verano

Santi Rex: "Éramos siete hermanos y movernos en las vacaciones de verano era muy complicado"

El cantante de Niños del Brasil recuerda sus veraneos de niño, muy diferentes a las giras que efectuó con la banda durante su lustro mágico.

Santi Rex, voz y alma de Niños del Brasil.
Santi Rex, voz y alma de Niños del Brasil.
Guillermo Mestre

¿Cómo está viviendo estos meses tan extraños?

Supongo que como la gran mayoría de personas: pasando mucho tiempo en casa y reduciendo al mínimo las salidas, los actos sociales y las visitas. A mí me gusta mucho ir de conciertos, solía ir de uno a tres cada semana. Evidentemente, eso se ha suspendido totalmente. De hecho, tenía un montón de entradas para festivales y conciertos que se han pospuesto al año que viene. He aprovechado para leer más de lo habitual y escuchar música.

¿En lo creativo le ha servido este receso?

En abril estuvimos haciendo un vídeo en directo todos los miembros de Niños de Brasil, cada uno desde su casa. Quieras o no, son proyectos que te llevan mucho tiempo porque no cuentas con los medios adecuados. El problema de anticipar trabajo es que no sabes cuándo vas a poder mostrarlo. Desde marzo teníamos previstos los lanzamientos de varias producciones que habíamos hecho y discos que se han quedado todavía por presentar. Estamos a la espera de que todo esto pase y podamos retomar la actividad habitual. De hecho, tenemos un disco por sacar ahora en nuestro sello –‘Discos del amor y del odio’–, pero no sabemos cuándo podremos editarlo. Hay muy poca distribución y muy poca venta.

¿Le inquieta esa incertidumbre?

El mundo de la música y de las artes en general es un negocio muy grande que mueve a mucho personal. Un parón así tan brusco y tajante durante tantos meses seguidos ha sido un golpe terrible. Muchos discos que salieron en febrero o marzo, por desgracia, ya no van a sobrevivir porque no se han podido promocionar ni los artistas han podido tocarlos en directo. Es una pena porque es un trabajo que no se va a poder recuperar. Es imposible que en octubre alguien tenga interés en presentar un disco que editó en marzo. Tanto para los grandes sellos como para los pequeños es un desastre absoluto. Es cierto que los artistas han empleado estos meses para componer y grabar muchas cosas. Casi todo el mundo está preparando nuevos proyectos porque dan estos discos de 2020 por tirados.

¿Cómo eran sus veranos de pequeño?

De niño recuerdo con mucho cariño tener vacaciones, algo que se terminó desde que cumplí los 18 años. Nosotros somos muchos de familia, éramos siete hermanos, y no tuvimos muchas ocasiones para unas vacaciones familiares ya que éramos demasiados. Mover a siete críos era complicado. Hubo un año que fue el único en el que veraneamos todos juntos. Sería el de 1968 o 1969. Fuimos a Jerez y el Puerto de Santa María porque mi padre estaba trabajando allí en esa época. Era muy pequeño y recuerdo que estuvimos todo el verano allí. Tengo muy pocas fotografías de niño y las de aquel verano son las primeras que conservo. También visitamos Sevilla... Viajar hasta Andalucía con toda esa tropa fue toda una aventura, nos ayudaron unos tíos. Posteriormente, también nos escapamos alguna vez a la playa o al Pirineo con mis padres.

¿Era un buen estudiante o le perseguían los libros y los cuadernos para las recuperaciones de septiembre?

Reconozco que era un poco tarambana. No era un mal estudiante, pero tampoco era bueno. Sobre todo, había unas asignaturas que se me resistían más que otras. Siempre he sido más de letras que de ciencias. Las matemáticas me han costado el triple que las demás. Me tenía que llevar los libros debajo del brazo. Curiosamente, años después he llevado la contabilidad de negocios y de mi grupo, quizá por eso no me haya hecho rico todavía. En la Universidad, como hice Letras, me quité de encima las matemáticas.

¿Fue ganando la música terreno paulatinamente en sus veranos y en su vida?

La música llegó a ocupar el cien por cien de mi vida en los años de mayor apogeo de Niños del Brasil, incluso antes y después. Cuando era un crío, comencé como DJ y estuve cuatro años pinchando en la discoteca zaragozana KWM. Los veranos rara vez me iba de vacaciones porque cubría las ausencias de mis compañeros. Y, luego, cuando comenzamos con las giras del grupo desde 1988 hasta 1994, no pisábamos casi Zaragoza. En 1995, cuando ya nos relajamos, montamos un bar en la playa, que nos sirvió como escape. Pero siempre he andado con cosas relacionadas con la música.

¿Qué recuerda de aquellas giras interminables con Niños del Brasil?

Las recuerdo con mucho cariño. Tuvimos la suerte de viajar mucho y de conocer a mucha gente interesante. Tocamos con grupos grandes que nos gustaban mucho en la España de finales de los 80. Teníamos conciertos en todas partes:Galicia, Andalucía, Extremadura, Asturias... En aquella época las carreteras eran mucho peores que las actuales y los viajes eran más lentos. Había muchísimas autovías en construcción. Ni las furgonetas eran tan buenas ni había GPS ni televisiones en los asientos de atrás. Era otra forma de vivir. Recorrimos España varias veces haciendo una estrella de punta a punta. Ahora sería todo más cómodo por los avances técnicos y tecnológicos, pero aquellos fueron momentos muy bonitos. Nos recuerdo dormitando en la furgoneta o escuchando música cada uno con nuestro ‘walkman’.

Sus recomendaciones

Una película: 'Las niñas’. Es una película de la directora zaragozana Pilar Palomero en la que hemos tenido el placer de contribuir con dos de nuestras canciones. El filme se presentó en el pasado Festival de Berlín, pero por culpa de la pandemia del coronavirus se ha retrasado toda su promoción y el estreno en salas comerciales. Habla de la Zaragoza de los primeros años 90.

Un libro: 'Una caricia en la memoria’. Está escrito por un amigo de Madrid, Carlos L. García Aranda. Es una historia conmovedora. Para el verano suelo guardarme los libros gordos porque puedo leerlos en la piscina o en los viajes. Y este es de esta clase.

Un disco: ‘Canciones de laboratorio’, de Salvador Tóxico. Es uno de esos discos que se han quedado en el aire. Lo lanzaron en enero. Es el tercer disco de este grupo de Madrid. Hasta el momento solo lo han editado en vinilo. Hacen un pop que me gusta mucho. Es muy tranquilo, muy atmosférico, ideal para el verano.

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