"Antes consigues trabajo y ganas 400 euros que acceso al bono cultural"

Los jóvenes que solicitan el 'monedero digital' se quejan de los arduos trámites para verificar la identidad y los fallos técnicos de la web.

El ministro Miquel Iceta, con un ejemplar del Bono Cultural Joven en la mano.
El ministro Miquel Iceta, con un ejemplar del Bono Cultural Joven en la mano.
Enric Fontcuberta

Más de un mes después de la apertura de la convocatoria para acceder al bono cultural, el 'monedero digital' de 400 euros que Cultura otorga a quienes cumplen 18 años en 2022, los jóvenes continúan topándose con una barrera tecnológica y burocrática para obtenerlo. La instalación de un software especial, tener que realizar todo el trámite en el mismo ordenador, disponer de un móvil con lector de tarjetas NFC y esperar a que la solicitud, una vez hecha no se borre, son algunos de los inconvenientes que critican los solicitantes.

Aunque el registro en la web del bono es en apariencia amigable e intuitivo, la dificultad surge a la hora de seleccionar un método digital de identificación y su posterior firma. Las opciones son el certificado digital, el DNI electrónico para quienes ya han cumplido 18, o el sistema Cl@ve, PIN o permanente, para quienes aún son menores en el momento de la solicitud.

Para obtener el certificado electrónico de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre (FNMT) el primer obstáculo es la instalación del software necesario para la generación de claves: el configurador, la nueva versión de Autofirm@ y una actualización de Java.

María Durán, responsable del área de gestoría de la web Entre Trámites, explica que las dificultades se dan por desconocimiento. Todo el proceso se debe hacer desde el principio en un mismo dispositivo y con versiones específicas del navegador. En el caso del sistema operativo, se recomienda usar Windows. Una vez se tiene el código de solicitud, se debe pedir cita presencial en una Oficina de Acreditación de Identidad. "Este es otro cuello de botella porque hay poca disponibilidad", reconoce.

Mateo Romero, solicitante de 18 años, dice manejarse muy bien en las plataformas digitales y con los equipos tecnológicos, pero reconoce que el proceso del bono ha superado sus habilidades y ha debido buscar ayuda externa. La Fundación Cibervoluntarios, que ha hecho tutoriales para guiar a los jóvenes en los complejos trámites, ha aumentado exponencialmente la atención a chicos y padres. Según su director de proyectos, Ángel Sola, los controles de seguridad de las webs y los programas no son como los de las aplicaciones a las que están acostumbrados. "Hace falta una formación en las herramientas y conceptos de la gestión pública", dice.

La opción preferida para solicitar el bono cultural es darse de alta en Cl@ve, el sistema que permite crear una contraseña única para trámites con la Administración. La alternativa más solicitada es la verificación por videollamada. Pero ante la elevada demanda del servicio, lleva tiempo conseguir la atención de un operador. "Por la gran carga de trabajo, no podemos atenderle en un tiempo razonable. Por favor inténtelo en otro momento", repite machaconamente el servicio.

Álvaro García, de 17 años, recomienda la autenticación 'online'. "Tardé casi una semana en conseguirlo. Lo intentaba en diferentes momentos hasta agotar la jornada y tenía que volver a entrar al otro día. Al final me he dado de alta en Cl@ve Pin y se puede firmar al iniciar sesión", relata.

Solicitudes borradas

A otros jóvenes no les ha parecido tan fácil. Pilar Conde, de 17 años, debió acudir presencialmente a una oficina para obtener la Cl@ve permanente y así poder solicitar el bono. "Es más rápido conseguir trabajo y ganar 400 euros que acceder al bono", ironiza Mateo Romero acerca del engorroso proceso de solicitud y la larga espera para recibirlo.

Cuando se ha logrado cargar los documentos, siguen los problemas. Bien por fallos en la web o por que la solicitud ya enviada se borre, según relatan los jóvenes. Cultura asegura que se han habilitado varios canales de ayuda para ofrecer soluciones técnicas. Pero, quienes lo han intentado, denuncian que es difícil conseguir que contesten al teléfono o por correo.

En caso de optar por la autenticación mediante el envío de una carta de invitación, que contiene el necesario Código Seguro de Verificación (CSV), la respuesta debería llegar al domicilio fiscal inscrito en el censo en un plazo de siete días laborables. Sin embargo, según María Durán, este es otro inconveniente ya que a menudo se desconoce la dirección de la vivienda a la que debe remitirse. "En ocasiones, la carta nunca llega porque la base de datos está desactualizada y se reinicia el proceso de solicitud", señala.

Cultura explica que, como en toda concesión de ayudas públicas, la Administración debe tramitarlas "previa identificación del solicitante y con los controles pertinentes". Estima que será este mes "cuando las ayudas comiencen a hacerse efectivas".

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