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Reinas en Japón: entre el reciclaje y la sofisticación

Máxima de Holanda o Victoria de Suecia repitieron atuendos, mientras que la reina Letizia hizo guiños florales a la cultura japonesa

La reina Letizia, en Japón y Corea, con modelos de Matilde Cano y Carolina Herrera
La reina Letizia, en Japón y Corea, con modelos de Matilde Cano y Carolina Herrera
Agencias

La japonesa es la dinastía real más antigua del planeta. Y para la entronización de su emperador 126, Naruhito, que se produjo este martes, algunas de las reinas invitadas de la realeza europea han escogido prendas recicladas, eso sí, no tan antiguas como la estirpe del nipón. Fue el caso de Máxima de Holanda  -siempre situada en esa fina línea que separa la sofisticación del exceso-, que para la solemne ceremonia se decantó por un traje de en tonos grises de Natan, una de sus firmas favoritas, que ya lució en 2017 con motivo del Día del Príncipe. Tampoco su tocado floral es nuevo. De Fabienne Delvigne, se lo puso en el bautizo de su hija Alexia y en una visita oficial a Corea del Sur, país, por cierto, que este miércoles ha recibido la visita de los Reyes de España. Para la noche, vistió un modelo de alta costura en color vino, de escote barco y bordado geométrico, obra de Jan Taminiau, uno de sus modistos favoritos.

Matilde de Bégica, Mary de Dinamarca y Máxima de Holanda, en la entronización de Naruhito
Matilde de Bélgica, Mary de Dinamarca y Máxima de Holanda, en la entronización de Naruhito
Agencias

También repitió modelito Victoria de Suecia, que acudió a Japón acompañada de su padre, el rey Gustavo. Para la cena de gala eligió un vestido de Elie Saab que se había puesto para el 70 cumpleaños de su padre. Para el día, se decantó por un modelo en tono morado de Escada.

Entre todas ellas, la reina Letizia fue la única en apostar por los estampados. Y no poco. Para la ceremonia de entronización apareció del brazo de su marido, el Rey, enfundada en un vestido de la andaluza Matilde Cano, que combinó con una diadema a modo de tocado. La elección se entendió como un guiño al arte oriental. Para la cena de gala siguió apostando por las flores, esta vez bordadas en hilo de plata sobre un vestido rosa capote de Carolina Herrera. Para la ocasión, sacó algunas de las mejores piezas del joyero de la Corona española: los chatones de Victoria Eugenia y la tiara Flor de Lis. La mañana del miércoles, ya en Corea, ha seguido con flores, en un vestido de día también de Carolina Herrera.

Victoria de Suecia, de Escada. Máxima de Holanda y Matilde Bélgica, en la cena de gala.
Victoria de Suecia, de Escada. Máxima de Holanda y Matilde Bélgica, en la cena de gala.
Agencias
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