El triunfo de la arquitectura sensata

La intervención en Ruesta y el Camino de Santiago ha sido distinguida por el Colegio de Arquitectos, la cátedra Magdalena e Hispania Nostra

Calle por donde pasa el Camino de Santiago en Ruesta, antes y después de la intervención.
Calle por donde pasa el Camino de Santiago en Ruesta, antes y después de la intervención.
Sebastián Arquitectos

En un año marcado, en lo arquitectónico como en todo, por la pandemia, la rehabilitación de Ruesta y su tramo del Camino de Santiago se ha convertido en una de las obras más laureadas. El proyecto, salido del despacho del arquitecto bilbilitano Sergio Sebastián, ha recibido en los últimos meses sendos accésit en el premio García Mercadal y el Trofeo Magdalena. Hace tan solo unos días fue distinguido con el premio Hispania Nostra como una de las actuaciones más destacadas en materia de patrimonio histórico en todo el país, y acaba de ser seleccionado para la próxima Bienal de Arquitectura Española. Son distinciones que no recaen en la restauración de un gran monumento sino en la consolidación de unas humildes casas rurales. ¿Cuál es entonces la clave del éxito? La sensatez.

Ruesta quedó despoblado en los años 60 por el embalse de Yesa y la ruina empezó a partir de entonces a adueñarse de su caserío. El proyectado recrecimiento del embalse afectará al patrimonio del valle y al trazado del Camino de Santiago, y en 2017 Gobierno de Aragón y Confederación Hidrográfica del Ebro se plantearon recuperar la ruta a su paso por Ruesta.

La calle del Centro de Ruesta, antes de la intervención arquitectónica.
La calle del Centro de Ruesta, antes de la intervención arquitectónica.
Sebastián Arquitectos
La calle del Centro de Ruesta, después de la intervención arquitectónica.
La calle del Centro de Ruesta, después de la intervención arquitectónica.
Sebastián Arquitectos

"Asumimos que las casas estaban en ruinas y que no tenía sentido reconstruirlas –señala Sergio Sebastián–. Esa, a mi juicio, ha sido la clave. Y empezamos a trabajar pensando en el ayer, el hoy y el mañana. Hicimos numerosos estudios, entre arquitectos, arqueólogos y aparejadores, tomamos más de 15.000 fotografías, realizamos infinidad de planos... y nos planteamos recuperar la calle del Centro, que es Camino de Santiago en estado original, pero donde había habido derrumbes y era aconsejable no pasar por cuestiones de seguridad".

Se apuntalaron los edificios, se sacó el escombro de su interior y se zuncharon los muros (se aseguraron por su parte superior) por manzanas para afianzar su estabilidad y solidez. Esto último se hizo con hormigón normal. "El proyecto tiene un presupuesto ajustado y por eso siempre hemos apostado por la sencillez. Y hemos primado lo funcional antes que lo estético. Las puertas, por ejemplo, las hicimos usando mallazos de acero, que pueden desempeñar esa función y al mismo tiempo permiten al peregrino atisbar en el interior de los edificios. Solo hemos realizado reintegraciones allí donde eran aconsejables para mantener la estabilidad de un edificio. Así, hemos mantenido el tejido urbano y la perspectiva tradicional de peregrino a su paso por Ruesta. Se ha sido muy sensible con el lugar, a través de pequeños gestos arquitectónicos", añade el arquitecto. Y se han generado también solares vacíos en los que se pueden realizar todo tipo de actividades reversibles, como la acampada. No se ha intervenido en el resto del caserío, que se ha vallado ("la ruina es imparable", señala Sergio Sebastián) pero sí en otros testimonios del patrimonio histórico de la zona. Es el caso de la ermita de Santiago de Ruesta, una de las más antiguas del reino de Aragón. Se ha restaurado y además han aparecido vestigios del claustro del monasterio que estaba originalmente adosado a ella.

También se restauró la ermita de San Juan de Sigüés y ahora se está trabajando en San Juan de Ruesta, al tiempo que se estudia el nuevo trazado de la ruta jacobea por la zona. En el proyecto interviene un amplio equipo de especialistas, como el arqueólogo José Delgado o la restauradora Patrocinio Jimeno.

"El tramo aragonés del Camino de Santiago es muy importante desde el punto de vista histórico –concluye el arquitecto–. Pero hay zonas muy descuidadas y a las que convendría dar un sentido coherente. Merece la pena restaurar el Camino de Santiago aragonés".

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