Cae una red criminal especializada en estafar a personas mayores con ventas fraudulentas

Los estafadores se identificaban como comerciantes y vendían productos a domicilio. Contaban con una cartera de clientes, a los que denominan “caramelos”. En los últimos meses hubo una decena de denuncias en Zaragoza causando un perjuicio a las personas estafadas de más 45.000 euros.

Ejemplos con contratos con la firma falseada por un supuesto comercial. Son del mismo día a la misma persona y sólo le había vendido un producto. Todo lo que viene en los contratos se lo cobraron, pero ni tan siquiera recibieron los productos.
Ejemplos con contratos con la firma falseada por un supuesto comercial. Son del mismo día a la misma persona y sólo le había vendido un producto. Todo lo que viene en los contratos se lo cobraron, pero ni tan siquiera recibieron los productos.
HA

Agentes de la Policía Nacional están llevando a cabo una investigación de un grupo organizado dedicado a estafar con supuestas ventas a domicilio, compuesto por unas doce personas afincadas en Murcia, Comunidad Valenciana y Galicia. Por el momento han sido detenidos dos hombres entre 24 y 36 años como presuntos responsables de un delito de estafa.

En los últimos meses se han registrado más de una decena de denuncias en la ciudad de Zaragoza causando un perjuicio a las personas estafadas de más 45.000 euros.

Las víctimas eran personas manipuladas para comprar productos innecesarios a precios exorbitantes

Una de estas denuncias fue interpuesta el pasado mes de enero, cuando un hombre denunció unos cargos fraudulentos en su cuenta bancaria que ascendían a más de 10.000 euros y donde figuraban unas supuestas compras a una empresa de productos de salud y hogar.

Agentes del Grupo de Delincuencia Económica y Fiscal descubrieron un preocupante modus operandi que utilizaban los vendedores de varias empresas comerciales para aprovecharse de personas mayores con enfermedades como el Alzheimer o principios de pérdida de facultades cognitivas. Estas víctimas, debido a su vulnerabilidad, eran manipuladas para comprar productos innecesarios a precios exorbitantes.

Las víctimas, clientes con un perfil específico

El grupo de investigación identificó patrones comunes en estos casos. Los autores seleccionaban previamente a clientes con un perfil específico: personas mayores que viviesen solas, con problemas de memoria o comprensión y con suficientes recursos económicos. Cuando se ganaban su confianza, estos comerciales utilizaban diversas técnicas de persuasión y engaño, como ofrecerles regalos que luego formalizarían en contratos de venta de productos absurdos.

En otras ocasiones, los malhechores regresaban al domicilio y, con la excusa de que ese regalo no funcionaba y que necesitaba sustituirlo, les hacían un nuevo contrato con una nueva deuda para el anciano. Sin ningún tipo de escrúpulos para estafar a estas personas tan vulnerables, los supuestos comerciales se las amañaban para conseguir el PIN de sus tarjetas bancarias e incluso pedir préstamos online con firma digital, contratos que ellos mismos realizaban sin el consentimiento de las víctimas.

Las visitas eran realizadas por un entramado de empresas, si bien es práctica común que los comerciales cambien de una empresa a otra y se conozcan entre ellos (al haber trabajado juntos en empresas del mismo sector), y adquieran una cartera de clientes (que es incluso vendida a nuevos comerciales), realizando así visitas y llamadas telefónicas a las víctimas, que ya están sumidas en un espiral de compras, que cuentan con una buena situación económica y que son fácilmente influenciables, dándoles en este tipo de clientes la denominación de "caramelo".

Los contratos presentados por algunas de estas empresas para intentar justificar estas ventas denunciadas incluían artículos repetidos, productos que nunca llegaron a su destino e incluso el cobro de servicios que supuestamente eran gratuitos. Además, resultaba curioso que estos contratos tuviesen exactamente el mismo importe final y que reflejasen prácticamente los mismos artículos en todos ellos, incluyendo los supuestos regalos y los productos desconocidos.

Una de las víctimas en Zaragoza sólo reconocía haber adquirido dos productos: una batería de cocina y un aparato de osmosis, este último por sugerencia de los comerciales. Sin embargo, el resto de los productos mencionados en los contratos que corresponderían a los supuestos regalos (tablets, almohadas, smartphones y relojes smartwach) eran totalmente desconocidos para el denunciante.

Una vez identificados los presuntos autores de estas estafas, al no residir ninguno de ellos en la comunidad aragonesa, desde esta Jefatura se solicitó la colaboración de las plantillas de Policía Nacional de Murcia, Galicia y Valencia para proceder a su detención como presuntos autores de varias estafas.

El pasado 25 de abril, agentes de la Jefatura Superior de Murcia procedieron a la detención de dos de estas personas, los cuales, tras pasar a disposición de la autoridad judicial competente, quedaron en libertad con cargos.

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