Un Arco con menos galerías y aforo busca reactivar el mercado del arte

José Manuel Broto, Fernando Sinaga, Enrique Radigales, Antonio Fernández Alvira y Ricardo Calero, algunos de los aragoneses representados en la feria

Dos operarios retocan las paredes de uno de los estands de la feria horas antes de la inauguración.
Dos operarios retocan las paredes de uno de los estands de la feria horas antes de la inauguración.
Pablo Cobos/Vocento

Una feria de arte contemporáneo de circunstancias, pero con propuestas novedosas y palpitantes. La 40ª edición de la Feria de Arte Contemporáneo de Madrid reúne a 130 galerías de 26 países en los pabellones 7 y 9 del recinto ferial de Ifema en la capital de España. Se celebra del 7 al 11 de julio, y es en las jornadas de sábado y domingo cuando está abierta al público en general.

Arco se celebra habitualmente en febrero, pero se ha desplazado a estas fechas prevacacionales para intentar ser un instrumento de reactivación del mercado, con el objetivo de marcar un punto de inflexión. Habrá que ver si lo logra.

La presencia aragonesa no es muy abundante este año. Lejos quedan aquellas ediciones en las que hasta seis galerías de la comunidad acudían a la cita. Ahora la participación de artistas locales hay que espigarla en la oferta de galerías de fuera. Y no hay grandes novedades. Creadores como Yann Leto, que concentró la mayoría de las miradas de crítica y público en varias ediciones recientes, no acudirán a la cita. "He cambiado de galería y este año tocaba estar ‘off’", aseguraba este martes el artista, de origen francés pero que ha residido en Aragón muchos años.

Los clásicos son un valor seguro. Durante su recorrido por Arco, el visitante se encontrará con distintas piezas de Antonio Saura. Más clásico aún es Pablo Gargallo, del que la galería Leandro Navarro de Madrid presenta una pieza de gran belleza.

También puede admirarse la obra de artistas totalmente contemporáneos, algunos de ellos ya ‘fijos’ en la cita. Es el caso de José Manuel Broto, que este año, en el estand de la galería Fernández-Braso de Madrid, muestra al público varios acrílicos sobre papel de gran formato. O de Enrique Radigales (presente a través de la galería The Goma), Fernando Sinaga (Aural), Antonio Fernández Alvira (Espai Tactel) o Néstor Sanmiguel (Maisterravalbuena).

Ricardo Calero es otro de los que acude a Madrid, y lo hace con un proyecto muy especial. Presenta un anticipo (con obras nunca antes mostradas al público) de su trabajo para el ‘Paradise Museum of Josep Beuys’, un museo concebido por la baronesa Lucrezia de Domizio Durini en el que se recogerán obras del propio Beuys, del que la baronesa fue mecenas, y de una selección de artistas contemporáneos que le rinden homenaje. El museo se inaugurará el año que viene, en el 101 aniversario del nacimiento de Beuys.

El Gobierno de Aragón, por su parte, ha preparado para este jueves una jornada institucional en Arco, en la que presentará las actuaciones desarrolladas en el último año ligadas al fomento de las artes plásticas.

Al mismo tiempo, la jornada, en la que se presentará un video, "pretende alentar un debate sobre el poder innovador de la cultura y las artes –aseguraban ayer fuentes de la DGA–. Para ello se realizará una mesa redonda en la que, además del director general de Cultura, Víctor Lucea, participarán la artista Gema Rupérez y el comisionado para la Agenda 2030, Fermín Serrano". Después se realizará una visita a la feria.

Como en anteriores ediciones, algunas galerías locales están presentes en ferias paralelas y complementarias a Arco. Así, JustMad, la feria que apuesta por el arte emergente, tiene participación zaragozana: la galería Antonia Puyó acude a Madrid con obra de los aragoneses Jorge Isla, Cristina Silván y David Latorre y de la madrileña Olalla Gómez Valdericeda; y Olga Julián Projects lo hace con José Moñú y Cristina Huarte.  

En las primeras horas de la feria, cuando está reservada para profesionales, ya se han producido las primeras ventas. Una de las piezas que más ha llamado la atención ha sido el ‘Guernica’ de Ibarrola, obra del maestro vasco que ha estado olvidada durante cuatro décadas. Fue realizada en 1977 con la idea de reivindicar el traslado del ‘Guernica’ de Picasso desde el Moma a un futuro museo en la ciudad de Guernica, y se expuso en varias ocasiones, hasta quedar arrinconada en el estudio del artista.

La galería José de la Mano ha recuperado esta pieza y su director ha confirmado que ya están en negociaciones con tres instituciones, dos públicas y una privada, sin querer revelar por este motivo el precio de un mural que mide 10 metros por dos de altura y está compuesto por diez paneles.

"Tanto nosotros como la familia teníamos decidido que esta obra debe acabar en una institución pública o en una privada con vocación a ese servicio. Estábamos obligados, porque no queríamos que vuelva a estar oculta", señalaba este martes el propio De la Mano, quien añadía que su apuesta para esta edición era la de "ir con todo" y que esta obra entró "en el último momento".

No es la única venta en movimiento que ya se está cerrando en la feria, aún sin abrir las puertas. Una de las más activas, como viene siendo habitual en los últimos años, ha sido Helga de Alvear, quien explicaba que ya había comprado cinco piezas, algunas de ellas ‘súper obras’. La única adquisición que revelaba era la de una escultura de Richard Serra en la galería Guillermo de Osma.

La galería catalana Senda ya había vendido por 87.000 euros un tríptico de Gino Rubert al MNAC, en el que aparecen numerosos artistas, como Duchamp, Tapiès o Miquel Barceló. Y los ‘Cuerpos celestes’ de Glenda León también habían encontrado comprador por 12.000 euros. Otra pieza relevante de este estand, como la escultura de Jaume Plensa, ‘Sitting tattoo’, por el contrario, aún espera comprador por 350.000 euros.

Desde la galería ADN el director Miguel Ángel Sánchez señalaba que había dos piezas reservadas: una del artista Abdelkader Benchamma por 16.000 euros y otra de Mounir Fatmi por 23.000. Y en la galería Juana de Aizpuru también se había vendido obra, una escultura de los años 80 de Cristina Iglesias de la que no se reveló el precio.

Al igual que en anteriores ediciones, los precios de las obras oscilan en un amplio rango. En la galería Cayón se encuentra ‘2ª blanca (Gran escritura blanca nº 2)’, de Jesús R. Soto, que es por el momento la pieza de mayor precio –más de un millón de euros–, a falta de conocer otros.

En la galería Leandro Navarro, por ejemplo, hay un Picasso de 780.000 euros, mientras que en Guillermo de Osma un Richard Serra de medio millón.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión