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Ángel Gracia: "El abismo entre la España urbana y la España rural no ha cambiado"

El narrador y poeta publica 'El silencio y su canción' (Pregunta), sobre el capítulo que Labordeta dedicó al Maestrazgo en 'Un país en la mochila'

Ángel Gracia publica 'El silencio y su canción' en Pregunta.
Ángel Gracia presentó su libro con José Luis Melero en el museo Pablo Serrano.
Guillermo Mestre.

¿Por qué le ha interesado Labordeta y su ‘Un país en la mochila’? ¿Qué huella le ha dejado esa serie?

Como tantos aragoneses, soy seguidor de Labordeta desde siempre. Un apasionado de su música y de sus libros, sobre todo de los de poesía. En 1991 supe que había grabado los primeros capítulos de ‘Un país en la mochila’. Y tuve que esperar hasta que por fin se emitió el primer capítulo el sábado 14 de octubre de 1995. Por supuesto, me enganché y devoré todos los programas. Fue una especie de curso de geografía, historia, antropología y sociología de España. Labordeta camina por los pueblos intentando escuchar y comprender a las gentes. Y sobre todo muestra la brecha social entre las ciudades y el medio rural, que yo conocía bien, pues mis abuelos fueron pastores como los que retrata.

¿Qué le llamó la atención, precisamente, del capítulo del Maestrazgo’?

Este capítulo y yo tenemos una relación especial. Poco después de verlo, viajé a la comarca y me enamoré del Maestrazgo, que he visitado luego decenas de veces. Lo he visto y escuchado (el texto Labordeta es muy poético) muchas veces, no solo para escribir el libro. Tengo como ritual repasarlo la noche anterior a cada viaje que hago al Maestrazgo. Lo vi en un hotel de Lisboa el 20 de septiembre de 2010 porque Televisión Española lo emitió para homenajear a Labordeta al día siguiente de su muerte. Lo vi incluso por una extraña casualidad, gracias a alguna de las innumerables redifusiones que ha tenido, cuando estaba en el mismo bar de Villarluengo que aparece en el programa. Allí los parroquianos me contaron algunas anécdotas del rodaje. Esa tele vista dentro de la tele fue una revelación: yo debía escribir algo sobre el programa.

¿Por qué se fuiste ahí y no a Veruela, donde también rodó un capítulo muy bonito, por ejemplo?

El Maestrazgo es uno de mis amores telúricos. Uno no elige su ciudad natal, pero entre las múltiples pasiones que me despierta el territorio aragonés elijo sin duda este lugar. En la sección que escribí entre 2007 y 2008 para ‘Hoy Domingo’, de HERALDO, titulada ‘Aragón en bici’, le dediqué ocho artículos seguidos. Imagínesee, dos meses seguidos hablando de la misma comarca. Al final, Sergio del Molino, el responsable del suplemento entonces, me invitó con buen criterio, “a que saliera de ahí”. (Risas). Luego recopilé esos textos en el libro ‘Destino y trazo’ (Comuniter, 2009).

Además, el capítulo del Maestrazgo es el primero de la serie y para mí el más importante. Es el que marca el tono cercano y el estilo poético. No es casual que Labordeta empezara su periplo en esta tierra inaccesible y misteriosa. Las primeras palabras que dice en el programa anticipan de algún modo el conflicto tantas veces evocado y nunca resuelto de la España vacía: “Aragón toca a poco más de 25 soledades por kilómetro cuadrado. Cada cual campa libre en el hueco que le tocó en suerte, un poco perdido, un poco solo en general. Porque una de las peores heridas de esta piel sin curtir es la emigración, la de esos habitantes que antes de sentirse definitivamente abandonados, deciden ellos, antes, abandonar sus pueblos y dejarlos vacíos"

¿Cómo ha sido el proceso de documentación de 'El silencio y su canción' (Pregunta)? ¿Ha contactado con alguna de la gente con la que habló hace casi 30 años, ha recorrido esos espacios?

Me interesan más las fuentes de inspiración que las de documentación. En ese sentido, me han inspirado todos los libros de Labordeta y mis viajes frecuentes al Maestrazgo. También me han ayudado a imaginar lugares y gentes los libros de Pío Baroja, Giménez Corbatón y Antón Castro. En cuanto a los datos, la primera fuente es el mismo programa, repleto de detalles y alicientes. He repasado todas las entrevistas a Labordeta que he encontrado en prensa y revistas de los años 90 para construir sus diálogos y ser lo más fiel posible a su voz. También he hablado con paisanos de la comarca y algunos personajes del programa, como Alejandro Tena, el cura de Cantavieja.

Se ha fijado en un joven cámara que se asoma a un mundo desconocido. ¿Por qué él, qué experiencia iniciática quería contar?

Jorge es un veinteañero que acaba de obtener el titulo de ingeniero de sonido en el Madrid de los años 90. Solo conoce la confusa noche urbana. Está cansado de trabajar en salas donde los modernos beben, se exhiben y no escuchan los conciertos. No aman la música como él. Cuando viaja con el equipo de RTVE hasta el Maestrazgo sufre el mayor choque cultural de su vida. Estamos hablando de la España preolímpica y preExpo 92. Los políticos querían limpiarnos el fiemo de las albarcas, pero la realidad rural no se puede enterrar. Labordeta sale al campo a mostrar la realidad de los pueblos abandonados a su suerte. El protagonista hace un viaje al pasado que es el mismo de sus padres y abuelos.

Para Labordeta aquel fue un capítulo esencial: redescubrió las masadas, la soledad de los campesinos, el aislamiento, el eco de los maquis, se reencontró con sus años en Teruel… ¿Está todo eso en la novela?

La novela se centra en las escenas rodadas en Montoro, Villarluengo, Tronchón, Cantavieja y parajes cercanos. Aparece Salvador, el humilde pastor que vive solo en su masico con cuarenta ovejas y que no quiere hablar delante de las cámaras. Un capítulo lo protagoniza Miguel Gargallo, empresario dueño del hostal de las Truchas, cerca de Villarluengo. Otro momento importante es para el masovero Francho Ayora. Y casi como coprotagonistas aparecen Antonio, el cura de Tronchón, y Alejandro, el cura de Cantavieja, ambos amigos de José Antonio.

"Labordeta se revela como un icono transgresor contra las imposiciones de la fama y el éxito. Es un líder que camina contigo. Pero sobre todo es un poeta siempre pendiente de las emociones de sus amigos" 

¿Qué podía significar para un joven como Jorge trabajar tan de cerca de Labordeta?

La oportunidad de acompañar a un personaje histórico del presente como era Labordeta cambiará para siempre la perspectiva de la vida del protagonista y su forma de relacionarse y comunicarse con los demás. Jorge es también un narrador testigo que nos muestra la enorme humanidad de Labordeta. Su generosidad. Su antidivismo. Ahora que vivimos tiempos de exhibición social y complejo de Eróstrato, Labordeta se revela como un icono transgresor contra las imposiciones de la fama y el éxito.

Labordeta fue un maestro de las relaciones intergeneracionales y de la amistad. ¿Es eso algo que le ha preocupado narrar?

Labordeta enseña a Jorge en qué consiste la amistad y la confianza. Le inculca valores éticos irrenunciables y le inyecta fe en el proyecto conjunto. Es un animador de equipos antes de que se extendiese el concepto de coach. Es un líder que camina contigo. Pero sobre todo es un poeta siempre pendiente de las emociones de sus amigos.

¿Cuál es para usted, en estos tiempos que tanto se habla de la España vacía y de la despoblación turolense, la clave del libro: es una novela de formación, de la revelación de la vida, de la energía de un paisaje majestuoso y a la vez arisco?

Creo que es una novela sobre nuestro pasado reciente, pero también sobre nuestro presente. El abismo entre la España urbana y la rural no ha cambiado. Es una novela de descubrimiento del paisaje y las fuerzas telúricas de la naturaleza. Una novela que muestra también cómo la comunicación humana cambia según el hábitat. Es, por tanto, una novela de formación y de revelación.

Siempre le había interesado la naturaleza. Aparece especialmente en sus poemarios y en su viaje por Aragón. ¿Qué le da a usted el paisaje? ¿Cómo se enfrentas a él?

En el paisaje aragonés encuentro los elementos que me conforman. La misma dureza, la misma obstinación. Aire sosegado unos días y cierzo otros. Lástima que no compartamos la misma duración. Cuando la contemplamos, la naturaleza nos recuerda que ella nos sobrevivirá. Que somos limitados en el tiempo. Que no somos importantes.

"Es una novela de descubrimiento del paisaje y las fuerzas telúricas de la naturaleza. Una novela que muestra también cómo la comunicación humana cambia según el hábitat. Es, por tanto, una novela de formación y de revelación".

¿Cómo y qué quiere contar?

Siempre me he sentido como un personaje secundario de la realidad que vivo. Los protagonistas del mundo son otros. He conocido a grandes escritores y personajes, como el mismo Labordeta, pero nunca he llegado a ser amigo de ellos. Los he observado desde una educada media distancia, aunque suficiente para admirarlos. Se me ocurrió que una manera distinta de acercarme a la figura de Labordeta era mostrarlo en su trabajo diario y sus gestos cotidianos. Quería alejarme de la hagiografía y contar su lado más humano. He intentado hacer un homenaje emocionado, pero sin estridencias. Con un enorme respeto por la figura de Labordeta.

¿Ha tenido en la cabeza algunos libros concretos, una atmósfera determinada?

Supongo que en el narrador es evidente la influencia de los personajes románticos de las novelas de formación alemana. Quizás también todas las novelas españolas situadas en el mundo rural. He trabajado duro para que la prosa fluya transparente como en los poemas y que el autor sea invisible. Utilizo elementos de ficción mezclados con datos reales, pero lo que está claro es que mi yo real ha desaparecido por completo.

Ángel Gracia publica 'El silencio y su canción' en Pregunta.
Ángel Gracia ha hablado con varios protagonistas del capítulo del Maestrazgo.
Guillermo Mestre.

¿Cómo conviven en usted el narrador y el poeta? ¿Cómo se interfieren?

El narrador es trabajador, obsesivo, y el poeta, un paseante que deja muchos pasos al azar. A veces intercambian los papeles y es el poeta el que acaba escribiendo el libro, como ha sido en este caso. Mi yo poeta ha escrito ‘El silencio y su canción’. Lo bonito es que el narrador ha aceptado al poeta tal y como es. No quiere corregirlo ni complicar su sencillez. Esta noche ambos bridarán y beberán juntos.

¿Ha querido que la novela apareciese cuando se cumple una década de la muerte de José Antonio Labordeta o ha sido azar?

El libro fue impreso el 19 de septiembre de 2020, diez años después de su muerte. También queríamos que se presentase en el Maestrazgo en torno al 14 de octubre, fecha en la que se cumple el 25º aniversario de su primera emisión en Televisión Española, pero un brote de covid nos lo ha impedido. Ya habrá tiempo de celebrarlo. Por ejemplo, la próxima primavera, en 2021, se cumplirá el 30º aniversario de su rodaje. Allí estaremos.

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