El bloqueo en Murcia, Aragón y Navarra interfiere en la agenda de la investidura

López Miras, Azcón y Chivite apuran los plazos para negociar antes de que el reloj electoral empiece de nuevo a contar.

Rueda de prensa Jorge Azcón
El líder autonómico del PP, Jorge Azcón.
José Miguel Marco

Al apretar el botón del adelanto electoral, Pedro Sánchez colocó al PP ante el complejo debate de cómo conjugar la gestión de los pactos con Vox con la campaña del 23-J. Los populares han intentado desde entonces encajar las piezas de un puzle autonómico que dos meses después sigue incompleto y que ha tenido, además, un elevado coste electoral para Alberto Núñez Feijóo

Con la gobernabilidad en el aire y una posible repetición electoral en el horizonte, Génova intenta desbloquear las negociaciones en Murcia y Aragón mientras sigue sin de definir cuál es su relación con la formación de Santiago Abascal. En Navarra, la socialista María Chivite trabaja también contra el reloj en su investidura, en la que el ofrecimiento de EH Bildu de apoyarla sin contrapartidas irrumpe en la estrategia de Sánchez, que necesita del apoyo de los independentistas vascos para su reelección.

La coyuntura más complicada se encuentra en Murcia, donde la cuenta atrás se inició el pasado 10 de julio con una primera investidura fallida del popular Fernándo López Miras. PP y Vox tienen hasta el 7 de septiembre para sellar un acuerdo antes de que se disuelva la Asamblea regional y se convoquen de nuevo elecciones. Las posiciones entre ambas formaciones siguen a día de hoy en un callejón de difícil salida. Los de Abascal no aceptaron la reunión ofrecida por los conservadores la semana pasada porque insisten en su negativa a darles entrada en el Gobierno. Una exigencia que en la cúpula verde mantienen intacta.

El 28-M, el PP se quedó a dos diputados de la mayoría absoluta y necesita para gobernar el apoyo de Vox o la abstención de al menos tres de sus nueves diputados. En el primer intento de investidura no consiguieron ni lo uno ni lo otro. En su intento por desbloquear la situación, López Miras está dispuesto a ofrecer puestos institucionales a los de Abascal, como el senador autonómico o asientos en la Mesa de la Asamblea murciana, además de un acuerdo programático.

La derecha radical no cede en sus posiciones e insiste en que "no tiene miedo" a poner de nuevo las urnas. Consideran que con nueve parlamentarios es "incomprensible" que los populares bloqueen su entrada en el Ejecutivo autonómico; máxime cuando tras la moción de censura de marzo de 2021 el apoyo de los tránsfugas de Vox se vio recompensado con la Consejería de Educación. "No nos hemos movido de la posición en la que estábamos y es esa mano tendida y esa disposición a reunirnos con el PP para conformar gobierno útiles y seguros, que puedan empezar a tomas medidas ya, de forma inmediata, para reducir la carga fiscal, mejorar la prosperidad de las familias o medidas en favor de la natalidad", afirmó el lunes el portavoz político de Vox, Jorge Buxadé.

Conversaciones en Aragón

La fecha límite para evitar la repetición electoral en Aragón es el 23 de agosto y las negociaciones para la investidura del popular Jorge Azcón siguen cocinándose todavía "a fuego lento". La intención del exalcalde de Zaragoza siempre ha sido gobernar en solitario. Prueba de ello es que intentó replicar el modelo de Baleares entregándole a Vox la Presidencia de las Cortes a cambio de quedarse sin sillones aunque ya no descarta "ningún escenario de futuro en el Gobierno". En estas semanas ha habido conversaciones "informales" y el envío de una contrapropuesta al documento programático que pusieron sobre la mesa los de Abascal.

De salida, el popular cuenta con 28 escaños, los mismos que la suma del bloque de izquierda (PSOE, Chunta, Podemos e IU), por lo que en la primera votación necesitaría de los siete diputados de Vox para lograr la mayoría absoluta. Si esto no sucede, en segunda vuelta le valdría con sumar el respaldo del único diputado del PAR y la abstención de Vox y de los tres parlamentarios con los que cuenta Teruel Existe.

Las dos formaciones regionales se han mostrado favorables siempre que la derecha radical no figure en el Ejecutivo. Sin embargo, Vox insiste en pretender gobernar en coalición con los populares para "garantizar" el cambio en las políticas del cuatripartito y velar por el cumplimiento del acuerdo programático.

Si a finales de mes María Chivite no ha sido capaz de reeditar Gobierno en Navarra, tocará poner de nuevo las urnas. La presidenta en funciones necesita cerrar un acuerdo con Geroa Bai, en la que se integra el PNV, y Contigo Zurekin (Podemos), pero las discrepancias con los primeros sobre el reparto de cargos han hecho por ahora inviable el pacto. Para superar el bloqueo, EH Bildu se ha ofrecido a dar su apoyo a la socialista previa consulta a la militancia. En la anterior legislatura también lo hicieron, pero en aquel momento se preguntó por la posibilidad de abstenerse, no de votar a favor.

La oferta de la formación de Arnaldo Otegi se produce cuando en Madrid pretende multiplicar su influencia ante la debilidad de Sánchez, que necesita de su apoyo para su muy incierta investidura y, además, después de que los socialistas no se prestaran el pasado 17 de junio a hacer al candidato de EH Bildu, Joseba Asiron, alcalde de Pamplona. El PSN votó en blanco después de que no prosperase su propuesta de llevar a la Alcaldía al candidato de Geroa Bai, Koldo Martínez y evitar que gobernara UPN sin incumplir su promesa electoral de no votar al candidato de la coalición abertzale.

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