El Gobierno reajusta su mensaje tras asumir la rebaja del IVA al gas del PP
La ministra Rodríguez se escuda en que el Ejecutivo va adoptando las medidas necesarias según evoluciona la guerra en Ucrania.
El Gobierno se esfuerza en justificar como iniciativa propia la rebaja del IVA en la factura del consumo del gas, algo que, en realidad, desde hace meses ya le había propuesto el Partido Popular a modo de reivindicación estrella como partido de la oposición. El Ejecutivo de coalición aprueba ahora el recorte de este impuesto del 21% al 5%, pero desde el PP no se piensa dejar pasar la oportunidad de pedir explicaciones y, de paso, extraer un posible rédito electoral. Los populares cuestionan por qué se ha dado este paso con tanto retraso, más aún cuando desde sus filas avanzaron a lo largo de meses el peligro de la inflación y la subida de precios que podría conllevar la invasión de Ucrania.
Pedro Sánchez anunció la reducción del IVA al gas justo un día después de que, públicamente y ante una multitud de micrófonos, Alberto Núñez Feijóo le exigiese rebajar este impuesto -indirecto y que afecta a todos los contribuyentes por igual al margen de sus de ingresos-. Se trata de una baza más del líder de la oposición en la estrategia que abandera el PP de bajadas impositivas y defienden a rajatabla las comunidades en las que gobiernan los conservados, con la Comunidad de Madrid a la cabeza y con su presidenta, Isabel Díaz Ayuso, como ariete.
La portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, defendió que Sánchez ya advirtió desde el minuto siguiente a la invasión de Ucrania de que adoptaría medidas ante un posible chantaje de Vladímir Putin a cuenta de los recursos energéticos que llegan desde Rusia a la Unión Europea. En palabras de Rodríguez, el PP carece de legitimidad para criticar las propuestas del Ejecutivo ya que no ha elevado al Congreso una sola iniciativa creíble, a su juicio, de ahorro energético. Más aún, añade, cuando la familia conservadora europea aplaude las mismas propuestas del Gobierno español de izquierdas.
La también ministra de Política Territorial sostuvo que las críticas del PP sobre el supuesto cambio de rumbo y las decisiones del Consejo de Ministros son "dos vertientes distintas". Por un lado, y siempre según Rodríguez, está el ahorro energético; este a largo plazo y que deberá venir de mano del desarrollo de las renovables, por las que el Gobierno de Sánchez hace bandera en el seno de la Unión Europea. Por el otro, y aquí es donde entran Feijóo y los populares en juego, el Gobierno ha aceptado una rebaja temporal a los impuestos del gas, pero solo durante el tiempo que la crisis en Ucrania se prolongue. La rebaja del IVA gasista se aplicará de momento hasta diciembre, aunque el Ejecutivo de coalición tampoco descarta una prórroga.
Feijóo "es incapaz de proponer ninguna medida coherente", concluyó la ministra portavoz con una sentencia acorde al argumentario entregado a los dirigentes socialistas la semana pasada, y cuyo objetivo trata de destacar el liderazgo de Pedro Sánchez frente a un Núñez Feijóo sin experiencia nacional y ni mucho menos internacional -cualidades que Ferraz explota para relanzar a Sánchez-, y a pesar las cuatro mayorías absolutas sucesivas en Galicia que el mandatario del PP ha atesorado.
"No da la talla"
Pilar Alegría, ministra de Educación y portavoz del PSOE, abundó en la estrategia ideada en las salas de máquinas de Ferraz para desacreditar a Feijóo y que se resume en que el líder del PP "no da la talla" para presidir España. Alegría catalogó a Feijóo como un "verdadero profeta del catastrofismo" a cuenta de sus predicciones económicas, a las que desde el Gobierno se responde con un mensaje de optimismo en cuanto a tasas de desempleo, déficit o reducción de la deuda pública.
El repentino anuncio realizado por el presidente el jueves en una entrevista radiofónica ha provocado, en paralelo, una reacción ambivalente en sus socios. Unidas Podemos critica que no se le informase de una decisión como la de rebajar la carga impositiva al gas, aunque la considera una buena iniciativa para aliviar la presión económica sobre la clase media y trabajadora.
