El bipartidismo recupera el pulso

PP y PSOE logran en las municipales del domingo su mejor resultado conjunto en doce años al sumar la cifra simbólica del 60% de los votos

Nuevo debate en el Senado, con Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo
Nuevo debate en el Senado, con Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo
EFE / Europa Press

Durante la democracia, España ha presumido de un "bipartidismo imperfecto". Dos grandes partidos se hacían con la mayoría de los votos y los escaños y otros pequeños, pero con una importante implantación en territorios periféricos (los nacionalistas), lograban representación y apoyaban la gobernabilidad si hacía falta. Pero desde 2014, el sistema se había hecho cada vez menos bipartidista y cada vez más imperfecto. La irrupción de nuevas formaciones, primero Podemos y Ciudadanos y luego Vox, amenazó con llevarse por delante esta estructura de poder que se sustentaba en que la suma de PP y PSOE superara el 60% de los sufragios; por debajo de esa cifra, el miedo. Tras tocar un mínimo del 35% en las generales de abril del 2019, el bipartidismo parece recuperar el pulso. Este domingo, populares y socialistas se quedaron a pocas décimas del 60%. Este es un repaso por los baremos desde 2011:

Generales: 20 de noviembre de 2011

Con el 15-M resonando todavía en las plazas, fue el canto del cisne del bipartidismo de toda la vida. En las elecciones en las que Mariano Rajoy consiguió la mayoría absoluta, los dos grandes partidos sumaron el 73,39% de los sufragios: el PP alcanzó el 44,63% y el PSOE de Alfredo Pérez Rubalcaba, el 28,76%, un resultado que entonces se consideró catastrófico. Pero el mejor ejemplo de la fragmentación del voto en España desde entonces es que ocho años después, en las generales de 2019, un resultado todavía peor, un 28% justo, sirvió a Pedro Sánchez para ganar.

Europeas: 25 de mayo de 2014

La crisis económica y la corrupción golpeaban duro al país, y en las europeas del 2014 los dos grandes partidos se marcaron como objetivo sumar más del 60% de los votos. No lo consiguieron, entre otras cosas, por la irrupción de una formación política cuyo líder se había bregado en el 15-M y en los platos de televisión. El Podemos primigenio de Pablo Iglesias logró el 7,97% de los votos y otros partidos, como Izquierda Unida (10%), UPyD (6,5%) y Ciudadanos (3,17%), que por primera vez salía de Cataluña, obtuvieron notables registros. La suma de PP (26,08%) y PSOE (23%), el 49,08%, se quedó por debajo del 60%, lo que no había ocurrido nunca antes en democracia. Al bipartidismo le acababa de salir una brecha.

Municipales: 24 de mayo de 2015

Los grandes partidos no levantaron cabeza. El PP (27,05%) y el PSOE (25,02%) apenas lograron convencer juntos a la mitad de los electores. En unos comicios en los que Podemos no participó, Ciudadanos (6,55%) se convirtió en la tercera fuerza e Izquierda Unida (4,72%), en la cuarta.

Generales: 20 de diciembre de 2015

El voto de castigo a los grandes partidos en los dos anteriores comicios tenía que corroborarse en unas elecciones de primer orden, y así ocurrió. En las generales de 2015, el PP se quedó en el 28,72% de los votos y el PSOE, en el 22,01%: un paupérrimo 50,73% entre los dos. De hecho, a los socialistas les afloró un gran rival a su izquierda, Podemos, que con el 20,66% de los sufragios estuvo a punto de protagonizar un sorpaso histórico. Y mientras, el PP también empezó a mirar con prevención su espacio político, donde Ciudadanos había crecido hasta el 13,93%.

Generales: 26 de junio de 2016

España entró en un primer ciclo de inestabilidad que llevó a una repetición electoral. En ella, los grandes partidos intentaron concentrar el voto y lo consiguieron mínimamente. El PP subió al 33,03% de los votos y el PSOE, al 22,66%. Entre ambos sumaron el 55,69%, el mejor resultado desde 2011, y frenaron el crecimiento que hasta entonces habían tenido Podemos y Ciudadanos.

Generales: 28 de abril de 2019

El 2 junio de 2018, una moción de censura se llevó por delante el Gobierno de Mariano Rajoy y encumbró como presidente a Pedro Sánchez. Menos de un año después los españoles volvieron a ser llamados a las urnas y el bipartidismo ya se resquebrajó completamente. Ganó el PSOE con el 28,68% de los votos y el PP se hundió hasta su mínimo de la historia, con el 16,7%. Entre ambos sumaron el 35,38% de los sufragios, apenas uno de cada tres electores, el registro mínimo de la democracia. En estos comicios Ciudadanos logró su mejor resultado, Podemos cayó y surgió Vox.

Locales y a la UE: 26 de mayo de 2019

Un mes más tarde, las urnas se abrieron doblemente para las municipales y las europeas y el bipartidismo respiró, aunque situándose muy lejos de sus cifras históricas. En las municipales el PSOE alcanzó el 29,26% de los votos y el PP, el 22,23% (51,49% entre los dos), y aún sumaron algo más en las europeas: 32,84% para el PSOE y 20,13% para el PP (52,97% en total).

Generales: 10 de noviembre de 2019

Segunda repetición de generales en cuatro años y nuevo batacazo del bipartidismo. Sánchez, que quería mejorar los resultados del PSOE para gobernar sin ataduras, volvió a caer y se quedó en el 28% de los votos. El PP recuperó algo de aliento y llegó al 20,82%. Pero entre los dos partidos solo sumaron el 48,82%.

Municipales: 28 de mayo de 2023

El bipartidismo resucita este 28 de mayo. El PP ha logrado el 31,53% de los votos y el PSOE, el 28,12%. La unión de ambos llega al 59,65% de los sufragios rozando la simbólica cifra del 60%, que en 2014 se consideraba como un mínimo y ahora se ve como un éxito. Si a ese guarismo se le suma el 0,36% de Unión del Pueblo Navarro (UPN), que en comicios previos había acudido junto al PP, el bipartidismo habría llegado al 60,01% de los sufragios, un cinco pelado que, visto lo ocurrido en los últimos 12 años y atendidos los augurios que preveían un derrumbe del sistema, suena a resurgir.

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