Sánchez prepara el terreno para la amnistía y dice que "una crisis política como la de Cataluña no debió judicializarse"

El presidente en funciones no ha querido desmentir al líder de ERC, Oriol Junqueras, que dijo que ya estaba pactada una amnistía para apoyar su investidura.

Pedro Sánchez, este miércoles en la sede de la ONU
Pedro Sánchez, este miércoles en la sede de la ONU
Efe

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, ha garantizado que los acuerdos para su investidura serán transparentes y coherentes con lo que ha hecho estos años en relación con Cataluña, y, por tanto, seguirá apostando por la vía política para resolver el problema catalán frente a su judicialización.

Sánchez se ha referido a las negociaciones sobre su posible investidura y la respuesta que va a dar ante exigencias independentistas, como la amnistía, en la rueda de prensa que ha ofrecido en Nueva York con motivo de su participación en diversos eventos en el marco del inicio del nuevo periodo de sesiones de la Asamblea General de la ONU.

Ha sido su primera comparecencia pública ante los periodistas desde la que protagonizó el pasado 22 de agosto tras ser recibido por el rey en la ronda previa a proponer al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, como candidato a la investidura.

Al ser preguntado por las declaraciones del líder de ERC, Oriol Junqueras, en las que dijo que ya estaba pactada una amnistía para apoyar la investidura de Sánchez, ha dicho que no iba a entrar en ello porque no es su tiempo.

Pero sí ha garantizado que aunque las conversaciones pueden ser discretas, los acuerdos serán transparentes.

Proceso judicial contra Carles Puigdemont

Ante la negociación con Junts y al plantearle si sigue defendiendo que el expresident Carles Puigdemont debe responder ante los tribunales, ha subrayado que siempre ha respetado el trabajo de la Justicia.

Pero al mismo tiempo ha dicho que considera que una crisis política como la vivida en Cataluña nunca tuvo que derivar en su judicialización.

Ha comentado al respecto que cuando Mariano Rajoy era presidente del Gobierno y se abrió por parte de la Fiscalía General del Estado la puerta a judicializar el problema catalán, él le trasladó su desacuerdo.

"Lo que hemos hecho estos años ha sido tratar de devolver a la política lo que nunca tuvo que salir de la política", ha añadido.

También ha reiterado su llamada a todos los partidos para que sean responsables y no apuesten por la unilateralidad en Cataluña cuando el 90 % de sus ciudadanos no la apoyan.

"Si queremos apelar a una mayoría para trascender y pasar página, lo que tenemos que hacer es mirar a ese 90 %", ha añadido.

Ha insistido en que el momento actual es el de la investidura del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, y debe ser él el que explique cuál es su propuesta para España en los próximos años.

Si fracasa, como ha dado por hecho, espera que el rey le designe candidato y será entonces cuando ha dicho que se dedicará "en cuerpo y alma" a renovar mandato y hablará "con total franqueza y transparencia sobre cuáles van a ser las líneas maestras" de su Gobierno.

Ha explicado que será coherente con lo hecho hasta ahora en materia de normalización y estabilización de la situación política en Cataluña, y ha recalcado: "Cuando digo eso, estoy diciendo mucho".

Y ha insistido: "El objetivo de mi Gobierno para los próximos cuatro años es el progreso y la convivencia. El método será el diálogo con los actores sociales en lo que tenga que ver con el progreso y con los actores territoriales todo lo que tenga que ver con la convivencia, y el marco es la Constitución".

Ha lamentado que la oposición y medios conservadores insistan en que España se rompe cuando eso no ocurre y después de que la sociedad catalana haya avalado las decisiones "arriesgadas" que ha tomado el Gobierno en los últimos años.

En sus críticas al PP, ha reiterado que lleva cinco años incumpliendo la Constitución al negarse a renovar el Consejo General del Poder Judicial, y por ello cree que no tiene credibilidad para dar lecciones de constitucionalismo.

Además, cree que el PP no asume el resultado electoral del 23 de julio cuando considera que quedó claro que perdió su propuesta derogatoria y se dieron los números para que haya cuatro años más de avances y progresos y los españoles ya juzgaron sus acusaciones contra el "sanchismo".

Para Sánchez, el PP no confía ni en su propio candidato a la investidura cuando ya está pidiendo repetición de elecciones.

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