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Marlaska, el superviviente del Gobierno

El ministro del Interior, de nuevo en el disparadero por la sentencia del Supremo sobre Pérez de los Cobos, goza aún de la confianza de Sánchez.

Fernando Grande Marlaska, ministro del Interior, en el puesto de mando del incendio en Asturias de esta semana.
Fernando Grande Marlaska, ministro del Interior, en el puesto de mando del incendio en Asturias de esta semana.
Jorge Peteiro/EP

Pedro Sánchez tuvo la oportunidad de aprovechar el pasado lunes el relevo de las ministras de Industria y Sanidad, Reyes Maroto y Carolina Darias -candidatas del PSOE a las alcaldías de Madrid y Las Palmas el próximo 28 de mayo- para acometer una remodelación profunda del Gobierno y sustituir a algunos de los miembros de su Ejecutivo que más desgaste arrastran. No lo hizo por diversos motivos: la necesidad de no sacudir aún más el avispero de Podemos y el deseo de contar con interlocutores ya conocidos para los socios europeos durante la presidencia de la UE, que España asumirá en el segundo semestre del año. Pero en Moncloa aseguran que en el caso del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, lo que pesó fue la "confianza" que aún le profesa. Es, de hecho, uno de los componentes del reducido grupo de seis miembros del primer Gobierno de Sánchez que ha sobrevivido a todas las crisis.

El que fuera uno de los jueces estrella de la Audiencia Nacional y referente de la lucha del Estado de Derecho contra ETA se ha convertido, sin embargo, en una de las figuras más contestadas del Gobierno. Y no solo por parte de la oposición. La sentencia del Tribunal Supremo, que el martes anuló la destitución del coronel de la Guardia Civil y responsable de la Comandancia de Madrid Diego Pérez de los Cobos (conocido por su papel como jefe del dispositivo policial del 1-O) ha vuelto a ponerle en el punto de mira del bloque de la derecha, pero también lo ha estado a lo largo de la legislatura en el de los aliados de la izquierda, sobre todo, por cuestiones relacionadas con la política de extranjería.

Marlaska es el único ministro que el PP ha logrado reprobar en este mandato. En el anterior, logró que el Congreso de los Diputados censurara hasta en tres ocasiones la labor de la ministra de Justicia Dolores Delgado. Con el responsable de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado lo había intentado una decena de veces y, el pasado febrero, lo consiguió con un reproche a su gestión en la tragedia del 24 de junio de 2022 en Melilla, al que se sumaron ERC, JxCAT, la CUP y que contó con la abstención necesaria de PNV, Bildu y Compromís.

A la cola en las encuestas

La visión crítica de su labor parece además trascender las paredes de la Cámara baja. El CIS de enero, el último que midió la valoración que de los ministros hacen los ciudadanos, lo situó a la cola del Gobierno, solo por delante de las ministras de Igualdad, Irene Montero, y Derechos Sociales, Ione Belarra, ambas de Podemos. Y también la relación con las asociaciones de víctimas del terrorismo, especialmente con la AVT, es conflictiva a consecuencia del acercamiento gradual de presos de ETA a las cárceles del País Vasco que ha puesto fin a décadas de dispersión.

En el PSOE creen, sin embargo, que su gestión no les hace especial "daño". A pesar de que en los últimos meses su nombre aparecía en algunas quinielas internas como posible baja en la crisis que Sánchez estaba obligado a acometer por estas fechas, en la dirección siempre apostaron por su continuidad. Asumen que quien ocupe ese departamento debe lidiar con asuntos ingratos y con muchas aristas para un Ejecutivo progresista. "Es un buenísimo ministro", apuntaba esta misma semana en los pasillos del Congreso una de las mujeres de confianza de Sánchez. "No hay ninguna duda de que es un tipo recto", insisten también desde Moncloa.

"Cuestiones técnicas"

Por lo pronto, en el asunto de Pérez de los Cobos, Marlaska ha decidido pasar al contraataque. Aunque el Gobierno sostiene que "cumplirá y acatará" la sentencia, todo apunta a que busca la forma de volver a prescindir de él en cuanto sea posible. La ministra de Hacienda y número dos del PSOE, María Jesús Montero, adujo el miércoles que el fallo apunta para anular el cese a "cuestiones técnicas" que debería ser "sencillo" subsanar.

El propio Marlaska advirtió el mismo día en el Congreso que perviven las "razones objetivas" que justificaron su pérdida de confianza en el coronel, asesor de Interior con Alfredo Pérez Rubalcaba primero y con Jorge Fernández Díaz y con Juan Ignacio Zoido después, y apuntó en una dirección que pretende neutralizar los ataques del primer partido de la oposición: el 'caso Kitchen'.

Detrás del cese, en mayo de 2020, estuvo un informe sobre el 8-M y la covid-19 redactado por los subordinados de Pérez de los Cobos sin conocimiento de Interior. El escrito de destitución le achacaba expresamente "no informar del desarrollo de las investigaciones y actuaciones de la Guardia Civil, en el marco operativo y de Policía Judicial, con fines de conocimiento", pero en el Hemiciclo, Marlaska disparó en otra dirección. "¿Usted tendría confianza en aquellas personas que gestionaban los fondos reservados sin el debido control y permitieron que se utilizaran para destruir pruebas y que el PP pudiera ocultar sus responsabilidades?", dijo a la diputada popular Ana Vázquez.

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