Mora de Rubielos”, dice Guimerá.
A partir de ahí, pondría su ingenio y su profesionalidad al servicio de la consolidación de la torre de San Martín, “con el añadido de un recalce, que muchos copiarían y otros criticarían, incluso en pleno siglo XX”, dice Guimerá; “desplegó una gran osadía y maestría técnica, lo que provocó una enorme expectación”, escribió el citado Manuel Silva. “Otro proyecto capital fue la traída de las aguas a Teruel, que fue el principio del documental. Un proyecto que incluye el acueducto-viaducto de los Arcos, un gran trabajo de cantería. Otro empeño fue la Mina de Daroca, un túnel excavado en la tierra que era el mayor del siglo XVI en España y que quería poner remedio a algunas inundaciones que habían provocado hasta 200 muertos. Aquella fue una gran obra: el rey Felipe II acudió a Daroca con dos hijas a su inauguración”, cuenta Guimerá.
Su labor aun proseguiría: hizo la iglesia de Santa Eulalia del Campo y acabó su vida en Albarracín. “En Santa Eulalia se instaló y abrió un taller de retablos. También es posible que hiciera la fuente de Celadas; no está claro del todo, pero parece ser que sí. Y luego trabajaría en la catedral de Albarracín, donde le encargaron la construcción de la iglesia de Santa María de Albarracín. Ya no podría verla acabada. Murió antes en 1567 y fue enterrado allí con su mujer. Tuvo tres o cuatro hijos. Y ellos serían claves en la reivindicación de la obra de su padre”, recuerda Guimerá, y resume sus actividades esenciales: fue maestro ingeniero, escultor y arquitecto.
Junto a los cuatro personajes que recuerdan su vida, aparecen, entre otros, el historiador y escritor José Luis Corral en Daroca; el experto en cine José Antonio Aguilar en Fuentes de Ebro o Antonio Jiménez, director de la Fundación Santa María, en Albarracín, el arqueólogo José Francisco Casabona. La música, con aromas de jazz, es de Chus Fernández; se usa su pieza ‘Danza del agua’ y ofrece diversos estudios de agua y la dirección de fotografía es de Adrián Barcelona. La producción es de Patricia Roda.
El epitafio de Pierres Vedel, calificado por algunos de “genio renacentista”, dice: “Hizo la mina de Daroca y los arcos y fuentes de Teruel”.
