La finalista que jugó en el Mann Filter

Tadea Lizarbe, de 26 años, se coloca con su primera novela entre los 10 escritores seleccionados a partir de los 453 presentados

Tadea Lizarbe, en Barcelona, el miércoles, en la entrega del Planeta.
La finalista que jugó en el Mann Filter

Los ocho autores que cada año llegan a la final acompañando a los dos que acaban repartiéndose la bolsa del Planeta son apenas unos figurantes en la gigantesca representación teatral que conllevan estos premios; unos escritores, la mayoría aficionados, de los que poco o nada suele trascender. Pero algunas veces esos figurantes no quieren perderse la noche del estreno. Se hacen invitar y allí que se plantan, en Barcelona, entre los casi mil asistentes a la gala de entrega, rodeados por muchos de los rostros más populares de las letras españolas, por políticos y empresarios, por decenas de periodistas culturales; ajenos a todos los manejos que se han dado entre bambalinas, como si verdaderamente ellos siguieran en competición frente a las apuestas de la editorial.


Anteanoche, la jugadora de baloncesto pamplonesa Tadea Lizarbe Horcada, que militó durante casi tres años en el Mann Filter, mientras hacía sus estudios de Terapia Ocupacional en Zaragoza, fue una de esas comparsas que no se resignan a su papel y también quiso disfrutar en persona de la fiesta del Planeta. De solo 26 años, debuta en la novela alcanzando la final del premio mejor dotado. Llegaba al Palacio de Congresos de Barcelona el miércoles acompañada por su pareja, Borja, y con la ilusión de alguien que se asoma a la materialización de un sueño. En la víspera, al presentar a los 10 finalistas elegidos en 2014 a partir de 453 originales llegados de medio mundo, Juan Eslava Galán, en nombre del jurado, había calificado de "excepcional" su libro, ‘Comiendo sonrisas a solas’. 


"Es la primera novela que escribo, quería darle una salida, y pensé: “Por qué no empezar presentándome al premio más importante”. No tenía nada que perder", decía en la noche del miércoles Tadea Lizarbe, quien quiere seguir trabajando en la literatura y esperará el tiempo preceptivo que fijan las bases (durante el cual Planeta se reserva la opción de publicar cualquiera de las finalistas), antes de seguir moviendo su obra con la esperanza de verla algún día en las librerías.


‘Comiendo sonrisas a solas’ narra las peripecias de una mujer que indaga sobre su madre, tras la inexplicable muerte de esta, y acaba descubriendo una oscura tradición familiar. Una historia de intriga firmada por una joven que había disfrutado con la escritura desde siempre y que fue durante su estancia en Zaragoza, en la soledad del recién llegado a una nueva ciudad, cuando se topó con la oportunidad de explorar más en profundidad esta veta y comenzó entonces a bregarse en el relato corto.