Repsol congela varios proyectos en respuesta a la prórroga del impuesto extraordinario de PSOE y Sumar

Deja "en fase de análisis" dos inversiones vascas, a las que se podrían unir las de otras de su plantas en España, ante las dudas "regulatorias y fiscales"

El logo del gigante energético español Repsol SA se ve durante la ceremonia de inauguración de su primera gasolinera en Ciudad de México
El logo del gigante energético español Repsol SA
CARLOS JASSO

Si la semana pasada Repsol -a través de un comunicado-, y su consejero delegado, Josu Jon Imaz -en la conferencia con analistas- advertían sobre la posibilidad de que la compañía paralizase sus inversiones industriales en España, ayer el grupo confirmaba que ya tiene proyectos congelados a la espera de que se aclare el entorno "regulatorio y fiscal" para decidir qué hacer con esas instalaciones. Así lo indicó el presidente de Petronor y consejero de Repsol, Emiliano López Atxurra, al afirmar que hay inversiones que "tienen que estar en 'stand by'", esto es, congeladas, si no hay un marco regulatorio "estable y previsible".

El ejecutivo se refería, en concreto, a dos proyectos que la corporación tiene previsto desarrollar en País Vasco, donde Petronor cuenta con uno de los complejos de refino más importantes del grupo en toda España. Lo que no está consolidado, esto es, asegurado, es el proyecto para invertir en un electrolizador de 100 megavatios -los instrumentos que generan hidrógeno a través de energías renovables-, que está vinculado a la planta de la refinería. "Eso es lo que en estos momentos estaría en situación de stand-by", ha remarcado.

Además, hay otro proyecto para fabricar combustible sintético a través de una planta 'demo', que después tendría una traducción a una instalación industrial. "Esa planta industrial, lógicamente, estará en 'stand by' porque tendremos que implantar una inversión industrial en un entorno regulatorio, no sólo amable, sino previsible", ha anticipado.

Las declaraciones de López Atxurra han puesto sobre la mesa dos de los ejemplos en los que Repsol está dispuesto a aparcar a la espera del resultado final de la extensión del gravamen extraordinario incluido en el acuerdo de gobierno de coalición entre PSOE y Sumar. "Tendremos que implantar una inversión industrial en un entorno regulatorio no sólo amable, sino previsible", insistió el ejecutivo.

De temporal a permanente

Ese tributo pensado inicialmente para dos ejercicios fiscales (2022 y 2023) por la escalada que había experimentado el precio del petróleo desde el inicio en la guerra de Ucrania, pero que Pedro Sánchez y Yolanda Díaz han acordado prorrogar, aunque se desconocen aún los detalles. En este contexto será clave el papel que pueda jugar el PNV en la negociación del tributo, cuando finamente los nacionalistas vascos apoyan la investidura de Sánchez.

Lo que no está en duda son las inversiones que tienen aprobadas y relacionadas con el combustible sintético y con el hidrógeno, tanto el electrolizador de 2,5 MW (presentado el pasado 9 de octubre en un acto en el que participó Imaz junto al lehendakari, Iñigo Urkullu) y el de 10 MW, ambos también de Petronor. "Están consolidadas y están, en estos momentos, en los procesos de su materialización", ha señalado el ejecutivo de la compañía.

Repsol tiene otros proyectos en "fase de análisis" en otros puntos de España. En sus últimas presentaciones incluyó varias instalaciones en complejos industriales como los que tiene en Tarragona o Cartagena, entre otros muchos, cuyo futuro se encuentra en plena fase de estudio.

El grupo recuerda en que la advertencia lanzada el día en que presentaron resultados (Repsol ha ganado 2.785 millones hasta septiembre, con un pago de 440 millones del gravamen extraordinario) no implica irse de España. Pero sí condicionar inversiones industriales.

Reacción al anuncio

El Ministerio de Hacienda en funciones no se ha pronunciado al respecto, a preguntas de este diario. Quien sí habló ayer fue el secretario general de CC OO, Unai Sordo, ha calificado este lunes de "bastante obsceno" que haya grandes empresas que por el mantenimiento o no de unas figuras fiscales "se permitan amenazar, siquiera veladamente", a "un Estado y a un Gobierno democrático". "Me parece bastante obsceno que empresas que funcionan en regímenes de oligopolios y que tienen unos beneficios muy importantes, muy destacados, y que incluso la situación de incremento de los costes energéticos o de los precios del dinero, los tipos de interés, les han procurado incluso más beneficios, como estamos conociendo con las energéticas o con la banca, se permitan amenazar, siquiera veladamente, a un Estado y a un Gobierno democrático", indicó.

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