Marisa Paredes brilla con luz propia en el Festival de Cine de Huesca

Marisa Paredes ha llegado este miércoles a Huesca vestida con un traje pantalón de color rojo y ocultando sus ojos tras unas gafas oscuras por una conjuntivitis. Pocas veces, tanta sencillez ha desprendido tanto glamour del bueno, del conseguido con el esfuerzo y el trabajo desempeñado por esta actriz durante más de 60 años. Es su trayectoria la que reconoce el Festival Internacional de Cine con el Premio Luis Buñuel, que recogerá en una gala en el Teatro Olimpia.

La artista (Madrid, 1946) ha reconocido que no tuvo oportunidad de conocer al director aragonés que da nombre a este galardón pero que recibir este premio supone para ella “un lujo, un honor y una responsabilidad”. Algo en lo que no pensaba cuando, con doce años, se plantó ante su padre y le dijo que quería ser actriz. Su madre la apoyó en ese empeño y en 1960 debutó en el teatro. 'Petra', de Jaime Rosales y rodada en 2017 es su última película, por el momento.

A la hora de repasar todos los papeles que ha interpretado en la gran pantalla, el teatro y la televisión, afirma que su profesión es “como una sinfonía, con todas las notas unidas”. No obstante, ha reconocido que 'Tacones Lejanos' (dirigida por Pedro Almodóvar en 1991), supuso un punto de inflexión en su carrera. A partir de ahí empezaron a llamarla desde diferentes países porque los directores querían trabajar con ella. Su nombre está en los créditos de películas oscarizadas como 'La vida es bella' ( Roberto Beningni, 1997).

En la gala de este miércoles se proyectará 'Mi familia italiana' (Cristina Commecini, 2015).

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