El PP de Feijóo gana las elecciones pero no consigue mayoría con Vox para gobernar

El líder de los populares dice que dialogará e intentará formar un Ejecutivo. Sánchez resiste y consigue dos escaños más que en 2019 y podría aspirar a otro mandato. Los resultados dejan todo abierto y pende la amenaza del bloqueo.

PP party Leader Alberto Nunez Feijoo speeches to the militants and supporters outside Spanish Popular Party (PP) Headquarter after 23J votes in Madrid on July 23, 2023. Photo: Gurino Tuney/ LaPresse …… El líder del PP Alberto Nunez Feijoo se dirige a los simpatizantes que están en los exteriores de la sede del Partido Polular (PP) en Madrid tras la jornada electoral del 23 de julio de 2023. Foto: Gurino Tuney/LaPresse Alberto Nunez Feijoo
Alberto Núnez Feijoo, en la noche electoral, en el balcón de Génova 
Gurino Tuney/ LaPresse

El PP fue este domingo, 23 de julio, el partido más votado en España pero la trascendencia de su victoria, muy por debajo de las expectativas creadas en una campaña que ha girado en buena parte entorno a sondeos y ‘trackings’ que se han revelado finalmente fallidos, puede acabar resultándole no pírrica pero sí amarga. Es ahora cuando cobra pleno sentido la oferta que Alberto Núñez Feijóo hizo en directo a Pedro Sánchez en su cara a cara sobre la firma de un acuerdo para dejar que gobernara la lista más votada, una propuesta que recibió, por cierto, el apoyo del expresidente socialista Felipe González.

El análisis electoral debe, no obstante, sobreponerse al peso de las expectativas para destacar que el PP de Feijóo ha obtenido 47 escaños más que Pablo Casado en 2019, hasta sumar 136. El partido ha superado una etapa crítica y ha sido el más votado en 40 de las 52 provincias, con tres millones más de sufragios que en las anteriores elecciones.

La principal clave electoral, sin embargo, ha estado en otro sitio, en una de las viejas y más recurrentes señas de identidad de Sánchez: la aplicación práctica de su manual de resistencia. El PSOE, con 122 diputados, no solo no cae sino que consigue dos más que en las pasadas elecciones. La fuerte e inesperada movilización del voto socialista en algunos territorios como Cataluña y Andalucía explicaría este crecimiento después de cinco años de un gobierno de coalición que ha vivido numerosas tensiones.

En el desorden de las cifras no puede dejar de resaltarse la tendencia firme de consolidación del bipartidismo. El PP y el PSOE pasan de 209 a 258 diputados. Vox baja de forma notoria, es de suponer que en gran parte por la apelación al voto útil, y obtiene 33 diputados cuando tenía 52, aunque la formación liderada por Santiago Abascal logra mantenerse como tercera fuerza en el Congreso.

Lo hace ligeramente por encima de Sumar, el proyecto de Yolanda Díaz que se presentaba por primera vez a unos comicios y que consigue 31 representantes. El resultado tampoco responde a las expectativas porque está por debajo de lo que lograron Unidas Podemos bajo el liderazgo de Pablo Iglesias (26) y la suma de otras formaciones como Más País, En Comú Podem, En Común y Compromís.

En su traslación a los bloques, la suma de PP y Vox alcanza 169 diputados, a siete de la mayoría absoluta, mientras que PSOE y Sumar consiguen 153 conjuntamente.

Situación diabólica

El paisaje político que se dibuja con todos estos elementos no puede calificarse sino de diabólico. Nada impide a Sánchez intentar una nueva investidura con los mismos socios que le apoyaron en su día. La única salvedad importante podría llegar por parte de los socios del Gobierno que más han sufrido en esta jornada electoral, fundamentalmente desde el independentismo catalán. Su socio preferente, ERC, pierde seis diputados y Junts también pierde otro. Ambas formaciones se quedan con siete escaños y la CUP, que tenía dos, desaparece del hemiciclo.

El PNV pierde otro diputado y logra cinco pero su principal problema es simbólico: por primera vez deja de ser la fuerza nacionalista preponderante al imponerse en el País Vasco EH Bildu con seis parlamentarios. En las estrategias de estos partidos, a la vista de los resultados, ha de pesar la próxima convocatoria de elecciones autonómicas. Están previstas para julio de 2024 en el País Vasco y para 2025 en Cataluña.

Además, consiguen un diputado el BNG, UPN y Coalición Canaria. Teruel Existe pierde su único representante.

Feijóo anunció anoche que es su obligación intentar formar gobierno y se dispone legítimamente a seguir esa vía. Sin embargo, su única opción pasa por un acuerdo con el PSOE, al que anoche mismo exhortó, que parece muy lejos. La colaboración entre las dos formaciones mayoritarias es hoy por hoy una utopía que nos retrotrae a otros periodos recientes.

Todo indica que ante la práctica imposibilidad de que las fuerzas de la derecha puedan llegar a gobernar con Feijóo como presidente, la opción de un nuevo Ejecutivo de coalición con Sánchez cobra fuerza. No obstante, pasada la euforia que surge de ese juego perverso de expectativas, el líder de los socialistas tendrá que definir cuidadosamente la táctica a seguir antes de volver a dar forma a un Gobierno Frankenstein de muy complicada gestión. Anoche, significativamente, Sánchez no quiso adelantar nada ante sus seguidores.

Cambio de estrategia

De esa reflexión pendiente, tanto como del posible cambio de estrategias de algunas de esas fuerzas que serían decisivas para volver a investir al secretario general del PSOE, surge la sombra del bloqueo político y, en consecuencia, de la repetición electoral. Esta idea sobrevoló la noche electoral ya desde los primeros análisis.

Por el momento, la decisión de Sánchez de convocar elecciones en pleno periodo vacacional se ha revelado exitosa por cuanto ha supuesto un giro eficaz para el PSOE, ya que ha conseguido opacar el triunfo del PP en los comicios autonómicos y municipales del pasado 28 de mayo. El miedo a la ultraderecha y la gestión errática de algunas negociaciones para gobiernos territoriales por parte de los populares y Vox se ha revelado como un factor fundamental en la movilización del electorado socialista.

El Congreso y el Senado se constituirán el próximo 17 de agosto y a partir de ahí entraremos en un nuevo periodo de incertidumbre y tensiones cuyo desenlace aparece todavía demasiado oscuro. 

Consulta los resultados electorales del 23-J

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