Un proyecto del aragonés Sergio Sebastián, seleccionado en la Bienal de Venecia
La propuesta 'Campanas', creada para la localidad catalana de Sant Cugat del Vallès en 2017, estará presente en el pabellón de España a partir del próximo mes de mayo.
Aragón estará de nuevo presente en la Bienal de Venecia que, salvo novedades de última hora, tiene prevista su inauguración el próximo 22 de mayo tras haber sido aplazada en 2020 a causa de la pandemia de coronavirus. Este año, el pabellón de España contará con una propuesta del arquitecto bilbilitano Sergio Sebastián, ‘Campanas’, creada en 2017 para la localidad catalana de Sant Cugat del Vallès.
El aragonés Sergio Sebastián, que ha iluminado calles y plazas de Madrid durante las Navidades de los últimos años, se estrenó con el alumbrado navideño de Zaragoza en 2019 y el pasado año creó dos nuevos diseños para la plaza de San Felipe y el paseo de la Independencia: una aurora boreal y cientos de estrellas deconstruidas.
Su labor es incesante, y además de estas instalaciones, recientemente ha concluido proyectos como la casa Alonso, una rehabilitación de una vivienda obrera del barrio de La Jota, que recibió el Premio García Mercadal en la categoría de rehabilitación; las obras de consolidación en Ruesta (premiadas con el Ricardo Magdalena y el García Mercadal, en la categoría Intervención en Patrimonio) y rehabilitación de cuatro ermitas vinculadas al camino de Santiago o la reforma de la sede social de la Mutua de Accidentes de Zaragoza (MAZ), en el antiguo conservatorio de la calle de San Miguel.
“El pasado año nos seleccionaron a 30 equipos para representar a España en el pabellón de la Bienal de Venecia con ‘Campanas’, unas instalaciones de luz que hicimos para San Cugat del Vallés. Nos habían prestado un espacio fantástico en el pabellón, los comisarios buscaban una serie de temas muy concretos, teníamos ya la maqueta preparada para mandarla, pero finalmente se tuvo que posponer hasta este año”, cuenta Sergio Sebastián.
Su proyecto ‘Campanas’, seleccionado para el pabellón de España de la 17ª Bienal de Venecia, fue diseñado originalmente para su ubicación en la plaza del Monasterio de San Cugat del Vallés, en 2017. Consta de tres instalaciones que concentran en su interior efectos de brillo, luz y sonido. Con este proyecto el arquitecto bilbilitano proponía un museo urbano disperso. “Son microintervenciones que incitan e invitan al paseante a interactuar y a introducirse en ambientes luminosos y acústicos muy diferentes. Se parte de estructuras cónicas autoportantes, que no necesitan sistemas de sujeción a fachadas, y que se identifican cada una con un color”, explicaba entonces a HERALDO.
Las campanas funcionas las 24 hora del día, tanto con luz solar como artificial y cuentan con mecanismos de detección e interacción con el ciudadano. Cada una de ellas tiene una instalación interna diferente vinculada a distintas temáticas: Rosetón, que reinterpreta la plástica del rosetón románico del monasterio, su geometría, la estructura menuda de plomo y sus vidrieras, que se descomponen en un sistema de capas superpuestas donde color geometría y luz exploran una nueva manera de verlo; Caleidoscopio, que refleja y mezcla la experiencia del movimiento de los visitantes con el cielo, y Xilofón, un gigantesco instrumento musical interactivo, donde el paso y el movimiento de los visitantes se traducen en un impulso luminoso y acústico, amplificados ambos por el efecto de la campana envolvente.
Esta instalación recibió el Premio City Brand & Tourism Landscape Award 2018 del Consiglio Nazionale Architetti Pianificatori, Paesagisti, e Conservatori en la Triennale di Milano y el Premio García Mercadal del Colegio de Arquitectos de Aragón en la categoría 'Espacio Público'.
El proyecto ‘Campanas’ fue seleccionado por el comisariado del pabellón de España “por su adecuación al tema curatorial del pabellón español, titulado Uncertainty, el cual busca mostrar nuevas formas de abordar el rol del arquitecto, más allá de los cánones tradicionales, entendiendo la incertidumbre como un campo infinito de oportunidades para el desarrollo de nuestra profesión, que permitirán dar respuestas nuevas y valientes a los problemas de la convivencia en nuestras comunidades”.
Hace tres años, la Bienal también contó con presencia aragonesa: el pabellón de Italia lució una propuesta del estudio zaragozano Grávalos-Di Monte, un proyecto para evitar la despoblación en el área de la Basilicata (sur de Italia).
