"La historia de espionaje de Canfranc se merece una o dos películas por lo menos"

En 2001, el periodista de Heraldo de Aragón Ramón J. Campo sacó a la luz una historia de película: el hallazgo de documentación abandonada en la estación de Canfranc que reflejaba el paso de toneladas de oro nazi con destino a Madrid y Sudamérica. Campo siguió tirando del hilo hasta completar un capítulo de la Historia hasta entonces silenciado por años y temores: la red de espionaje que actuó en Canfranc formada por vascos, franceses y aragoneses que, unidos, arriesgaron sus vidas para contribuir a la derrota de la Alemania nazi. Un episodio que Ramón J. Campo pone ahora en imágenes junto al director Germán Roda.

El filme documental 'Juego de espías' llega a Zaragoza tras su éxito en los festivales internacionales de Valladolid y Gijón. Este viernes se estrena en la capital aragonesa (Cineclub Cerbuna), en Madrid (Artistic Metropol) y Barcelona (Cinemes Alexandra). El Patio de la Infanta acogió el jueves el preestreno con la presencia de sus directores y de la productora del documental Patricia Roda. Entre proyecto y proyecto, Germán Roda habló con Heraldo.es de cine y, sobre todo, de Canfranc.

'Juego de espías' es un título muy cinematográfico para un documental...

Pues sí, es lo que pretendíamos. No queríamos quedarnos sólo en un documental, queríamos ir un poco más allá. De hecho, los programadores de los festivales que nos han seleccionado nos han dicho que era un documental muy cinematográfico. También tiene que ver con que para las dos protagonistas lo de espiar era como un juego.

¿No han pensado en hacer un largo sobre la historia de la red de espionaje que actuó en Canfranc durante la II Guerra Mundial?

Desde el principio le dije a Ramón que su investigación acerca del oro y de la red de espionaje se merece una o dos películas por lo menos. Le puedo decir que nos vamos a poner con ello en breve.

¿Qué supuso este hecho en la historia de Europa y en la de Aragón, en concreto?

En relación al paso del oro, supuso la demostración de la no neutralidad de Franco con respecto a la II Guerra Mundial. Y para nuestra región supuso situarnos en el mapa mundial como punto estratégico para el conflicto bélico. En cuanto a las redes de espionaje, significó la demostración de que en este país, y durante una posguerra durísima, los españoles se pusieron de acuerdo, sin importar sus ideas políticas, para defender la libertad de Europa que Hitler pretendía romper. Y para Aragón, supuso abrir una frontera con el resto de Europa y demostrar que las gentes de esta región se involucran hasta las últimas consecuencias.

¿Cómo ha sido la experiencia de codirigir este trabajo con Ramón J. Campo, el periodista que desempolvó la historia de Canfranc?

No entendería hacer un documental de este tema sin el periodista que lo descubrió. Este tipo de trabajos tienen que tener una credibilidad demostrable y Ramón es la garantía que necesitábamos. Nos hemos entendido muy bien y creo que se aprecia en el resultado final.

Su documental se ha proyectado en las secciones oficiales de Valladolid y Gijón ¿Cómo ha acogido el público su filme?

Ha sido muy especial, la gente nos decía que habían disfrutado y que se habían emocionado y nos agradecían que sacáramos a la luz la vida de gente anónima que arriesgó su vida por la libertad. Todo el trabajo de estos dos años, de repente, mereció la pena.

En apenas un año ha estrenado un corto, un largo y ahora un documental ¿en qué campo se siente más cómodo?

En mis últimos trabajos me he decantado por la mezcla de documental y ficción. Siempre me he sentido atraído por la miscelánea de géneros y en cuanto a la duración, me divierten más los rodajes de cortos pero disfruto más los montajes de películas.

Con 'Mi papá es director de cine' está recorriendo los cinco continentes...

Es algo que te pasa una vez en la vida, participar en festivales de Nigeria, Chipre, Australia, EE.UU., Colombia, Corea del Sur, India, Ucrania... y así hasta 125 festivales. Es algo que no puedo explicar con palabras. Intentaré explicárselo a la protagonista (mi hija de 6 años) cuando sea mayor.

¿Cómo afecta la crisis al género del cortometraje? ¿Y al documental?

Se están haciendo más cortometrajes que nunca pero con muy pocos medios y en ocasiones afecta a la calidad. En cambio, el género documental está ascendiendo en cantidad y calidad ya que como no hay dinero para hacer películas muchas productoras y directores se están decantando por el documental.

¿En qué próximo proyecto trabaja?

Junto con mi hermana Patricia Roda, estamos rodando un documental sobre la vida de quince mujeres aragonesas del mundo del teatro que han decidido reivindicarse de la mejor manera posible poniéndose a currar. En este caso montando y estrenando una obra de teatro que se llamará 'Reinas'.

Este fin de semana 'Juego de espías' se estrena en Zaragoza. ¿En que otros lugares podrá verse en los próximos meses?

Gracias al paso por estos dos prestigiosos festivales vamos a estrenar en Madrid, Barcelona, Vitoria, Bilbao y San Sebastián.