El desaliento cunde en el PSOE ante una legislatura que no levanta cabeza

Ni siquiera la posibilidad de cerrar esta semana el pacto con Junts y desatascar la amnistía se percibe como eventual alivio: "Koldo se impone".

Pedro Sánchez, este sábado, en un acto socialista en Roma ITALY EU PARTIES
Pedro Sánchez, este sábado, en un acto socialista en Roma 
FABIO FRUSTACI

"Siempre hay una salida al final del túnel, pero esta va a ser lenta", auguraba este viernes un dirigente socialista. El estallido, el pasado 20 de febrero, del renombrado como 'caso Koldo' y su evolución a lo largo de la última semana -el desacato de José Luis Ábalos a la orden de dimisión de una ejecutiva que no es sino representación de las voluntades y deseos de Pedro Sánchez, las informaciones que sitúan a la expresidenta balear y hoy tercera autoridad del Estado, Francina Armengol, en una situación comprometida por su gestión del fraude sufrido por su comunidad en la compra de mascarillas a la trama, las revelaciones del sumario, la 'tournée' mediática del exministro...- han sumido al PSOE en la zozobra. Y la sensación de que está vez no será nada fácil sacar la cabeza para volver a tomar oxígeno empieza a tomar cuerpo.

Que el asunto pueda acabar llevándose por delante al presidente del Gobierno en el corto plazo todavía está por ver. La inmensa mayoría de los socialistas asume que Sánchez mantiene firme su intención de agotar la legislatura, pero lo que en la Moncloa no se vislumbra una estrategia para retomar la iniciativa. El escándalo de corrupción en el seno del mismo Ejecutivo que siempre ha reivindicado la moción de censura de 2018 contra Mariano Rajoy como emblema de una cruzada por la regeneración democrática ha provocado una terrible sacudida en los cimientos de un edificio ya inestable y requerido de labores de mantenimiento.

"Acumulamos ya demasiados síntomas de desgaste", apunta un dirigente territorial frustrado desde hace tiempo ante la dificultad para elevarse sobre el ruido nacional ("la condonación de la deuda a Cataluña, las cesiones ante Puigdemont, la entrega de Pamplona a Bildu".) y convencido, como otros muchos, de que ni se hizo en su momento el pertinente análisis de la pérdida de poder territorial en las autonómicas del 28 de mayo el año pasado ni parece que vaya a hacerse tras el varapalo de las gallegas del 18 de febrero.

La semana que siguió al hundimiento del PSdG y al reflote del líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, ya fue para muchos, tras la detención de Koldo García Izaguirre por el cobro de comisiones vinculadas a la compra de mascarillas durante la pandemia, "la 'semana horribilis'" del Gobierno. Ahora hay quien se lamenta: "Ojalá se hubiera quedado en eso". La dirección del PSOE ni siquiera descarta que Ábalos, al que se pretendió hacer dimitir por responsabilidad política acabe siendo imputado y ni el hecho de que se le haya abierto un expediente de expulsión ni el de que ya no forme parte del grupo socialista hará en ese caso de demasiado escudo. "Estamos en la fase aquella de que pisas una mierda y cuanto más te mueves más se extiende", ironiza de modo gráfico un veterano.

Otra semana crítica

No hay nada en el horizonte, con las elecciones vascas y europeas a la vuelta de la esquina, a lo que el grueso del partido vea posible agarrarse. Los socialistas afrontan esta semana, en medio del barrizal, otro momento crítico. El jueves concluye el plazo para alcanzar un acuerdo sobre la ley de amnistía en la comisión de Justicia. Y la decisión del Supremo de abrir una causa penal por terrorismo a Carles Puigdemont añade incertidumbre. Ha pasado un mes desde que Junts tumbó el texto en el pleno para forzar una reapertura de las negociaciones y tanto los secesionistas como el PSOE parecen anclados en sus posiciones. Si no se pide una prórroga a la Mesa y el día 7 el desacuerdo persiste, la ley decaerá. Pero lo paradójico es que ni siquiera en el propio Ejecutivo hay una posición clara sobre lo que sería más conveniente a estas alturas.

En el círculo de confianza del presidente hay quien cree que podría ser positivo lanzar el mensaje de que, finalmente, se ha puesto "pie en pared" frente a las demandas del expresident. Desde el Gobierno, y no solo desde el PSOE -también lo defendió este viernes en 'La Sexta' la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz-, ya se ha empezado a dejar caer la idea de que no tener amnistía ahora no aboca a un adelanto electoral, aunque complique la aprobación de los Presupuestos de 2024. El propio ministro de Economía, Carlos Cuerpo, argumentó hace una semana en una entrevista en este periódico que "no sería un fracaso" saltarse las Cuentas de este año y pasar a negociar directamente las de 2025.

La tesis de los partidarios de no ceder ahora ante Junts es que ya volverán en ese momento, agosto o septiembre, a llamar a su puerta para hablar de su impunidad. En todo caso, el mensaje oficial es que se trabaja para cerrar ya la ley. Sánchez ni siquiera dio margen a otra opción en una charla informal con periodistas en su reciente viaje a Marruecos. Aunque muchos creen que tanto monta a efectos de sacar la cabeza o lo contrario. "Koldo se impone a la amnistía", alega un antiguo 'monclovita'. 

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