Amaral: "Nos encanta tocar en Zaragoza y que nos asocien con nuestra ciudad"

Eva Amaral y Juan Aguirre anunciaron este martes que su último concierto de 2020 tendrá lugar el 7 de noviembre en el pabellón Príncipe Felipe. Lo presentará HERALDO en su 125 aniversario.

Sentía la necesidad de cerrar el círculo y por eso el dúo zaragozano Amaral, que inició en octubre su actual gira en la plaza del Pilar de la capital aragonesa ante 70.000 personas, reveló este pasado martes en una convocatoria celebrada en el Centro Musical Las Armas que Zaragoza será la ciudad elegida para acoger su último concierto de 2020, el sábado 7 de noviembre en el pabellón Príncipe Felipe. Para entonces, el grupo habrá pasado por 40 ciudades y pondrá el broche de oro a este periplo antes de proseguir sus conciertos en otras latitudes. Eva Amaral y Juan Aguirre recuerdan lo que supone para ellos tocar en su ciudad: una emoción especial, al reencontrarse con su familia y sus amigos, y al mismo tiempo una exigencia, ya que los conciertos en la capital del Ebro siempre tienen una significación especial para el grupo y para sus fans.

Su gira de 2020 terminará casi donde empezó. ¿Lo hará igual que comenzó?

Juan Aguirre: El concierto de Zaragoza será el último del año. La gira prácticamente empezó en Zaragoza con un concierto más breve de lo normal en la plaza del Pilar y por eso teníamos muchas ganas de volver a actuar en nuestra ciudad con la escenografía completa y la duración íntegra del concierto.

Eva Amaral: El concierto de la plaza del Pilar fue para nosotros uno de los momentos más bonitos de nuestra carrera, pero sí que es verdad que teníamos muchas ganas de mostrar el ‘show’ al completo en nuestra ciudad, y más después de esa experiencia.

¿Aún les sigue dando un poco de vértigo salir al escenario ante tanto público?

J. A.: Siempre te da una sensación de subidón de adrenalina porque tienes el compromiso de intentar dar al público lo mejor de la banda, de nosotros mismos. Creo que además es algo que no solo hacemos nosotros, sino que surge por la energía que recibimos de la audiencia y que cada noche es diferente.

E. A.: En los conciertos acústicos en los que vamos Juan y yo solos piensas que quizás tienes menos responsabilidad. Es una tontería porque en el fondo en los dos momentos deberías de sentirte de la misma manera, pero cuando estás en el escenario con más músicos sientes que si cometes algún fallo vas a hacer responsables a todos. Y evidentemente tampoco puedes defraudar a tu público. La verdad es que yo me pongo nerviosísima, creo que la que más de todo el equipo, pero una vez que salgo al escenario ya todo es maravilloso, se convierte en una experiencia que no se puede comparar absolutamente con nada. Y por supuesto, siempre, Madrid y Zaragoza son los dos sitios donde más nerviosa me pongo.

Son un grupo de masas pero no le hacen ascos a tocar en cualquier formato...

J. A.: A veces está muy bien, cuando has tocado ante audiencias muy grandes, recordar cómo una canción se puede hacer con una guitarra en un programa de radio o en una salita pequeña porque realmente nuestro origen tiene que ver con haber empezado en lugares muy pequeños de Zaragoza. Nos encanta tocar en todos los formatos, pero lo cierto es que los conciertos grandes de esta gira están siendo una fiesta.

A pesar de que tuvieron alguna mala crítica cuando lanzaron ‘Salto al color’ ¿ha sido bien acogido por sus seguidores?

J. A.: Es un disco que nos está dando grandes satisfacciones. Ya durante la grabación fue un periodo de aprendizaje inmenso y fruto de una labor de experimentación muy grande. Cuando sacas un disco deja un poco de pertenecerte y desde el principio fue recibido de una manera increíble. Lo único que podemos hacer para agradecer todo esto es ofrecer los mejores conciertos posibles. De una manera muy rápida ‘Salto al color’ se ha convertido en disco de oro –20.000 copias vendidas– y no lo hemos hecho nosotros, sino nuestros seguidores. Así que un millón de gracias a todos.

E. A.: Es un disco que, llevado al escenario, se está convirtiendo en toda una experiencia para nosotros porque transforma una energía hacia el público que luego nos viene de vuelta. Las canciones de ‘Salto al color’ se complementan muy bien con las de discos anteriores. Hay una evolución, pero al ser una evolución lógica todo junto funciona y tiene un sentido.

La electrónica está más presente en algunos de los temas del disco.

J. A.: Desde el principio imaginamos que Amaral tenía que ser un proyecto muy abierto, donde cupieran un montón de cosas distintas, sonidos y ritmos diferentes y donde pudiéramos dar rienda suelta a nuestras inquietudes de todo tipo a la hora de diseñar portadas, vídeos, escenografías... Siempre quisimos que Amaral fuera un grupo en continua evolución.

E. A.: El uso de elementos de la electrónica no nos era ajeno. Los habíamos utilizado en nuestros anteriores discos, aunque de una manera mucho más sutil, pero en ‘Salto al color’ están mucho más presentes, forman parte de la columna vertebral de la canciones.

A estas alturas de su carrera ¿resulta complicado gestionar la popularidad?

J. A.: Siempre hemos querido que la música nos precediera, que hablara por nosotros y la verdad es que la fama y el éxito son elementos en los que no nos paramos a pensar mucho porque normalmente siempre estamos viajando, componiendo o pensando en otras cosas y ocupan un lugar bastante insignificante en nuestras vidas.

E. A.: Hubo un momento en que de repente nuestra música se hizo muy popular de golpe, con el tercer disco, ‘Estrella de mar’, y ahí podría parecer que fue el momento del éxito de nuestro grupo, pero realmente pienso que ha venido después por el hecho de no prendernos fuego por el camino. Ese es el verdadero éxito, seguir haciendo música, componiendo canciones y disfrutando de ello.

Después del concierto del 7 de noviembre en Zaragoza, ¿cuál será el siguiente salto?

J. A.: Cerraremos todo este año de conciertos aquí y el año que viene seguiremos fuera, con más fechas pendientes. Muchos seguidores de todo el país nos relacionan con Zaragoza porque saben que es nuestra ciudad y les hace ilusión venir aquí. Piensan que ver a Amaral en su casa, de alguna manera, es algo especial. Nos encanta esa asociación con Zaragoza y por eso queríamos que el último concierto de 2020 fuese en casa.

E. A.: Al ser uno de los últimos del año, el espectáculo ya habrá crecido mucho. Aunque parezca que es una cosa cerrada y que las canciones son siempre de la misma manera, cada noche van cambiando sin que apenas lo percibas. Tenemos muchas ganas de mostrar esa versión más evolucionaba de todo lo que está comenzando ahora.

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