El óvalo original de la Columna de la Virgen regresa a la basílica del Pilar 80 años después

El actual, de oro macizo, fue donado por Ricardo Royo Villanova, que recibió elantiguo y sus descendientes lo donan ahora

El óvalo antiguo, que estuvo hasta 1941 en el humilladero del Pilar, es de latón.
El óvalo antiguo, que estuvo hasta 1941 en el humilladero del Pilar, es de latón.
Toni Galán

El 2 de enero es el día en que tradicionalmente se celebra la Venida de la Virgen a Zaragoza y el próximo, como es habitual, la imagen se exhibirá a los fieles sin manto. Este 2 de enero será especial además porque los descendientes del doctor Ricardo Royo Villanova harán entrega al Cabildo del óvalo antiguo de la Columna del Pilar, el cerco de metal que marca el espacio que besan los fieles en el humilladero.

Prácticamente nadie recuerda en la capital aragonesa la existencia de otro óvalo que no sea el que se contempla actualmente, pero de su sustitución se guardará sin duda información en el archivo catedralicio. Porque la revista ‘El Pilar’ contaba el proceso en su último número de 1940.

La sustitución del óvalo hay que enmarcarla en la celebración del XIX Centenario de la venida de la Virgen a Zaragoza, que comenzó el 2 de enero de 1940 y que, a pesar de la difícil situación que atravesaba el país, devastado aún por la guerra civil, contó con numerosos actos. Los balcones se adornaron con tapices y colgaduras, se celebraron numerosas ceremonias religiososas, se donaron mantos nuevos a la Virgen, e incluso los Seises de la catedral de Sevilla peregrinaron a Zaragoza para cantar y bailar a la Virgen.

En ese contexto, el doctor Ricardo Royo Villanova ofreció al Cabildo cambiar el óvalo tradicional, de humilde latón, por uno de oro macizo, más acorde, según la mentalidad de la época, con la dignidad de la Columna. Debió hacerlo de forma verbal, pero lo concretó en una carta remitida al Cabildo el 18 de diciembre de 1940. En ella explicaba que el ofrecimiento era «en recuerdo de los más de setenta años de adoración diaria por mi humilde persona». El Cabildo, tres días más tarde, envió una carta a Royo Villanova, firmada por su presidente, Vicente de la Fuente, en la que aceptaba el regalo, que incluía, a su vez, entregarle el óvalo antiguo como agradecimiento a su gesto. Así se hizo. Joyería Aladrén se encargó de hacer el nuevo óvalo, y el antiguo, en un estuche de terciopelo morado, con placas grabadas en latín y castellano, se entregó a Royo Villanova. Hubo zaragozanos que, conociendo la iniciativa, entregaron sus joyas a Aladrén para que su oro formara parte del nuevo óvalo.

Juan Antonio Gracia, canónigo emérito del Cabido zaragozano, recuerda bien al doctor Royo Villanova. «A los ocho años yo era monaguillo en la iglesia del cementerio, y lo veía todos los días cuando iba a rezar a su mujer a la capilla que la familia tenía allí. Yo estudiaba en la escuela municipal, y todos los días me llevaba en su coche, lo que me ahorraba una enorme caminata. Fue la primera persona que me preguntó si yo querría ser sacerdote».

Ricardo Royo Villanova (Zaragoza, 1868-1943) fue un médico aragonés especializado en tuberculosis y uno de los profesionales más destacados de Aragón en la primera mitad del siglo XX. Fundó y presidió la Academia Quirúrgica Aragonesa, y fue miembro de la Real Academia de Medicina, además de presidente de la de Zaragoza entre 1936 y 1943. Rector de la Universidad de Zaragoza desde 1913 hasta 1928, compaginó esta tarea con la de senador. Fue uno de los guías de Albert Einstein durante su visita a España en marzo de 1923. Tiene calle en Madrid y un hospital zaragozano lleva su nombre. Hombre de firmes convicciones religiosas (fue terciario franciscano), todos los días acudía a rezar al cementerio y al Pilar.

Juan Antonio Gracia ha mantenido relación con los descendientes de Royo Villanova (en la actualidad, tres biznietos) y, cuando supo de su intención de donar el óvalo antiguo de la Columna, medió para que se realizara con la mayor rapidez. Formalmente, pero de forma discreta a petición de los descendientes de Royo Villanova, la entrega se realizará el 2 de enero tras la misa de las 12 del mediodía. Posteriormente el Cabildo decidirá el destino de la pieza, que probablemente acabará en el archivo, en el Joyero o en el Museo de la Virgen.

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