literatura

'Señoras que se empotraron hace mucho' y osaron amar a otras mujeres

Desde hace más de 15 años, la escritora del libro investiga sobre "las lesbianas en la historia" y lo hace "como hobby".

Imagen de la caratula del libro 'Señoras que se empotraron hace mucho'
Imagen de la caratula del libro 'Señoras que se empotraron hace mucho'
@firecrackerx

Un hilo de Twitter fue el origen del libro 'Señoras que se empotraron hace mucho', donde la escritora e investigadora Cristina Domenech saca a la luz la historia de varias pioneras que, desde el siglo XVII al XX, se atrevieron a amar a otras mujeres, a expresar su sexualidad y a desafiar con valentía las convenciones sociales.

Desde hace más de 15 años, Domenech (1987) investiga sobre "las lesbianas en la historia" y lo hace "como hobby", según explica en una entrevista con Efe la autora, que también está preparando una tesis doctoral donde analiza la literatura histórica desde una perspectiva queer (personas cisgénero).

El pasado 7 de marzo se le ocurrió compartir una de sus investigaciones con "un par de amigas" en Twitter, para lo que abrió un hilo anunciando que iba a contar "la historia de las dos señoras que se empotraron y luego no se sabía si eran lesbianas, porque se regalaron una biblia".

Con una cadena de tuits, Domenech consiguió pasar "de 200 seguidores a 10.000" en esta red social en tan sólo unos días.

"Fue un shock y la gente me pedía más", comenta la autora, que añade: "Fui abriendo hilos con más historias, la cosa siguió creciendo y se convirtió en un libro". En noviembre salió a la venta publicado por la editorial "Plan B" y, en tan solo un mes, está ya en proyecto la tercera edición.

Domenech se declara satisfecha al saber que varias personas "han salido del armario" regalando el libro a sus padres, como le han contado por Twitter: "Me ha dado mucha alegría porque hay gente dentro del armario pasándolo muy mal. (...) Me gusta que el libro sirva para normalizar una situación".

'Señoras que se empotraron hace mucho' narra las vidas de 19 mujeres. Comienza con la historia de Mademoiselle de Maupin, una cantante de ópera y duelista del siglo XVII, a quien Luis XIV perdonó dos veces sus condenas a morir ejecutada por participar en estos duelos, que habían sido prohibidos por su predecesor Luis XIII.

El libro concluye en el siglo XX y narra, entre otras, la trayectoria de la artista bisexual Josephine Baker, de quien cuenta que "ayudó a ganar una guerra con su ropa interior".

Pero, entre todas, Domenech destaca la vida de Anne Lister, "la primera lesbiana moderna", que "tenía una mentalidad bastante avanzada" para principios del siglo XIX y que "marcó un antes y un después".

"Fue la única capaz de hacer historia y quedarse dormida simultáneamente" revela Domenech, al recordar el momento en el que trató de bendecir en la iglesia "su unión con su mujer" y se durmió durante el oficio, "como le sucedía habitualmente en misa".

Lister hablaba "con todo detalle de su relación mujeres" en sus diarios, aunque estos estaban "parcialmente codificados". Así que, cuando fueron descifrados y descubiertos sobre 1980, cambió el pensamiento "inocente" de muchos historiadores que suponían que dos mujeres "no tenían sexo porque no conocían ese concepto".

"Quedó patente que había muchas mujeres que tenían muy claro que querían pasar la vida con mujeres y que no tenían ningún problema para acceder a información sexual y practicarla", subraya Domenech, quien también destaca la vida de Natalie Clifford Barney.

Y lo hace porque asegura que "fue una mujer excepcional". Era una americana que vivió en París y que, aunque no logró triunfar como poeta, "impulsó muchísimo la carrera de otros artistas de la época" y "principalmente de mujeres que encontraban más dificultad de vender su obra".

Durante sus investigaciones, Cristina Domenech ha comprobado que el campo académico de la homosexualidad femenina en la historia y en la literatura histórica siempre ha sido "pequeñito y equívoco" porque hasta finales del siglo XIX no tuvo nombre.

Explica que "iba muy ligada a patología y al estilo de vida insana", por lo que, "cuando se iba a ensalzar a una figura histórica y se encontraban sospechas de que hubiese podido tener relaciones homosexuales, este dato se metía debajo de la alfombra".

Y revela que en el caso de las mujeres era más fácil de esconder porque en los siglos XVIII y XIX "había una especie de moda o regla social que era la amistad romántica".

Consistía en "tener amiga con la que tejes una amistad muy exaltada y muy pasional -con besos, regalos y una carta al día-, que se veía muy bien. Eran relaciones que "en "muchos casos entraban en el terreno de lo emocional e incluso de lo sexual", aunque "quedaban tapadas con casamientos".

Para el libro, Domenech ha optado por un lenguaje "cercano y coloquial" porque no pretendía escribir un ensayo, sino "poner en manos de todo el mundo una información que creo que hay que conocer".

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